Tesla firma su año horrible con caídas del 70%. Los accionistas perderán aún más

Tesla registra caídas de hasta el 70% desde inicios de año, marcadas tanto por el complejo contexto macroeconómico, como por las excentricidades de Elon Musk. Las caídas seguirán

La revista Inversión contó, hace tres meses, que una familia coreana decidió vender su casa, mudarse a un apartamento de alquiler con su hijo de siete años, e invertir sus ahorros de 230.000 dólares en acciones de Tesla.

Y si muchos inversores pensaron entonces que apostar todos los ahorros en un todo o nada marcado por el culto a Elon Musk podía ser una jugada de lo más arriesgada, sin duda ahora pueden confirmar ese juicio, dado que esos 230.000 dólares invertidos en títulos de Tesla valen poco más de 80.000 dólares.

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Una pérdida de valor marcada por el descenso del 60 por ciento que acumulan los títulos del fabricante de vehículos eléctricos desde septiembre, y que además se extiende hasta el 70 por ciento al establecer la comparativa con el inicio de 2022.

Un desplome que se explica por el complejo contexto macroeconómico al que se enfrenta el sector de la automoción en general, pero también por la increíble particularidad de Tesla en estos momentos, la que marca un CEO que en los últimos meses está llevando su extravagancia a límites insospechados, mientras trata de hacer buena su inversión hiperbólica en Twitter.

La peor noticia para los accionistas del fabricante de coches eléctricos, no obstante, es que esta caída todavía puede prolongarse más, en vista de las perspectivas del mercado para sus cifras de negocio, y de la falta de claridad de Musk respecto a sus intenciones a la hora de compaginar la dirección ejecutiva de Tesla y Twitter.

Tesla debe despejar su incógnita china

Ciñendo el análisis a una cuestión puramente financiera, Darío García, analista en XTB, apuntó a finanzas.com que, desde el punto de vista fundamental, "el precio de Tesla no está respaldando el crecimiento esperado del 50 por ciento en las ventas para el cierre del trimestre".

A ojos del experto, por tanto, lo que está descontando la acción "es un menor crecimiento por las restricciones de la producción en China, que es uno de sus focos de producción para Asia y Europa".

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Y es que, tal y como apuntó García, "el mercado chino sigue siendo muy potente porque el mercado potencial en crecimiento de vehículos es, precisamente, China".

El analista señaló, no obstante, que la preocupación en este sentido es "la situación sobre las restricciones de producción, a pesar de la reapertura anunciada a partir del 8 de enero".

El problema es que Tesla, en vez de mandar señales de confianza al mercado, avivó esta semana esa incertidumbre respecto al país asiático, después de se filtrara un calendario interno a Reuters en el que se observa que la compañía estadounidense tiene previsto aplicar un programa de producción reducida en su planta de Shanghái durante enero.

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El factor Musk

Ante una filtración de ese calibre que tuvo un impacto inmediato en la cotización de Tesla, la reacción ordinaria de una compañía cotizada tiende a pasar por el lanzamiento de un comunicado para ofrecer claridad al mercado.

La compañía norteamericana, no obstante, tiene su propia idiosincrasia, dado que, como ya observó el mediático gestor de patrimonios e inversiones y accionista del fabricante de vehículos, Ross Gerber, Tesla no cuenta con un equipo de comunicación.

El consultor José Manuel Velasco Guardado detalló que la empresa, en cambio, gestiona estas situaciones a través del departamento de relación con inversores.

Pero también las gestiona a través del propio Musk, que se dedica a confirmar o desmentir historias desde su perfil de Twitter, en un comportamiento que da sentido a otro de los grandes problemas de Tesla, su propio CEO.

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"El comportamiento en bolsa (también) viene derivado por la excentricidad, entre comillas, de Elon Musk, por su actividad fuera de la empresa", afirmó García.

"Todo se está viendo ensombrecido por la mala operación que ha sido la compra de Twitter. Pagar 44.000 millones estaba muy por encima del precio de mercado", agregó.

Y es que, de acuerdo a las palabras del analista de XTB, Musk, como cualquier gran patrimonio, no contaba con la liquidez necesaria para afrontar la operación de compra de Twitter por 44.000 millones de dólares, y tuvo que obtenerla "pignorando y vendiendo acciones de Tesla".

Un movimiento que, a ojos de García, podría provocar que las acciones caigan, "por el sentimiento psicológico, por debajo de los 100 dólares".

"Y de hecho hay otro soporte más reciente en los 92 dólares. Y si buscáramos un soporte más fiable y con más niveles de control desde el punto de vista técnico, serían los 65 dólares, lo que supondría una caída adicional del 40 por ciento", aseguró García.

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Una conclusión pese a la cual el experto quiso romper una lanza a favor de la compañía estadounidense.

Señala que "Tesla es una empresa que ha llegado para quedarse, es impresionante y no va a desaparecer, porque lleva años de ventaja a cualquier otra compañía en fabricación de vehículos eléctricos".

Una premisa por la que el experto vaticinó que, en cuanto encuentre suelo, Tesla "va a subir igual de rápido que está cayendo", porque "los 414 dólares de máximos no estaban justificados, como tampoco lo están los actuales 109 dólares".

Una previsión de volatilidad al alza que, una vez más, puede convertir la apuesta por Tesla en un acto de fe. Como el que cometió la familia coreana, cuando las acciones de la empresa de Elon Musk pasaban por un momento mucho mejor que el actual.

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