Norniella, sobre las 'tarjetas Black': "Fui humillado"

El exvicepresidente de Caja Madrid confiesa haberse sentido "humillado" por toda la presión de una tarjeta cargada contra su salario. 

El exconsejero y exvicepresidente de Caja Madrid José Manuel Fernández Norniella ha señalado hoy en la Audiencia Nacional que en su opinión "hay algo extraño" en el caso que investiga las tarjetas opacas de la entidad y, muy emocionado, ha desvelado haberse sentido "humillado".

"Hoy he venido aquí humilde, pero cuando fui al juzgado fui humillado; por toda la presión que había, y para evitar cualquier tipo de mayor escándalo accedí a devolver lo que el FROB decía que habíamos cobrado indebidamente", ha dicho, con la voz quebrada, en relación al pago de 175.400 euros realizado en octubre de 2014.

A preguntas del fiscal Anticorrupción, Norniella se ha mostrado "sorprendido" de que una tarjeta cargada contra su salario haya levantado tal "maremágnum", y ha encontrado chocante que digan que se ha saltado la ley.

Entre las cuestiones que le han sorprendido durante la instrucción de la causa se ha referido al hecho de que se haya afirmado que se no se conocía la existencia de las tarjetas, y ahora se les diga: "Que se anulan al día siguiente de abandonar la caja, lo que supone que sí que eran conocidas".

Norniella ha explicado: "El 25 de junio de 2014 me llama una persona de Bankia para decirme que una de las tarjetas no está regularizada. Me sorprendo y respondo 'cómo puede ser que me hayáis hecho la liquidación, os haya devuelto la indemnización (tras su cese en mayo de 2012) y ahora me vengáis con esta historia'. Me dio una serie de explicaciones y, como no quería entrar en discusiones, accedí a devolver la cantidad" apenas dos días después.

Se trata de los 9.723 euros que gastó durante dos meses con esa tarjeta de Bankia.

Para despejar cualquier duda sobre posibles irregularidades en el régimen fiscal de estos gastos realizó "de motu propio y quince días antes de que Hacienda lo reclamase" una declaración paralela para regularizarlos, a expensas de que "si se aclara el tema" pueda recuperar tales cantidades, "ya por vergüenza torera".

En todo momento, ha señalado, pensó que se trataba de un complemento y nunca dudó de lo que se le estaba entregando, porque la institución merecía todo su respeto y nunca tuvo "la más mínima duda", ni cuando se incorporó ni durante todos los años posteriores, de que "todo estaba cumpliendo la más estricta legalidad".

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También ha relatado que el ex director general Ildefonso Sánchez Barcoj le explicó que las tarjetas proporcionaban "mayor flexibilidad", como le había dicho (a Barcoj) el expresidente de la entidad, Rodrigo Rato.

Pero siempre, ha puntualizado, sabiendo que el salario estaba fijado de forma global, y ha reconocido que acerca de los límites de gastos mensuales o anuales se enteró "ayer o anteayer", al contrario que el resto de los acusados.

El que fuera secretario de Estado de Comercio en el primer gobierno de Aznar no tenía atribución alguna sobre las tarjetas, ha dicho, por lo que no pudo autorizar nada relacionado con ellas, y en todos los años que estuvo en Caja Madrid ni modificó ni prorrogó "ningún tipo de instrucción sobre ellas"

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