Lo mejor de la crisis

Una de las ventajas de las crisis -no todo iba a ser malo-, es que pone a cada uno en[…]

Una de las ventajas de las crisis -no todo iba a ser malo-, es que pone a cada uno en su sitio. Ante una situación excepcional como ésta, no hay lugar para las máscaras, para los disfraces. Para bien o para mal todo el mundo queda retratado.

 

Cuando el viento económico sopla a favor, no tiene tanto mérito hacer una buena gestión desde el Gobierno. Ya pasó en la época de Aznar, cuando llegaron a tildar de "genio" o "mago" de las finanzas a Rodrigo Rato (me gustaría ver ahora a los dos con este panorama) o en la primera legislatura de Zapatero y Solbes.

Ahora, en pleno epicentro de la crisis, es cuándo nuestros dirigentes tienen que dar la talla, tienen estar a la altura de lo que demandamos de ellos. ¿Y qué hemos visto hasta el momento? Ya sabemos que como los acontecimientos se suceden a un ritmo vertiginoso, apenas si tenemos tiempo de reflexionar sobre sus palabras o sus acciones. Pero si se detienen cinco minutos y repasan las últimas declaraciones (desde el Gobierno a la oposición, desde la CEOE a las centrales sindicales, desde el Banco de España a...), no sé, lo único que se me ocurre es echarme las manos a la cabeza y salir corriendo. ¡Vaya tropa!

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