Los créditos morosos podrían incrementarse en Grecia por el alza de impuestos

El incremento de impuestos directos e indirectos, previsto en el borrador de los presupuestos del Estado griego de 2017 presentados en el Parlamento, puede aumentar aún más los créditos morosos con la banca, según fuentes bancarias citadas hoy por los medios locales.

El borrador prevé un incremento de los gravámenes directos e indirectos que alcanza los 1.835 millones de euros, lo que equivale a un 1 % alrededor del producto interior bruto (PIB) griego.

Fuentes de la banca griega destacaron que en septiembre el vencimiento de varios plazos de obligaciones de los contribuyentes con Hacienda y la seguridad social afectó negativamente al pago de los plazos de los créditos con los bancos.

Las citadas fuentes estimaron, asimismo, que los créditos morosos de empresas e individuos con los bancos se incrementarán en el cuarto trimestre de 2016 y consideraron cruciales para la inversión la tendencia de los dos primeros trimestres de 2017.

Para que la reestructuración de las deudas en mora, que constituye la principal herramienta de la banca griega para hacer frente al problema, sea eficaz, es necesaria la mejora de la situación financiera de los deudores, y el incremento de los impuestos es un indicador hacia la dirección contraria, añadieron las mismas fuentes.

Según los datos disponibles de los bancos, el 70 % de las deudas reestructuradas vuelven unos meses más tarde a ser morosas, que alcanzaron a finales de 2015 la cantidad de 108.000 millones de euros según el Banco de Grecia, lo que es equivalente al 60 % del PIB del país.

Su gestión fue y es un problema crucial para la supervivencia del sistema bancario griego, que ya ha sido recapitalizado tres veces en siete años de crisis.

La liberalización de los créditos morosos fue un punto muy sensible en las negociaciones entre el Gobierno y los acreedores durante la primera evaluación del tercer paquete de rescate al país la pasada primavera.

Mientras los acreedores deseaban que se permitiera la venta de todo tipo de créditos a los denominados "fondos buitres", el Gobierno quería que las hipotecas de primera vivienda y las deudas de las pymes quedaran exentas.

Finalmente quedaron a salvo de la venta solamente las hipotecas sobre primeras viviendas con un valor inferior a los 200.000 euros.