Fridman, ex-dueño de DIA, tras las sanciones: "Tendré que limpiar la casa yo mismo"

Mikhail Fridman, antiguo dueño de DIA, asegura que no sabe cómo vivir desde que se impusieron las sanciones a Rusia: "Es una situación inesperada"

Las sanciones económicas a Rusia afectaron a grandes oligarcas del país, y uno de ellos fue Mikhail Fridman, antiguo máximo accionista de los supermercados DIA, que afirma "no saber cómo vivir" por culpa de las mismas. "De verdad que no sé cómo vivir", cuenta a Bloomberg en una entrevista en exclusiva.

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El magnate, que fue víctima de la congelación de sus cuentas por parte del Reino Unido y la Unión Europea, aseguraba que un día después de que Bruselas anunciara las medidas, sencillamente, se topó con que sus tarjetas no funcionaban.

Y desde entonces, Fridman trata de averiguar cómo hacer frente a una vida de grandes gastos que había disfrutado durante años.

"Igual debería limpiar la casa yo mismo", contaba a la periodista. "No es un problema, solía vivir en una pequeña habitación con otros cuatro hombres cuando estudiaba, pero después de 35 años, es una situación inesperada".

La historia de un oligarca atrapado entre dos mundos

Fridman, de 57 años, nació en la ciudad ucraniana de Lviv, y se aseguró de publicar una carta de condena a la invasión rusa a los pocos días de que los tanques de Vladimir Putin comenzaran a ocupar terreno europeo.

Nací en el oeste de Ucrania y viví allí hasta los 17 años. Mis padres son ciudadanos ucranianos y viven en Lviv, mi ciudad favorita. Pero también he pasado gran parte de mi vida como ciudadano de Rusia, construyendo y haciendo crecer empresas", asegura Fridman.

El oligarca ruso explica, por tanto, estar "profundamente unido a los pueblos ucraniano y ruso", y ve el conflicto actual como "una tragedia para ambos" puesto que "la guerra nunca puede ser la respuesta".

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El empresario, sin embargo, optó por "no hacer declaraciones políticas", alegando ser "un empresario con responsabilidades" con sus miles de empleados en Rusia y Ucrania.

La pérdida de un patrimonio que sigue siendo desorbitado

Tal vez por la tibieza en sus declaraciones, o por el hecho de que Bruselas decidiera que para atacar a Putin debía atacar con fuerza a todo su círculo empresarial, Fridman no escapó de las sanciones impuestas por las instituciones europeas.

La imposición de éstas provocó que el mandatario perdiera cerca de 3.000 millones de dólares en cuestión de semanas. Su fortuna, sin embargo, sigue siendo considerable. El problema es que ante el bloqueo de sus cuentas, esta riqueza carece de valor.

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De acuerdo con el índice de multimillonarios de Bloomberg, que monitoriza las fortunas personales de las personas más ricas del mundo, Fridman contaba con un patrimonio personal de 10.300 millones de dólares a fecha del 23 de marzo de 2022.

El 10 de febrero de 2022, esta fortuna era de 13.300 millones de dólares.

De acuerdo con el propio Fridman, para gastar algo de ese dinero desde que fuera víctima de las sanciones, tiene que recurrir a un permiso del Gobierno británico. Londres decide si sus peticiones son "razonables".

Hasta el momento, apunta Bloomberg a finanzas.com, el empresario ruso habría recibido una asignación de cerca de 2.500 libras al mes. Es un sueldo más que digno para muchas personas, pero que definitivamente no permite a Fridman seguir el tren de vida que acostumbraba.

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Las sospechas de la UE respecto al nexo entre Putin y Fridman

Pese al rechazo de Fridman a cualquier vínculo con Rusia, y al lamento por la congelación de su fortuna, la Unión Europea aseguraba que tanto el antiguo máximo accionista de DIA como su socio habitual, Petr Aven, participaron en los esfuerzos del Kremlin para levantar las sanciones occidentales.

"(Fridman) ha conseguido cultivar fuertes vínculos con la administración de Vladimir Putin, y se le ha calificado como uno de los principales financieros rusos y facilitador del círculo íntimo de Putin", aseguraba la institución europea en su diario de aplicación de las sanciones a Rusia.

En este mismo documento se señalaba también que "la hija mayor de Vladimir Putin, María, dirigió un proyecto de caridad, Alfa-Endo, que fue financiada por Alfa Bank", y a la que Putin recompensó su lealtad "proporcionando ayuda política a los planes de inversión en el extranjero de Alfa Group".

La institución europea, por tanto, contradecía el alegato de inocencia de un Fridman que quedó desligado de DIA tras su salida del accionariado de Letterone, la sociedad de inversión que se hizo con el control del 77 por ciento del capital social de la cadena de supermercados el pasado agosto.

Si Fridman volverá al accionariado de Letterone, o a disfrutar de su fortuna para no tener que limpiar su casa, dependerá de las consecuencias de una guerra en la que, a fecha del 23 de marzo y de acuerdo con los datos de la ONU, 977 civiles han muerto a manos del ejército de Putin.

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