El ataque al petróleo saudí dispara al crudo y da aire a las petroleras

¿La caída de la producción será puntual o de larga duración? Ahí estará la clave para elegir compañías de uno u otro sesgo: extracción o refino

El ataque con drones a instalaciones petrolíferas de Arabia Saudí provocó una mayor pérdida de suministro de crudo que la invasión de Irak a Kuwait en 1990 o que la revolución iraní de 1979: cercenó la mitad de la producción de petróleo de la potencia de Oriente Medio y el 6% de la mundial. Con ello, el precio del barril de Brent y del West Texas registró una subida inmediata del 20%, la mayor en 28 años, en la madrugada del domingo al lunes, aunque en la primera sesión de la semana el ascenso final quedó limitado a un 15%. «Si los saudíes son capaces de restablecer la producción completa en pocos días, la actual subida de precios desaparecerá. Si esta interrupción resulta ser de más largo plazo, comenzará a tener efectos sobre el crecimiento mundial y conducirá a un escenario de estanflación de la economía global», es el diagnóstico de Michel Salden, de Vontobel AM. Conforme han ido pasando los días y Arabia Saudí ha tranquilizado a los mercados señalando que en dos o tres semanas habrá recuperado totalmente su producción, el precio del petróleo ha corregido ligeramente, aunque su cotización no ha vuelto al punto de partida pre-ataque. Quizás porque se ha demostrado que la industria petrolífera saudí es vulnerable a ataques, algo inédito hasta ahora. 

Prima geopolítica en el crudo

Además, como señala Nitesh Shah, de WisdomTree, aunque el golpe en la producción es muy relevante (y hay dudas respecto a la capacidad saudí de recuperar completamente y rápido su producción), aún más importantes pueden ser las consecuencias políticas del incidente, dado que tanto el régimen saudí como Estados Unidos han responsabilizado a Irán de los ataques a las instalaciones saudíes. Shah habla de la posibilidad de una guerra abierta contra el régimen persa. De ahí que Álvaro del Pozo, de Banco Sabadell, plantee la posibilidad de que el crudo cotice de ahora en adelante con esa prima asociada al riesgo geopolítico, que ahora ha aumentado. Para Óscar del Diego, gestor del Ibercaja Petroquímico, estos peligros deberían mantener el precio del barril por encima de los 65 dólares. 

Las petroleras fueron sensibles a las noticias de Oriente Medio y a la subida del crudo. En el Dow Jones, el lunes destacaron Exxon Mobil y Chevron con sus subidas; en el Eurostoxx 50, los valores más rentables fueron Total y Eni; en el Ibex-35, Repsol fue el tercer título que más ganó; y en el Mercado Continuo, fueron relevantes los avances de Técnicas Reunidas, Tubos Reunidos y Tubacex.
La cuestión es si al inversor le conviene dejarse llevar por el titular que nos informa de que el precio del petróleo sube y de que puede encarecerse más si los riesgos geopolíticos terminan materializándose, y lanzarse a comprar acciones petroleras. 

Daniel Lacalle, de Tressis, muestra su escepticismo sobre el potencial del barril: dice que hace veinte años un evento como el del pasado fin de semana contra el petróleo saudí hubiera provocado una subida mucho más importante (¿hasta los 80?, ¿hasta los 100 dólares?), máxime cuando coincide con un momento en el que la OPEP está siendo muy disciplinada en el respeto a los recortes de producción acordados y en vigor desde hace años. Incluso en estas circunstancias, con numerosos frentes geopolíticos abiertos, destaca, el crudo apenas cotiza en los 65 dólares. El Brent, afirma Del Diego, está aún por debajo de la media del segundo trimestre (68 dólares) y bastante lejos de la del tercer trimestre del año pasado (75 dólares). 

Ello obedece, según Lacalle, al exceso de capacidad a que han llevado los avances tecnológicos, la mayor eficiencia de los operadores, la fuerte producción estadounidense y la menor dependencia de la economía del crudo. 

Con esa visión coincide Del Diego, que recuerda que antes de los ataques, las perspectivas del crudo no eran buenas: la demanda flojeaba, las reservas aumentaban, se hablaba de la sustitución progresiva de los combustibles fósiles por los renovables y las inversiones «sucias» con el medioambiente por otras otras más «responsables». «Al menos, el incidente lo que hace posible es que el aumento de los inventarios vaya a ser menor, que el exceso de oferta vaya a ser inferior», afirma Del Diego.

¿Comprar petroleras?

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El sector estaba cotizando un escenario muy malo, pese a que sus beneficios habían continuado creciendo estos años, impulsados por su disciplina con los costes y su prudencia en las inversiones. El mercado no se lo había reconocido. Y, por la atractiva valoración, en Ibercaja mejoraron su recomendación sobre el sector este verano. Del Diego considera que los últimos acontecimientos en Arabia Saudí favorecen a las petroleras. Pero cree que la apuesta por estas compañías debe ser sólo táctica puesto que, en su opinión, los miedos que existen a su alrededor no van a desaparecer a medio plazo. «El sector no se va a encarecer», asegura. Álvaro del Pozo también cree que, a los niveles actuales, el sector continúa teniendo recorrido. Además, señala que las empresas cuentan con un gran colchón de seguridad en estos momentos: son capaces de generar beneficios con precios del crudo a 50 o 55 dólares, por lo que niveles actuales del barril dan mucha seguridad e incluso posibilitan dividendos y recompras de acciones. 

Otros expertos, como Patrik Lang, de Julius Baer, tienen una gran convicción en su apuesta por el sector. Lang defiende que por valoración está muy barato, tanto en términos de per (precio sobre el beneficio), cerca de mínimos históricos, como de rentabilidad por dividendo, en máximos. Además, afirma que se trata de una inversión defensiva que funciona especialmente bien en los momentos más tardíos del ciclo económico, como los actuales. Y, por último, añade que protege de la volatilidad que puede generar una escalada en la tensión geopolítica. 

Algunos analistas también quieren dejar claro que el encarecimiento del crudo no tiene porqué ser favorable para el sector. «Cuando la subida del precio del petróleo es muy abrupta, puede poner en peligro la sostenibilidad de la demanda», afirma Álvaro del Pozo. Especialmente en un contexto como éste, en que la OCDE acaba de revisar a la baja las expectativas de crecimiento global hasta su nivel más bajo desde 2008. Un shock petrolífero puede ser fatal. Incluso para las propias compañías. «Si el crudo se mantuviera estable en los niveles actuales, las empresas continuarían generando caja», afirma Álvaro del Pozo. 

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¿En qué valores invertir?

Pero no todas las petroleras tienen el mismo perfil, por lo que habrá que saber elegir bien. Tanto para un escenario en el que el crudo continúe tensionado al alza, como ante la posibilidad de que el encarecimiento del combustible sea puntual por un evento inédito e irrepetible que, además, no tenga grandes consecuencias. 

Álvaro del Pozo afirma que las compañías más favorecidas por una subida del petróleo son las que tienen una mayor actividad de exploración y producción. Y en Europa se inclina por Eni. En la italiana las actividades de downstream, es decir, de refino, química y márketing, pesan menos de un 10%. Jaime Espejo, de Imantia Capital, a ese nombre, que le gusta y tiene en cartera, añade otro: la portuguesa Galp, que tiene un gran perfil de crecimiento e importantes pozos en Brasil, lo que implica que cualquier incremento en el precio del petróleo repercute positiva y directamente en sus resultados.

Aunque las que vieron una subida mayor de su cotización con la del crudo a principios de semana fueron las ligadas al 'shale oil' estadounidense: Whiting Petroleum, Apache o Marathon Oil, entre ellas. Otros nombres que apuntan los analistas especialistas en este segmento del mercado de petróleo son Continental Resources, Devon Energy o Noble Energy. 

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En cambio, según continúa Jaime Espejo, las compañías integradas en las que tiene más peso el márketing y el refino no reciben un impacto tan positivo de la subida del petróleo._Aunque el efecto neto que registran es favorable, hay partes de su actividad, como la de refino, que ven estrecharse sus márgenes, lo que implica que la inyección a los resultados es más discreta. Éstas son, por ejemplo, empresas como Royal Dutch, Total o Repsol. Pero son justo estas compañías las que pueden ser las apropiadas para tener en cartera en caso de que se siga confiando en el sector, pero no en un impulso muy grande en el precio del barril. Y, por ejemplo, a Óscar del Diego la compañía que más le gusta es Total. Álvaro del Pozo coincide: «Es una petrolera muy disciplinada y tiene un equipo gestor muy creíble que cumple con sus compromisos. Además, está muy diversificada, lo que le da capacidad para absorber situaciones adversas, como la caída del precio del petróleo», afirma.

Repsol también es una compañía que se encuentra entre las favoritas de los expertos. Se calcula que una subida de 1 dólar del precio del petróleo supone un impacto positivo de 1,75 millones de euros en el beneficio de la actividad de exploración y producción. Óscar del Diego señala que puede tener un catalizador favorable a corto plazo, con la entrada en vigor de la nueva normativa del fuel para buques: Repsol produce el fuel que requiere la legislación.

Pero el sector beneficiado por la subida del crudo no es únicamente el petrolero. Como apunta Catharina Hillenbrand-Saponar, de Euler Hermes, las 'utilities' también pueden sacarle partido, debido a su ligazón indirecta con el crudo. Además, algunos segmentos de la industria química pueden verse favorecido. Y, por último, paradójicamente, también las alternativas al petróleo, como las energías renovables, dado que ganan competitividad frente al oro negro.

Más potencial en los servicios petrolíferos 

Daniel Lacalle, de Tressis, lo tiene claro: si alguien confía en que el petróleo se va a mantener fuerte, tendría que invertir en las compañías que prestan servicios petrolíferos, porque, ante el ataque sufrido por las instalaciones saudíes, es posible que las petroleras necesiten invertir en infraestructuras y su seguridad. Y afirma que las que más tendrían que ganar serían las estadounidenses, que son las más expuestas a ese área geográfica y porque son las más especializadas en ese tipo de instalaciones, como Schlumberger, Halliburton o KBR. 

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Aunque Catharina Hillenbrand-Saponar, de Euler Hermes, comenta que, para que este tipo de compañías se beneficien de verdad, tendríamos que asistir a un sostenido incremento del precio del petróleo, no un mero repunte momentáneo. 

En todo caso, a este lado del Atlántico también hay opciones, como la italiana Saipem, e incluso en España. Por ejemplo, Óscar del Diego, gestor del Ibercaja Petroquímico, afirma que Técnicas Reunidas está muy barata, teniendo en cuenta que tiene cubiertos y garantizados los ingresos de este año y del que viene.

En cuanto a las otras dos opciones españolas, Tubacex y Tubos Reunidos, en la primera tienen posiciones 43 fondos, AzValor, como nombre más destacado, con un peso de casi un 11%. A la segunda ahora mismo no hay fondos expuestos. 

Jaime Espejo, de Imantia Capital, aunque reconoce que empresas como éstas pueden verse favorecidas por el previsible incremento de la inversión, apunta que se trata de un sector en el que hay una muy importante competencia y una gran presión en márgenes.

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