Blesa, el banquero condenado

Miguel Blesa, el expresidente de Caja Madrid durante la época de mayor esplendor de la entidad -encontrado muerto hoy en[…]

Miguel Blesa, el expresidente de Caja Madrid durante la época de mayor esplendor de la entidad -encontrado muerto hoy en una finca de Córdoba-, pasó en la primavera de 2013 los peores días de su vida, estaba entre rejas en la prisión madrileña de Soto del Real, pero confiaba en recuperar pronto su libertad y seguir con su vida.

En un primer momento, el exbanquero sólo pasó una noche en su celda gracias a que su familia recabó en apenas 24 horas una fianza de 2,5 millones de euros con la que recuperó la libertad de la que le había privado el polémico juez Elpidio Silva, que investigaba la compra del City National Bank de Florida.

Poco después Blesa volvería a pasar por la cárcel, aunque salió de ella convencido de que jamás volvería a pasar por ese trance y dispuesto a seguir disfrutando al máximo de su tiempo, de su familia y de los viajes, una de sus grandes pasiones.

Pero la condena el pasado febrero a seis años de prisión por las tarjetas black de Caja Madrid, con las que la antigua cúpula derrochó más de 15 millones, marcó un punto y aparte en la vida del banquero amigo del expresidente del Gobierno José María Aznar.

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En una conversación informal con Efe, el propio Blesa consideró la condena un "disparate", aunque mostraba su confianza en que el Tribunal Supremo, al que recurría, tuviera una opinión distinta a la de la Audiencia Nacional y evitara volver a prisión.

El banquero recurrió el fallo alegando que la obtención de los datos no contó con la pertinente autorización judicial, ya que se accedió sin su consentimiento a una información de Caja Madrid que fue posteriormente empleada por los servicios de Bankia.

Y, hasta hace muy poco, Blesa aseguraba a este medio que estaba "sereno" mientras aguardaba el fallo del Tribunal Supremo que, sin embargo, no ha llegado a conocer después de que un disparo en el pecho efectuado con una escopeta de caza haya acabado con su vida en una finca de la provincia de Córdoba.

Divorciado desde hace años de su primera mujer, María José Portela, con quien tuvo una hija que le dio la "satisfacción" de hacerle abuelo, como él mismo reconocía, Blesa decidió retomar tras la salida de la prisión sus planes de boda con su compañera de los últimos años, Gema Gámez.

Nacido en Linares (Jaén) el 8 de agosto de 1947 y militante del PP, Blesa siempre mantuvo un porte elegante, enfundado en trajes a medida, sonriente y con un irónico sentido del humor, además de una memoria admirable, según quienes le conocen bien.

Al final de su mandato al frente de Caja Madrid, Blesa se sentía "orgulloso" de dejar una entidad cinco veces más grande de lo que la encontró a su llegada en septiembre de 1997 y se fue "agradecido y satisfecho" de entregar, como él mismo dijo, a su buen amigo Rodrigo Rato el mando de la cuarta entidad financiera de España.

Era enero de 2010 y terminaba un polémico proceso electoral en el que muchos consejeros de Caja Madrid dejaron de apoyar a Blesa y se alinearon con las tesis de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien abogaba por renovar la cúpula de la entidad financiera.

En sus últimos años al frente de Caja Madrid, Blesa luchó encarnizadamente por optar a su reelección como presidente de la entidad con el apoyo del entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, aunque al final el PP decidió que Rato era el mejor candidato para los tiempos complicados que se avecinaban.

Tras dejar en 2010 la presidencia de Caja Madrid, Blesa pasó a un segundo plano sin apenas apariciones públicas, aunque aún así, su paso por el Congreso para explicar su gestión en Caja Madrid y la visión de la crisis dieron para bastante titulares.

Especialmente por su comentario, con cierta sorna, de que el coche blindado por el que la entidad había pagado cerca de medio millón de euros no era lo más cómodo para sus desplazamientos, lo que unido a las protestas de miles de afectados por el escándalo de las preferentes puso a Blesa en el foco de la opinión pública.

A pesar de que durante su mandato al frente de Caja Madrid se aprobaron decisiones estratégicas como la firma de una gran alianza en banca-seguros con Mapfre y también la compra del City National Bank, la séptima mayor entidad del estado de Florida (EEUU), Blesa seguía siendo para muchos el amigo de Aznar que, con apoyo de éste, llegó a la presidencia de la segunda caja de ahorros del país.

La revelación de más de 8.000 correos electrónicos personales mostraron la peculiar forma de Blesa de llevar las riendas de la entidad, sus excesos y caprichos y la existencia de las polémicas tarjetas opacas al fisco.

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