La inquietante onda expansiva de FTX

El colapso de FTX amenazó a plataformas rivales, como Crypto.com o Celsius, y obliga a analizar hasta dónde puede extenderse el impacto de su bancarrota

Una semana después de declararse en bancarrota, la onda expansiva creada por la empresa de compraventa de criptomonedas de Sam Bankman-Fried, FTX, sigue haciendo estragos en el criptomercado, manteniendo al bitcoin en el rango de los 16.000 euros a los que cayó durante la semana trágica para el broker de criptoactivos, y sacudiendo la estabilidad de otras plataformas, como Crypto.com.

Sacudidas que, además de obligar a mirar al pasado para descubrir cómo se pasaron por alto graves errores — como la doble contabilidad de FTX y de Alameda, la firma que Bankman-Fried usó para invertir con el dinero de los usuarios de FTX —, también exigen mirar al futuro.

Una mirada al futuro que puede permitir acelerar una regulación para el sector que prevenga estos incidentes, pero también averiguar hasta dónde puede llegar la caída de los criptoactivos, y a quién más puede arrastrar en esta debacle.

El futuro de Binance, Kraken o Coinbase tras la caída de FTX: a salvo

Respecto a la pregunta de si otras grandes plataformas pueden notar el impacto de FTX, Antonio Ruiz, mentor en el máster de blockchain y cripto de Nuclio Digital School, comentó a finanzas.com que, en su opinión, esta onda expansiva "difícilmente va a causar mucho más daño".

"Es una empresa en bancarrota. Dos grandes dañados, si contamos a Alameda. Y aunque haya sido de forma súbita, como nos tienen acostumbrados en el mercado criptográfico, el daño ya parece estar descontado y acotado", apuntó Ruiz.

Para el experto universitario, de hecho, el principal daño producido a otros exchanges está en que "también disponen en sus inventarios de la moneda de FTX (FTT), bien para la operativa de sus propios negocios, bien para sus propias inversiones y especulaciones, como un inversor más".

Ruiz, no obstante, razonó que los inventarios de estos brokers están "estratégicamente diversificados", como prueba el hecho de que también aguantaron "perfectamente, por ejemplo, el desplome de luna el pasado mayo".

Una premisa desde la que se animó a aventurar, incluso, que los que fueran competidores de FTX, como Binance, Coinbase, OKX, Kucoin, o Kraken "por supuesto ya están moviendo ficha, procurando atraer con ofertas tentadoras al público recién aparecido, y que necesitan de otro proveedor para operar".

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"Y de buen seguro las negociaciones de rescate a precio de ganga deben estar en plena efervescencia. Privadas ahora, eso sí", añadió.

El daño cuantificable de FTX

La confianza mostrada por Ruiz respecto a la capacidad del criptomercado para fijar un control de daños y sobrevivir a la actual tormenta la compartía, de igual manera, Javier Castro-Acuña, business controller de Bitnovo, que afirmó:

"¿Cuánto tardará en recuperarse el mercado? Nadie lo sabe, pero es probable que menos de lo que imaginamos, porque para bien y para mal, hay muy poca memoria, ¿acaso no se ve muy lejano el colapso de Terra/Luna? Fue antes del verano".

Castro-Acuña, sin embargo, lamentó que el sector se viera dañado "desde dentro". Y aunque argumentó que el sector de las criptomonedas "es una rara avis" porque "en el escándalo de Forum Filatélico nadie le echó la culpa a los sellos", concedió que, en esta ocasión, "las manidas excusas del entorno macro, como la inflación, la correlación con los mercados tradicionales, o la guerra, no sirven".

No sirven porque, tal y como detallaron desde UBS en su informe de análisis respecto al derrumbe de FTX, "el sector tendrá que lidiar ahora con una importante pérdida de liquidez, dado el papel central de FTX y de Alameda en la creación de mercados, y en la redistribución de fondos en el ecosistema".

Este papel central de FTX implica que, a ojos de la entidad financiera, su hundimiento sí puede extender el contagio sobre la industria, aunque no hiera de muerte a los principales actores mencionados anteriormente.

"Estimamos que alrededor de 2.000 millones de dólares de bitcoin y un total de 3.300 millones de dólares de otras criptomonedas abandonaron los intercambios en noviembre, ya que las ballenas de bitcoin y ether aceleraron las ventas", matizó el informe de UBS.

Un éxodo que tuvo como destino principal las carteras de autocustodia, pero que también supuso la vuelta de parte de este dinero a los mercados tradicionales, explicaron desde el banco.

La reclamación unánime de una mayor regulación del sistema

Si en algo coincidían las fuentes consultadas, al menos, era en que este nuevo episodio de un criptoinvierno que se antoja eterno, tiene que agilizar la regulación de la industria de forma indiscutible.

"Esta falta de regulación, o mejor dicho, mecanismo que fuerce a la honestidad a los exchanges, ha hecho que la avaricia rompa el saco y se lleve por delante a usuarios e inversores", aseguró Alberto Fernández, profesor del programa de Blockchain e Innovación Digital del IEB.

Una situación ante la que Fernández agregó que, "si no somos capaces por psicología humana de no hacer trampas, tendremos que tener una regulación". Es decir, un mecanismo que fuerce la honestidad, recalcó el profesor.

Una visión que también compartió Alberto Gordo, socio y cofundador de Protein Capital, que indicó que "la regulación de los exchanges y los custodios es más necesario que nunca para dar credibilidad al sistema".

Una necesidad que reflejaron desde la firma de análisis del criptomercado, Kaiko Research, en cuyo informe sobre FTX terminaron concluyendo:

"Una vez que el mundo cripto sobreviva a este escándalo, el beneficio general será una base más saludable sobre la que podremos construir, eliminando el exceso de apalancamiento, y los actores fraudulentos [...] Tenemos que dar prioridad a la descentralización y a la regulación porque, hasta ahora, si ha habido alguna oportunidad de hacer el mal, se ha hecho".

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