Londres, obsesión del yihadismo

Reino Unido se ha convertido en los últimos años en uno de los enemigos más sutiles del Estado Islámico (EI).[…]

Reino Unido se ha convertido en los últimos años en uno de los enemigos más sutiles del Estado Islámico (EI). Mientras que Estados Unidos o Francia han enviado tropas y participado de forma activa en bombardeos, los militares británicos no solo han participado en esa guerra abierta sino que también han llevado a cabo ataques selectivos para acabar con sus propios ciudadanos radicalizados con el fin de impedir que retornasen a las islas para continuar su campaña del terror.

El Estado Islámico ha sido consciente de que cada uno de sus miembros procedentes de Gran Bretaña tenía una diana sobre su cabeza. El odio de los islamistas hacia Reino Unido, en este sentido, no nace solo de que las tropas británicas forman parte de las coaliciones internacionales contra Al-Qaida y el EI sino que también pretende vengarse de la capacidad británica para eliminar aquellos voluntarios que se habían convertido en un banderín de reclutamiento del califato en Europa.

La más significativa de las campañas de Londres contra figuras británicas del Estado Islámico es la llevada a cabo contra 'Jihadi John' y 'The Beatles', un grupo de yihadistas procedentes de las islas e instalados en Raqqa, la capital siria del autoproclamado califato. Estos cinco milicianos se encargaban de las decapitaciones y las torturas a los prisioneros, especialmente a los occidentales. En la imaginería violenta de los islamistas estos jóvenes se convirtieron en unos mitos ya que sus vídeos en los que decapitaban extranjeros se extendieron de forma viral por las redes de contenido islamista. Casi todos ellos eran 'Al-britani', el apelativo con el que en la sintaxis árabe se conoce a los británicos.

Las investigaciones de los servicios secretos determinaron que 'Jihadi John' era realmente Mohamed Emwazi, un ciudadano británico de origen kuwaití que se había radicalizado durante su etapa de estudiante en las islas. 'Los Beatles' era el apodo con que se bautizó a cuatro secuaces con los que cometía sus tropelías. En noviembre de 2015, un ataque con drones llevado a cabo de forma conjunta por Estados Unidos y Reino Unido en Raqqa acabó con la vida de 'Jihadi John'.

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De forma paralela, el Gobierno de David Cameron reconoció que había iniciado una 'caza al hombre' para acabar con la vida de 'The Beatles'. En esta búsqueda los agentes del MI6, acompañados por comandos del SAS, colaboran con la CIA para localizar a los yihadistas británicos que acompañaban a Emwazi. La operación aún no ha finalizado. Pero además, los comandos especiales británicos desplegados en las zonas de combate no solo se han ocupado de perseguir a los sospechosos de regresar a Reino Unido. Las fuerzas especiales británicas han formado a grupos de militares en Siria y Libia y han intervenido en Libia en operaciones cuyo alcance aún se desconoce.

La obsesión de los británicos con los retornados está basada en datos objetivos. Según la organización Soufan, un 'think tank' británico especializado en análisis de defensa, 760 nacionales se habían incorporado a las filas del Estado Islámico en 2015. Con esa cifra se convertía en el segundo país europeo en cuanto a ciudadanos trasladados al califato, detrás Francia, con 1.700. Pero el dato más significativo es que hace dos años el número de retornados a las islas se estimaba en 350, el más alto de Occidente -en Francia la cifra de retornados es de 250-.

'Londinistán'

La peculiaridad de Gran Bretaña con respecto a este volumen de desplazados a Siria es que desde los años 90 cuenta con zonas en las que las comunidades musulmanas surgidas de las antiguas colonias británicas como Pakistán o Bangladesh han conseguido crear una cultura de la radicalidad sin ninguna interferencia de las autoridades. Aunque el 11 de septiembre alertó de la extrema peligrosidad que suponía la permisividad con esa comunidad islamista -parte del atentado contra las Torres Gemelas se había fraguado en Reino Unido-, con anterioridad los servicios secretos europeos ya se referían a Londres como 'Londinistán'. Los ataques terroristas perpetrados en París en 1995, por ejemplo, habían sido planificados en la capital británica y muchos de los complots terroristas de Oriente Medio también habían tenido su origen en la ciudad.

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