Goldman Sachs rectifica su visión pesimista de la bolsa

Los estrategas del banco de inversión cambian de opinión y ya no ven al S&P cayendo hasta los 2.400 puntos

Goldman Sachs abandona su llamada a otra venta masiva en Wall Street. La banca de inversión se doblega ante la continua recuperación de las acciones estadounidenses y revierte su predicción de que el S&P 500 caería al nivel de 2.400 puntos.

Esta previsión supondría un desplome del 20% respecto al cierre de la semana pasada, cuando el indicador se quedó en los 3.044 puntos. Y ahora los estrategas liderados por David Kostin han cambiado de opinión y ven los riesgos a la baja limitados a 2.750. 

"El poderoso rebote significa que es poco probable que alcancemos nuestro objetivo anterior de tres meses de 2.400", aseguran los analistas del banco. E incluso creen que este índice de referencia para el mercado estadounidense podría llegar a subir por encima de los 3.200.

En mayo cerró con una subida del 6,76% y desde su mínimo del 23 de marzo, ha crecido un 36%. Goldman Sachs considera que este crecimiento se debe al apoyo fiscal y monetario, a un rendimiento superior del mega-cap y al optimismo sobre las reaperturas de la economías.

“El límite de apoyo a la política monetaria y fiscal es probable que baje aproximadamente el 10%. El posicionamiento de los inversores oscila entre neutral y bajo y es un posible catalizador alcista del 5%”, señalan.

Goldman Sachs continúa argumentando que los retornos a corto plazo están sesgados a la baja, "o neutrales en el mejor de los casos", debido al riesgo de un "hipo" económico, de ganancias, comercial o político a la tendencia de normalización.

“Se necesitaría una participación más amplia en el rally para que el S&P 500 se mueva significativamente más alto”, aseguran.

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Recuperación del mercado laboral

Las perspectivas de Goldman Sachs sobre la recuperación del mercado laboral también son positivas. El descenso de solicitudes por desempleo, especialmente en los estados que reanudaron antes la actividad, sugiere que “la contratación por parte de las empresas podría estar empezando a repuntar”, señala el economista del banco de Nueva York, Jan Hatzius.

Los estrategas aseguran que esperaban que el paro alcanzara su peor momento en junio, con un 25%, pero ahora creen que el máximo se podría haber alcanzado el mes pasado, cuando la tasa de desempleo alcanzó alrededor del 22%, según sus cálculos.

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“El empleo debería mejorar con bastante rapidez en la segunda mitad del año, porque la mayoría de los despidos han sido temporales en lugar de permanentes”, aseveran.

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