Sicavs: todo cambia pero nada cambia
Aunque los nubarrones llevaban meses acechando a las sicavs, lo cierto es que la tormenta no terminaba de estallar. Cada[…]
Aunque los nubarrones llevaban meses acechando a las sicavs, lo cierto es que la tormenta no terminaba de estallar. Cada cierto tiempo, coincidiendo con un nuevo Gobierno o con una campaña electoral, se ponía el foco en la fiscalidad de las sicavs a las que se les acusaba de ser un producto exclusivo de ricos.
Sin embargo, ahora, y tras el acuerdo de Presupuestos entre el Gobierno y Podemos, las sicavs estarán bajo el control de la Agencia Tributaria en detrimento de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con el fin de «someterlas a mayores controles con el objeto de que se destinen a aquello para lo que han sido diseñadas y no para ocultar rentas o ser opacas al fisco». José Ignacio Alemany, presidente de la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF) considera que esta medida permitirá convertir a las sicavs en auténticas instituciones de inversión colectiva. En la práctica, esto se traduce en más inspecciones de estos vehículos para comprobar que cumplen con todos los requisitos, es decir, al menos 100 inversores y un capital social de 2,4 millones de euros, lo que les permite acogerse a la tributación del 1 por ciento de sociedades. Se pretende, con ello, acabar con la llamada figura del 'mariachi' o lo que es lo mismo, inversores fantasmas.
Joan Pons, secretario de EFPA España, considera que «el cambio anunciado por el Gobierno despeja las incógnitas que existían en el sector». Pons explica que el hecho de que las sicavs estén bajo el control de la Agencia Tributaria significará «que se harán controles más estrictos para el cumplimiento de los requisitos de la normativa financiera para tener consideración de inversión colectiva y, esto, debería tranquilizar los ánimos», concluye Pons.
José María Mollinedo, secretario del sindicato de los técnicos de Hacienda (Gestha) cree que lo que se logrará con la supervisión de la Agencia Tributaria de las sicavs será una mayor celeridad a la hora de recoger la información relativa a ellas para comprobar si se cumplen todos los requisitos.
Aparte de esto, el resto de iniciativas, especialmente las relacionadas con la fiscalidad, no han terminado de materializarse y, si bien es cierto que añadieron cierta incertidumbre al inversor, apenas interfieren en la gestión del producto en su día a día.
Ana Achau, directora de Caser Valores e Inversiones Agencia de Valores, corrobora esta idea: «Es algo que ocurre periódicamente, por lo que creo que todos lo asumimos como algo habitual». Desde SabadellUrquijo Banca Privada insisten en que los equipos de gestión están centrados en la evolución de los mercados y la búsqueda de las mejores alternativas de inversión para rentabilizar el patrimonio de los clientes.
No obstante, Francisco Gómez Trenor, director general de Mirabaud & Cie en España, considera que, aunque estas polémicas estén injustificadas y no interfieren en el día a día, sería «muy deseable que se continuase alentando la inversión en las sicavs».
Los expertos consultados destacan que el inversor en estos vehículos sigue con atención la información relacionada con los cambios que pueden llegar a producirse, pero no están preocupados en exceso. Aunque reconocen que la inseguridad jurídica no les beneficia.
En cuanto a la evolución, en lo que va de año han entrado 225 millones de euros, de acuerdo con los datos de Morningstar y mueven en total 32.058 millones de euros. Cifras que los expertos esperan que repitan en los próximos meses. De hecho, Gómez-Trenor para este año espera crecimiento. En SabadellUrquijo Banca Privada también prevén un comportamiento positivo de la mayoría de sus sicavs por el mejor comportamiento macroeconómico y de las acciones. José María Mingot, director de Wealth Planning de Lombard, explica que esto se debe a dos motivos: «La ausencia de debate sobre fiscalidad de las sicavs, buena parte debido al apoyo de la CNMV, y, por otro lado, a la mejora de la economía española y a las operaciones empresariales de generación de liquidez». Aunque Mingot reconoce que la incertidumbre ha tenido algunas consecuencias negativas como el cierre de sicavs o fusiones con fondos «aunque esa alternativa no es eficiente para el accionista y se dejaron de hacer», señala Mingot, que reconoce que sí se han producido fusiones con sicavs en Luxemburgo.
Asimismo, y relacionado con su gestión, Gómez-Trenor hace una defensa de las sicavs ya que el grueso de sus inversiones se destina a empresas españolas. Si se hubiera legislado en contra, «la economía española perdería una importante inyección de capital y un apoyo clave para la llegada de nuevas inversiones». Pero en lo que llevamos de año no solo han entrado inversiones, sino que también aparecen nuevos productos. Es el caso de Ibercaja Gestión, que ha elegido como vehículo una sicav para comercializar fondos de autor dirigidos a sus clientes de banca privada.
¿Un producto para ricos?
Las principales críticas siempre han venido relacionadas con su tributación y con la acusación de que se trata de un vehículo utilizado por las grandes fortunas para evitar pagar impuestos al fisco.
Los expertos señalan que las sicavs no sirven para evadir impuestos, pero lo que sí se produce es un diferimiento fiscal, pero es la misma situación que puede ocurrir en los fondos de inversión. Es decir, el inversor no tiene que tributar hasta que no rescate su inversión junto con los rendimientos. En ese momento podrá atribuirse ganancias o pérdidas patrimoniales, que podrán compensarse en la declaración de la renta.
«Si bien se requiere una inversión global elevada, una sicav solo puede ser creada si cuenta con un mínimo de cien accionistas, lo que hace que la inversión pueda repartirse y no ser accesible únicamente a grandes fortunas», señala Gómez-Trenor.
Además, estos vehículos cotizan en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) a diario por «lo que cualquier inversor puede comprarla a través de su banco o intermediario financiero», señalan desde SabadellUrquijo Banca Privada, quienes reiteran que con ocho o diez euros cualquiera podría comprar una acción de este vehículo. «Distinto es que el inversor quisiera participar en el Consejo de Administración de la misma», concluyen los expertos de la entidad de banca privada. De hecho, hay sicavs no solo con cientos de accionistas, sino también miles. Esta idea la reitera y Susana Montaner, portfolio manager de Lombard Gestión: «Cualquier inversor, que disponga de 20 euros puede acceder a las casi 3.300 sicavs». Y señala que el carácter colectivo se establece en base a su cotización bursátil y, por tanto, a la posibilidad de cualquier inversor de acceder a ellas».
Para Pons, una de las consecuencias de los cambios que introducen los Presupuestos Generales del Estado es que permitiría reforzar este carácter de institución de inversión colectiva.
En cuanto a la tributación, ésta es idéntica a la de los fondos de inversión y planes de pensiones. La sicav tributa como tal al 1 por ciento en el impuesto de sociedades. Y los partícipes solo deberán pagar impuestos cuando hagan reembolsos del capital, y éstos tributan a los tipos establecidos de ganancias patrimoniales, que se sitúan entre el 19 por ciento, hasta 6.000 euros, y del 23 por ciento para más de 50.000 euros. Pero también existen diferencias con los fondos de inversión, Achau recuerda que «el importe mínimo de constitución es una de las diferencias, ya que la sicav necesita 2,4 millones de euros, mientras que los fondos 3 millones de euros y en ambos casos necesitamos un mínimo de 100 inversores».
Finalmente, la política de inversión también difiere. Las sicavs se caracterizan por una mayor flexibilidad puesto que los promotores de la sicav poseen control político y estratégico para tomar decisiones y estrategias de inversión, aunque lo habitual es que la gestión esté delegada. Esto les permite crear una estrategia de inversión a medida, adecuada a las necesidades de los inversores, que es lo realmente diferenciador con los fondos de inversión, no la fiscalidad. Aunque por regla general, las sicavs más rentables invierten en renta variable, fundamentalmente española, y tienen un menor peso en renta fija, institucional o corporativa.