¿Se puede llamar canal lateral a una montaña rusa?

La brutal recuperación de las bolsas de la semana pasada, y entre ellas la de la española, ha traído tranquilidad a muchos inversores. Pero los ánimos han durado poco y volvemos a la senda de los descensos vertiginosos. Entre los 10.200 y los 8.200 puntos, parece que son los límites en los que se está fluctuando el Ibex. Esta disyuntiva, que baila al son de las novedades que se conocen sobre las economías europeas, es el caldo de cultivo perfecto para los day-traders. El mercado ha perdido sus referencias por la incertidumbre que planea sobre la eficacia de los planes de rescate, por la salud de los balances de los bancos (muy importantes en nuestro Ibex) y por la dudas que se ciernen sobre los procesos de recuperación económica.

Los movimientos que estamos viendo estos días, abruptos y con poco volumen, indican que cuando menos hay que ser prudente pues la ausencia de indicadores fundamentales es total. Los analistas más mediáticos afirman que la bolsas han recuperado la "lateralidad". Es cierto: se lo he leído a más de uno. Pero, habría que preguntarse si lo que están viviendo los mercados es una volatilidad rabiosa que puede terminar, en el caso del Ibex en los 11.500 puntos o en los 7.500 puntos, dada la virulencia de las subidas y las bajadas de los índices bursátiles, antes entrar en agosto.

Los márgenes que se manejan en la actualidad no son del 3%, lo normal en una tendencia de lateralidad. Los índices se están moviendo con diferencial cuando menos del 10%. Es decir, una barbaridad que convierte al mercado en una lotería peligrosa si no te dedicas a seguir, minuto a minuto, el pulso de las bolsas. En estos momentos no hay lugar para la tendencia y los inversores tradicionales harán bien en esperar a que se perfore uno de los límites para tomar posiciones: vender si se pierden los 8.500 puntos del Ibex o comprar si se superan los 10.200.