El BCE mantiene los tipos en el 4,5% y evita hablar de cuándo se producirán las bajadas

El Banco Central Europeo deja inalterado el precio del dinero en máximos de los últimos 22 años. Lagarde evita dar pistas sobre cuándo se producirá la primera bajada de los tipos, como sí hizo ayer la Fed

El Banco Central Europeo se ha atenido al guion previsto por el mercado y ha mantenido los tipos de interés inalterados en el 4,5 por ciento, según el comunicado que ha hecho público la institución. 

Se trata de la segunda reunión consecutiva en la que el BCE mantiene los tipos inalterados después de que estos alcanzaran máximos de 22 años durante la racha más acelerada de subidas de la historia (diez seguidas). 

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De este modo, la decisión de hoy viene a confirmar la intención del BCE de pausar las subidas de los tipos y el hecho de que estos podrían haber tocado techo, ante la evidencia de que ya se encuentran en niveles lo suficientemente restrictivos como para reducir paulatinamente la inflación que azota a la zona euro. 

"Las anteriores subidas de los tipos de interés siguen transmitiéndose con fuerza a la economía. El endurecimiento de las condiciones de financiación está frenando la demanda, lo que está ayudando a reducir la inflación", dice la nota enviada por el BCE.

De hecho, el BCE ha revisado a la baja sus perspectivas de inflación para 2023 y para 2024 respecto a sus anteriores previsiones de septiembre, en una señal más de que cree que la política monetaria aplicada está funcionando.

En conjunto, los economistas del Banco Central Europeo prevén ahora que la inflación general cerrará 2023 en el 5,4 por ciento; para situarse en el 2,7 por ciento en 2024; el 2,1 por ciento en 2025 y el 1,9 por ciento en 2026.

"Se espera que la inflación descienda gradualmente durante el próximo año y que se acerque al objetivo del Consejo de Gobierno del 2 por ciento en 2025", dice el comunicado.

Sin espacio para la complacencia

Pese a esta mejora de las perspectivas de precios, el BCE tampoco ha dejado espacio para la complacencia. En ese sentido, ha avisado de que "las presiones inflacionistas internas continúan siendo intensas, debido principalmente al fuerte crecimiento de los costes laborales unitarios".

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De hecho, el BCE prevé que la inflación subyacente baje a un ritmo inferior que la general. Específicamente, cree que se situará en el 5 por ciento en 2023; en el 2,7 por ciento en 2024; en el 2,3 por ciento en 2025; y en el 2,1 por ciento en 2026.

Más allá de la inflación, el BCE también ha advertido de que la economía de la zona euro continuará "siendo débil a corto plazo" y, de hecho, ha rebajado las perspectivas de crecimiento económico para 2023 y 2024, aunque espera que la actividad se vaya recuperando gracias al incremento de las rentas reales por la caída de la inflación, el aumento de los salarios y la mejora de la demanda exterior.

Específicamente, los expertos del Eurosistema prevén un repunte del crecimiento desde un promedio del 0,6 por ciento en 2023 (una décima menos que en la anterior previsión), hasta el 0,8 por ciento en 2024 (dos décimas menos de lo anteriormente previsto) y el 1,5 por ciento en 2025 y 2026.

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El BCE, en sintonía con la Fed

Con la decisión de este jueves, el BCE se sitúa en sintonía con la Reserva Federal estadounidense (la Fed), que el día anterior también cumplió con lo esperado al mantener estables los tipos de referencia en máximos de 22 años.  

En el caso de la Fed, encadena tres reuniones sin cambios. 

Pero, más allá de las decisiones actuales de política monetaria, el mercado tiene la atención puesta en las pistas que los bancos centrales han ofrecido respecto a cuándo se producirán las primeras bajadas de los tipos de interés y a qué ritmo. 

En el caso de la Fed, los miembros de la Reserva Federal ofrecieron un mensaje bastante claro, el miércoles. Así, apuntaron que esperan 2-3 recortes de tipos en 2024. Es decir, 50 puntos básicos adicionales a su estimación de septiembre, aunque aún alejado de los cinco movimientos esperados por el mercado. 

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En el caso del BCE, en cambio, la presidenta de la institución ha evitado ofrecer mucha claridad sobre cuándo podrían darse estas bajadas de los tipos durante la rueda de prensa que ha ofrecido tras la decisión de política monetaria.

"Dependerá de los datos", ha insistido una y otra vez. "No debemos bajar la guardia", ha repetido.

Específicamente, Lagarde se ha mostrado preocupada por "la inflación doméstica" y la evolución de los salarios, dos factores que el BCE va a vigilar muy de cerca y de los que obtendrá "mucha más" información en el primer semestre de 2024.

Asimismo, ha evitado referirse a cuándo podrían producirse las primeras bajadas de los tipos de interés y también comentar las preocupaciones de la Fed respecto a los perjuicios de mantener los tipos elevados durante demasiado tiempo.

"No creemos que sea el momento de bajar la guardia. Creemos que todavía hay trabajo por hacer. Y eso bien puede tener la forma de mantener los tipos de interés (en los niveles actuales)", ha avisado.

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