A la caza de un foso económico: ¿Qué debemos buscar?
Las compañías duraderas, las que tienen sólidas ventajas competitivas, son más valiosas que el resto. Poseen negocios que durante muchos años pueden generar beneficios por encima de la media. En la terminología de Warren Buffet, esas ventajas competitivas reciben el nombre de fosos económicos. Te damos la pistas para identificarlos.
La gente está dispuesta a pagar más por aquellos bienes que considera más duraderos. Con las empresas pasa algo parecido. Las compañías duraderas, las que tienen sólidas ventajas competitivas, son más valiosas que el resto. Poseen negocios que durante muchos años pueden generar beneficios por encima de la media, y por lo tanto, capitalizan la riqueza a un ritmo mucho más elevado que los demás competidores. En la terminología de Warren Buffet, esas ventajas competitivas reciben el nombre de fosos económicos. Lo mismo que los fosos en los castillos medievales dejaban a los rivales al borde del agua, un foso económico protege los elevados retornos de los que gozan las mejores empresas del mundo.
Los inversores que sean capaces de identificar los fosos económicos estarán en condiciones de construir una cartera con fantásticas compañías que ofrezcan muchas y buenas alegrías en el futuro. Pat Dorsey, en su obra 'El pequeño libro que genera riqueza' (Deusto), ofrece las claves para identificar los fosos que de de verdad importan. ¿Qué debemos buscar?. Las cuatro categorías siguientes cubren la mayoría de las empresas con foso, por lo que es interesante utilizarlas como filtro. Esta es la lista.
1.- Activos intangibles
Una empresa puede tener activos intangibles, como una marca, patentes o licencias regulatorias, que le permitan vender productos o servicios que no pueden ser replicados por la competencia.
En lo que se refiere a las marcas, uno de los errores más comunes entre los inversores consiste en confundir marca muy conocida con ventaja competitiva. La marca crea un foso económico solo si aumenta el deseo del consumidor de pagar por ella. Mantener una marca cuesta dinero, y por lo tanto, debe generar un retorno vía fijación de precios o vía clientes recurrentes.
Lo interesante aquí es reflexionar sobre si una empresa con marca conocida podría cobrar una prima respecto al resto de competidores por productos similares. Por ejemplo, Tiffany es capaz de cobrar a sus clientes mucho más de media por diamantes con las mismas especificaciones que los que venden sus competidores. O por ejemplo, la aspirina de Bayer, que puede costar casi el doble que otros productos idénticos solo porque la marca es muy poderosa. "Si una empresa es capaz de cobrar más que sus rivales por los mismos productos simplemente por venderlos bajo una marca, es muy probable que esa marca se una formidable foso defensivo", dice Dorsey. Puede que aunque la marca sea universalmente conocida, no otorgue a su dueño la capacidad de fijar precios. Por ejemplo, no hay producto más conocido que la Coca Cola, pero tiene un precio muy similar en todos los supermercados que una Pepsi, su otro rival mundial.
Con las patentes hay que tener cuidado, porque tienen una vida finita. La única ocasión en la que las patentes son una verdadera ventaja competitiva es cuando la empresa ha demostrado un historial de innovación que sea sostenible. Por ejemplo, 3M tiene miles de patentes en cientos de productos. Pero cuidado con las empresas que tienen un único producto patentado.
2.- Costes de sustitución
Puede que los productos o servicios que vende una empresa sean imprescindibles para los clientes, lo que crea costes de sustitución que otorgan a la empresa el poder de fijar los precios. La mejor forma de entender esto es pensar en un banco. La gente no cambia fácilmente de entidad financiera en búsqueda de mayores intereses o menores comisiones. Se puede cambiar de banco cada siete u ocho años, en el mejor de los casos. Sin embargo, hay quienes recorrerían unos kilómetros más para ahorrarse unos céntimos al repostar gasolina, sin caer en la cuenta de que cambiando de banco ganarían más dinero. Esto es así porque los costes de sustitución de echar gasolina son despreciables, unos pocos minutos, y los de cambiar de banco (cambio de recibos, domiciliaciones, etc) son muy elevados en forma de trámites burocráticos y tiempo.
La idea es que los costes de sustitución en las empresas son una valiosa ventaja competitiva. Al fin y al cabo, si es poco probable que un cliente se vaya con la competencia, se le puede sacar más dinero. En el sector de tecnología hay frecuentes casos, por ejemplo, Oracle, que vende grandes bases de datos a multinacionales. Esas bases normalmente necesitan conectarse a otro programas de software que analicen esos datos primarios, por lo que si una empresa quiere dejar de ser cliente de Oracle, no solo tendrá que mover todos los datos a la base nueva, sino que tendrá que reajustar los distintos programas que extraen esos datos de Oracle.
Este foso económico puede ser difícil de encontrar, porque supone conocer muy bien la experiencia del consumidor. Pero una vez encontrado, puede ser muy poderoso y duradero.
3.- El efecto red
Algunas empresas tienen suerte y se benefician del efecto red, que es un foso económico muy poderoso que puede dejar fuera a los competidores durante mucho tiempo. Este foso es muy poderoso. Los negocios basados en redes tienden a crear monopolios naturales u oligopolios. Por ejemplo, las cuatro redes de crédito que hay en Estados Unidos (Visa, Mastercard, American Express y Discover) representan el 85% del gasto total con tarjetas de crédito.
Si el valor de un bien o servicio se incrementa con el número de personas que lo usan, entonces los productos más valiosos basados en redes serán los que atraigan a más usuarios, creándose así un círculo virtuoso que aumenta cada vez más el tamaño de las redes dominantes. Microsoft es otro caso muy claro de este foso. Muchas personas utilizan Word, Office y Windows solo porque muchas personas también usan los mismos programas y sistemas. O dicho de otra forma. Es tanta la gente que usa Windows, que para sobrevivir en los negocios corporativos, como poco debes ser capaz de hacer funcionar un ordenador con este sistema operativo. De hecho, un producto gratuito como OpenOffice no ha sido capaz de arañar la más mínima cuota de mercado a Excel y Word, lo que quiere decir que Microsoft tiene una poderosa ventaja competitiva.
4.- Ventajas de costes
Algunas empresas tienen ventajas en costes, cuya raíz está en los procesos, la localización, la escala o el acceso a un activo único. Ello permite ofrecer los bienes o servicios a un precio más bajo que los competidores. Las ventajas de costes son más importantes cuando el precio es un factor muy importante en la decisión de compra del consumidor.
Una empresa puede tener productos más baratos porque posea alguna ventaja en procesos, o en localizaciones. Pero cuidado, porque lo que una empresa puede inventar otra lo puede copiar con mucha facilidad.