Cómo evitar los conflictos en las herencias

Recibir una herencia no siempre es un camino de rosas. Tanto si hay o no testamento pueden saltar chispas entre los herederos que creen que no ha habido un reparto ecuánime. Para evitar estos conflictos, lo mejor es acudir a un notario y realizar un testamento, aunque también es importante contar con ayuda externa como albacea, abogado y partidor-contador.

Los hijos del exministro de Economía del primer Gobierno de Felipe González, Miguel Boyer, esperan que en lo que queda de mes de junio o en julio, como muy tarde, se proceda al reparto de la herencia de su padre, fallecido en septiembre de 2014, y que ha provocado una agria polémica con su segunda mujer, Isabel Preysler. No es la primera vez ni será la última que surgen rencillas familiares por el reparto de una herencia. Y pueden complicarse tanto que en ocasiones conllevan una serie de fricciones entre los herederos que solo pueden dirimirse en los tribunales. 

Las disputas por herencias son independientes del nivel social del heredero y testador, aunque sí que hay una relación directamente proporcional al volumen de las herencias. Hay casos conocidos que han llegado a los tribunales con impugnación incluida del testamento y fallo a favor de los herederos demandantes, como es el caso de la conocida como «duquesa roja», Luisa Isabel Álvarez de Toledo. En otros casos, a pesar de que se ha acatado la última voluntad del fallecido, los herederos que se han sentido perjudicados por el reparto recogido en el testamento no han dejado de mostrar su malestar, como fue el episodio relacionado con la lectura del testamento de Cayetana de Alba y sus hijos. Y estas disputas pueden enquistarse tanto que tardan años en resolverse, sin contar el coste emocional, que puede desencadenar en rupturas familiares totales. 

«Las particiones hereditarias no sólo consisten en el reparto de bienes, afectan a las relaciones familiares y si estas han sido conflictivas en vida del testador, la lógica es que el reparto de la herencia, por muy claro o detallado que esté el testamento, también lo sea. Se pueden plantear conflictos derivados de la valoración de los bienes que determinará la participación de cada heredero, de las cláusulas de desheredación si se han incluido... la problemática es diversa», señala Esther García, letrada de iabogado. Luis Bravo, del despacho de abogados Cuatrecasas, alerta de que «las fuentes más comunes de disputas son dos: la primera, que la voluntad del testador no es clara. La segunda, porque alguna de las partes no ha respetado los límites legales del derecho civil español». 

Antes de comenzar cualquier enfrentamiento, los expertos advierten que aunque el fallecido no haya otorgado testamento, la ley establece quiénes serán sus herederos y qué porcentaje corresponde a cada uno de su herencia. La herencia se dividiría en tres partes, por lo tanto, una de legítima, que se repartiría en partes iguales a los herederos, otra de mejora, que iría a un heredero determinado al que se le quiere mejorar la herencia recibida, y otra de libre disposición. Por lo tanto, al no haber testamento, estas dos últimas se repartirían en partes iguales a los herederos que correspondan.

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