El incierto futuro de la banca
A menudo se dice que la relación con un banco puede durar más que la de un cónyuge, hecho reconocido[…]
A menudo se dice que la relación con un banco puede durar más que la de un cónyuge, hecho reconocido por el informe de la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA) en 2016. Según éste, la industria bancaria, especialmente en el Reino Unido,estaba dominada por los 'cuatro grandes bancos': Lloyds, RBS, Barclays y HSBC. Estas entidades concentraban el 85% de los préstamos comerciales y que representaban el 75% de las cuentas corrientes de negocios. Históricamente, este dominio ha generado pocos incentivos para la adopción o transformación de una oferta de servicios mejorados que retengan a los clientes y supongan una barrera a la entrada de nuevos players en el mercado. La banca abierta, según asegura la CMA, se ha propuesto agitar este status quo vigente.
El pasado año 2018 ha sido crucial para la industria de los servicios financieros y para los nuevos competidores en banca abierta. A partir de esta revolución, tanto los clientes minoristas como las pequeñas y medianas empresas han pasado a compartir información de su cuenta de manera segura con proveedores externos, configurando un entorno de innovación financiera en que los servicios ofrecidos se ajustan más a las necesidades de los clientes.
Precisamente, en las fintech encontramos el paradigma de entidad que más se ha aprovechado los clientes "cautivos" de los bancos, ofreciéndoles aplicaciones y plataformas destinadas a mejorar la experiencia del cliente. En este contexto, la implementación de paquetes de soluciones alternativas supondrá una buena inversión, generando un negocio de más de 480 millones de euros, según datos de la entidad RBS. A su vez, estas cifras fomentarán una mayor participación de los bancos y empresas financieras disruptivas en el mercado pyme bancario, creando la tormenta perfecta para el cambio.
Estos paquetes de capacidades, innovación y remedios alternativos (ARP, por sus siglas en inglés) pueden responder a diversos esquemas. Un primer gran grupo de entidades, con un peso en el mercado de 40 millones de euros aproximadamente, engloba bancos disruptivos con estructura de pyme. El segundo gran grupo se refiere al mercado de las fintech, centradas en la mejora de los pagos y préstamos a través de una tecnología innovadora, y valorado en más de 70 millones de euros. A medida que los bancos disruptivos luchan para mejorar su solicitud de financiación, se asocian con las fintech, pues existe un amplio margen para la colaboración entre ambas industrias. El resultado de estas sinergias se traduce en la oferta de productos y servicios más ajustados a las necesidades específicas de los clientes.
Ante esta situación, los bancos convencionales no deberían quedarse atrás. Aprovechar la irrupción tecnológica, especialmente en el ámbito financiero, les ofrece la oportunidad de cambiar y transformar los fundamentos de su relación con los clientes.
El panorama económico actual está conformado por una gran mayoría de pequeñas y medianas empresas. Los estudios realizados por Aldermore y YouGov en 2012 sugieren que solo un tercio de las empresas consideraban que su banco tenía una buena comprensión de sus necesidades, además de no haber cambiado durante los últimos años. Todo, en un escenario en que los bancos tienen la potestad de facilitar la financiación a las pymes, incluso mediante alianzas con terceros e innovadores actores.
Entonces, ¿cómo pueden los bancos convencionales aprovechar y beneficiarse de este entorno de mayor competencia creado por la banca abierta y disruptiva? La entrada de Deposit Solutions en el Reino Unido nos da un ejemplo. Con sede en Hamburgo, se trata de una plataforma intermediaria entre bancos con balances sólidos y bancos que ofrecen productos de ahorro asegurados. Los bancos de productos se benefician del acceso a nuevos canales de financiación, mientras que los bancos de balance sólido tienen la opción de ofrecer a sus clientes un conjunto más amplio de opciones de ahorro mejoradas. Esta plantilla tiene un gran potencial de réplica por parte de una amplia gama de actores de la industria, situando a los bancos, tanto del statu quo como disruptivos, en disposición de ofrecer ofertas específicas que puedan satisfagan más a sus clientes y, a su vez, abran nuevos canales de ingresos.
La reforma del sector bancario lleva retraso, y el hecho de que los clientes se hayan sentido cada vez menos atendidos puede haber precipitado el cambio de paradigma. Sin embargo, esta revolución marca el comienzo de una nueva era en la que los bancos disruptivos y las empresas financieras pueden desempeñar un papel destacado en el ecosistema de los servicios financieros. Se presenta una oportunidad real para que los bancos convencionales reevalúen la forma en que interactúan con sus clientes y se aseguren de que los productos que brindan son los más adecuados para con sus objetivos.