Nueva vuelta de tuerca contra los socios de sicavs
Hacienda es cada vez más exigente para validar las fusiones de sicavs con fondos
Hacienda puede aumentar sus exigencias para dar por válidas las causas económicas que se alegan para fusionar sicavs con fondos de inversión, lo que reducirá las alternativas de los inversores de estas sociedades para mantener los beneficios fiscales que tenían hasta ahora.
Atrapados sin salida'. Así se pueden ver los 474.074 partícipes de sicavs abiertas en España emulando la película dirigida por Richard Pearce. Y es que la posibilidad de que Hacienda aumente sus requerimientos para validar las fusiones entre sicavs y fondos de inversión reducen las opciones de los socios de sicavs para beneficiarse de la tributación reducida del 1 por ciento que grava a estas sociedades.
El miedo a que un nuevo Gobierno penalice fiscalmente las sicavs o cambie su operativa se ha apoderado de muchos socios que ya están 'moviendo ficha' cuando, con certeza, aún no se sabe lo que pasará con ellas.
«Aunque el ataque electoralista a las sicavs es tradicional cada cuatro años, en esta ocasión, los cuatro principales partidos han llevado en sus programas la penalización fiscal u operativa de estas sociedades y el mercado interpreta que esta vez va en serio», asegura Fernando Ibáñez, vicepresidente de la Asociación de Empresas de Asesoramiento Financiero (Aseafi) y cofundador de la Eafi Ética Patrimonios.
La alarma sobre un factible cambio en las sicavs se disparó en agosto, cuando el PP y Ciudadanos firmaron un acuerdo en el que se recogían '150 compromisos para mejorar España' y, entre ellos, dos que afectaban a las sicavs: devolver a la Agencia Tributaria el control fiscal de estas sociedades -ahora supervisadas por la CNMV- «haciendo que las que no sean auténticas Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) no tributen al tipo privilegiado del 1 por ciento sino al tipo general del Impuesto de Sociedades (25 por ciento)» y que solo se computen a efectos del número mínimo de accionistas los partícipes que tengan un capital de más del 0,55 por ciento para poder beneficiarse de una tributación reducida. Con ello se pretendía, según el acuerdo, que las sicavs sean «verdaderas IIC y no vehículos de inversión privada de grandes fortunas con el objetivo de tributar menos».
Ante la posibilidad de aumentar la tributación de las sicavs sus socios cuentan con distintas alternativas: liquidar la sicav y crear una nueva en Luxemburgo, realizar una fusión transfronteriza entre sicavs, transformar la sicav en una sociedad anónima o en una sociedad limitada y renunciar a sus privilegios fiscales o fusionar sicavs con fondos de inversión. Esta ha sido la preferida hasta ahora, ya que en los siete primeros meses del año cerca de 180 sicavs han desaparecido en España. De ellas, 124 se han fusionado con fondos de inversión para evitar declarar sus plusvalías y diferir sus pagos.
«Hay socios que se están adelantando porque el dinero tiene miedo y están tomando decisiones como fusionarse con un fondo existente o de nueva creación», dice Javier Muñoz, director general de Tressis Gestión.
Pero la fusión no es tan fácil, tiene que justificarse ante Hacienda para que se haga con neutralidad fiscal y, para ello, es imprescindible un motivo económico válido. Si la motivación del cambio viene dada por causas económicas como la reducción de costes operativos o una reestructuración, la operación estará libre de impuestos, pero si con ella solo se pretende obtener una ventaja fiscal tendrá que tributar.
Así lo ha corroborado una respuesta vinculante de la Dirección General de Tributos de la Secretaría de Estado de Hacienda, según la cual la fusión «no se aplicará cuando la operación no se efectúa por motivos económicos válidos, tales como la reestructuración o la racionalización de las actividades de las entidades que participan en la operación sino con la mera finalidad de conseguir una ventaja fiscal».
Si Hacienda decide aumentar las exigencias a estas fusiones, los socios pueden liquidar la sociedad en aquellos casos en que no existan plusvalías. «Primero la pasas a una sociedad anónima y luego la das de baja», señala Javier Muñoz.
Otra posibilidad es llevar a cabo una fusión transfronteriza entre sicavs. «Por ahora se han visto pocas porque tardan mucho tiempo en realizarse y son caras», opina Muñoz. Esta operativa requiere elevadas comisiones de auditores, de gestores, de depositarios... que superan con creces las de España, por ello «la fusión entre sicavs españolas y luxemburguesas solo sería adecuada para las sicavs más grandes», apunta el directivo de Tressis.
Antes de abrir una sicav en Luxemburgo o fusionar una sicav española con otra de ese país, Fernando Ibáñez advierte a los inversores de sus costes y de la «escasa seguridad legal futura» que ofrecen. «Nuestra recomendación es que analicen detalladamente el proceso y que busquen asesoramiento independiente. Es evidente que una gestora luxemburguesa o un banco que tenga filial allí recomendarán a sus clientes esta vía, pero tengamos claros los conflictos de interés a la hora de tomar una decisión. En 2011 y 2012 se propagó el temor de corralito en España, lo que aprovecharon las gestoras luxemburguesas para captar clientes y depositarlos en sus productos. Nuestra experiencia con estos clientes es que han sufrido comisiones elevadas y dificultades burocráticas para repatriar los fondos».
Añade que a quien benefician estas operaciones es a Luxemburgo, «que se está convirtiendo en un paraíso fiscal de facto en pleno centro de Europa y con el beneplácito de la UE. Sinceramente, es difícil entender que un país europeo tenga unas ventajas fiscales y regulatorias tan abismales respecto al resto».
'TOMA EL DINERO Y CORRE'
Otra película americana, esta vez dirigida por Woody Allen, 'Toma el dinero y corre', predice lo que puede pasar si, finalmente, modifican las sicavs. Según los expertos es muy probable que el dinero invertido en España en estas sociedades se vaya a otros países. «Esto es evidente. Los ahorradores pequeños y grandes buscan la mayor rentabilidad y, por tanto, la menor fiscalidad posible dentro de la legalidad. Si no hay alternativas en España, las buscarán en otros países como Luxemburgo, siempre que les compensen los costes», asegura el vicepresidente de Aseafi.
Javier Muñoz es de la misma opinión. «Parte del dinero que ahora está en sicavs en España se irá fuera del país». A este inconveniente se suma, en su opinión, que «se perderá todo el control y la supervisión de ese capital» y tendrá un «gran impacto en todo el sector. Desde el propio regulador, la CNMV, porque sus ingresos de tasas por los servicios que presta como regulador se verían mermados, hasta el MAB, que funciona básicamente por la presencia de la cotización de las sicavs. Por no hablar de los depositarios que, en muchos casos, viven de las sicavs, o de las gestoras medianas y pequeñas, de los auditores, abogados y consultores. El agujero que van a hacer en el sector será tremendo». Añade que «el impacto no solo será para los ricos a quienes cierren sus sicavs, sino que modificará todo el esquema que rodea a estas sociedades».
'LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ'
Los expertos también coinciden en que si aumenta la tributación de las sicavs, estas acabarán por desaparecer como vehículo de inversión colectiva en España. «No parece serio que destrocen el vehículo y perjudiquen a los pequeños inversores que lo utilizan», declara Fernando Ibáñez.
Y según los últimos datos de Inverco su declive ya ha empezado. En los nueve primeros meses del año su patrimonio gestionado se ha reducido un 3,1 por ciento, hasta alcanzar los 33.041 millones de euros, y el número de accionistas ha bajado un 2,6 por ciento, hasta los 474.074.
En opinión de Javier Muñoz, «lo que hay, hoy por hoy, es mucha incertidumbre y muchas dudas y si se toman las medidas que se han anunciado sobre las sicavs este vehículo de inversión colectiva acabará por desaparecer en España».