Schroders augura el fin de la gestión pasiva "fácil" en renta fija para 2026

La renta fija global se adentra en 2026 con un escenario marcado por ciclos económicos y monetarios cada vez más[…]

La renta fija global se adentra en 2026 con un escenario marcado por ciclos económicos y monetarios cada vez más desincronizados, lo que abre un abanico de oportunidades, pero también exige un enfoque mucho más activo y selectivo.

Así lo sostienen Julien Houdain, responsable de renta fija global sin restricciones, y Lisa Hornby, responsable de renta fija multisectorial estadounidense de Schroders, en su último informe de perspectivas para 2026.

Fin de la gestión pasiva fácil en renta fija

Según Houdain, 2025 ya evidenció grandes divergencias en los rendimientos de los bonos por países y por tramos de la curva, y la tendencia se mantendrá en 2026. La razón es simple: crecimiento, inflación y mercado laboral evolucionan ahora de forma distinta por regiones, y los bancos centrales se encuentran en fases desalineadas de su ciclo de políticas.

En este contexto, el experto advierte de que la gestión pasiva puede convertirse en un riesgo, porque la evolución de los rendimientos podría dejar a los inversores sobreexpuestos a los activos de peor comportamiento relativo.

Solo una asignación activa, capaz de rotar entre geografías y vencimientos, permitirá capturar las mejores oportunidades en los próximos meses.

Optimismo sobre EEUU y necesidad de protegerse frente a la inflación

Schroders se muestra “optimista” respecto al desempeño de la economía estadounidense en 2026. El informe destaca dos factores clave:

  1. La flexibilización fiscal, a medida que se refleja el impacto de la Ley One Big Beautiful Bill.
  2. La flexibilización monetaria, impulsada por un mercado laboral debilitado en la segunda mitad de 2025.

Tras un periodo en el que los bonos estadounidenses han generado rentabilidades superiores, Houdain señala que ahora empiezan a surgir mejores oportunidades en carteras globales, aunque insiste en mantener cierta protección frente a la inflación.

El motivo: el sólido crecimiento estadounidense, la política monetaria aún moderada y la incertidumbre que genera la sucesión de Jerome Powell en la Fed, cuyo mandato finaliza en mayo de 2026.

Los bonos recuperan atractivo mientras el efectivo pierde poder real

La entidad recuerda que, pese a los riesgos —desde el auge concentrado de la IA hasta la volatilidad política en EE.UU.—, los beneficios de diversificación de la renta fija han aumentado, ya que las presiones inflacionistas globales siguen bajo control.

En cambio, mantener grandes volúmenes en efectivo deja de ser una opción defensiva eficaz. Con la caída de los tipos de corto plazo y su incapacidad para batir a la inflación, los bonos vuelven a destacar como una fuente atractiva de ingresos reales.

Crédito corporativo: valoraciones demasiado ajustadas… por ahora

Aunque el crédito corporativo ha disfrutado de otro año positivo, Houdain advierte que el punto de partida para 2026 no es favorable: los diferenciales frente a la deuda pública están en niveles históricamente bajos. Esto reduce el atractivo de incorporar riesgo crediticio adicional en este momento.

Schroders prevé que las oportunidades llegarán a lo largo de 2026, aunque, como suele ocurrir, será difícil anticipar el catalizador. Mientras tanto, la gestora ve valor en otros segmentos:

  • MBS de agencia, impulsados por valoraciones atractivas y menor volatilidad.
  • Bonos cuasisoberanos y garantizados en Europa, donde empiezan a surgir buenas oportunidades.

Estados Unidos lidera el impulso: rentabilidades sólidas y un 2026 prometedor

Lisa Hornby subraya que la renta fija estadounidense ha tenido un sólido comportamiento en 2025 en prácticamente todos los sectores, pese al pesimismo inicial del año. Y lo más relevante: considera que las condiciones actuales deberían prolongarse en 2026.

La combinación de crecimiento más lento pero sin contracción brusca e inflación contenida ha sido históricamente el terreno ideal para obtener fuertes rentabilidades totales en bonos. Varios factores podrían sostener esta dinámica:

  • El impacto de los aranceles en la inflación está siendo limitado.
  • El consumo se mantiene robusto, respaldado por balances familiares sólidos.
  • La inflación moderada permite que los tipos de interés se mantengan estables o incluso sigan bajando gradualmente.

Riesgos: IA, liquidez y mercados menos regulados

Hornby también alerta sobre ciertos focos de riesgo. Las caídas recientes en mercados de deuda menos regulados refuerzan la importancia de apostar por emisiones con buena liquidez y transparencia. Además, el rápido flujo de capital hacia el ecosistema de IA ha estrechado las conexiones financieras entre sus distintos segmentos, lo que podría amplificar los efectos de una eventual corrección.

Conclusión: calidad por encima de todo

De cara a 2026, Schroders mantiene un mensaje claro: las oportunidades están ahí, pero exigen calidad y selección. Sectores como los MBS de agencia y los bonos municipales exentos de impuestos a largo plazo se perfilan como los mejor posicionados.

Con rentabilidades iniciales atractivas y un contexto macroeconómico favorable, la renta fija —especialmente la estadounidense— encara 2026 como uno de los activos más sólidos para los inversores que sepan navegar un mundo de ciclos desincronizados.

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