Las sanciones económicas a Rusia que nadie se atreve a mencionar

Una escalada del conflicto en Ucrania tendría unas consecuencias devastadoras para la economía mundial. En el caso de Rusia, además, por las sanciones que se le impondrían

Aunque, de momento, el foco está puesto hasta qué punto la crisis entre Ucrania y Rusia pueden desembocar en una guerra, donde habría más implicados, no se pueden obviar las consecuencias que tendría a nivel económico.

El especial informativo realizado por finanzas.com, ‘Orígenes y consecuencias de la crisis de Ucrania’, las detalla al completo.

Para empezar, la Unión Europea podría poner sanciones, pero las que ya aprobaron en 2018 no hicieron otra cosa que encarecer el aluminio. José María Paredo, catedrático de relaciones internacionales de la Universidad Europea, advierte de que se habla mucho de sanciones, pero todavía no” están explicitadas”. Es cierto que hay algunas especulaciones.

Paredo cree que el motivo por el que no se han hecho públicas es por “no desestabilizar la propia economía”. El profesor continúa recordando que “vivimos en una economía muy abierta y muy dependiente de tal manera que se ve afectada de manera global en muchas ocasiones y que se ve alterada por hechos, publicaciones de informes o declaraciones públicas”.

Solo porque se prolongue la tensión ya tendría unos derivados. Por esta razón Paredo cree que sería un motivo suficiente para que las potencias implicadas buscaran una manera de solucionar el conflicto.

Reducción del petróleo ruso

Y, por otro lado, está en juego la cuestión energética. Si se produce el conflicto, la producción de petróleo por Rusia se vería afectada en 2,3 millones de barriles diarios, lo que tendría un impacto negativo en el precio del petróleo.

Precisamente, Javier de la Nava, profesor de Udima, advierte que, si el petróleo llega a los 150 dólares, nivel que no descartan los analistas de JP Morgan, la inflación podría llegar en los Estados Unidos al 7,2 por ciento. “Esto es igual a recesión económica”, sentencia de la Nava.

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¿Y qué ocurriría en Europa? Habría que olvidar esa transitoriedad de la inflación que “venimos diciendo”, señala de la Nava.

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¿Por dónde podrían ir las sanciones?

El primer grupo de sanciones podrían afectar al sector energético, especialmente en la puesta en marcha del gasoducto submarino que tiene como objetivo proveer de gas a Europa central y que está paralizado.

Esta paralización provocó un repunte de los precios del gas y obligó a Europa a negociar con sus socios un aumento de la producción. Gracias a ello,  los precios del gas natural en la Unión Europea se moderaron hasta 90 euros por megavatio-hora, retrocediendo desde un máximo de más de dos semanas de 93,58 euros alcanzado la última sesión, lo que se suma a las expectativas de una menor demanda de calefacción. 

Una segunda sanción estaría vinculada a la exclusión de Rusia del sistema de transferencias bancarias, “lo que supondría una desestabilización de la cotización del rublo”, señala de la Nava. Es decir, podría desembocar en una devaluación que “podría ser impresionante”.

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Finalmente, estaría la imposibilidad de importar a Rusia aquellos productos que conlleven tecnología estadounidense.

Ambos profesores recalcan que no se puede estar tranquilo, a pesar de que se esté más o menos lejos de la zona de conflicto. “Lo mejor es que no se produzca”, insiste de la Nava.

Para concluir, Paredo señala la importancia geoeconómica del gaseoducto. El conflicto ha dejado claro que Europa necesita un suministro alternativo de energía que no dependa de terceros, en “un momento en el que muchas empresas están recentralizando estas fábricas”. Pero el mensaje que se manda, señala de la Nava es “que a lo mejor no es tan malo el proteccionismo”. Algo que a largo plazo puede ser perjudicial.

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