Continuidad, el gran reto de la empresa familiar

Empresarios familiares desvelan las claves para lograr la continuidad transgeneracional en la empresa familiar en una jornada organizada por CEIM y Fundación Numa.

Empresarios familiares desvelan las claves para lograr la continuidad transgeneracional en la empresa familiar en una jornada organizada por CEIM y Fundación Numa.

Bajo el título, 'Las claves de la continuidad transgeneracional en la familia empresaria: liderazgo, gobernanza y sucesión', la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) y la Fundación NUMA organizaron una jornada en la que se puso de manifiesto la importancia de la empresa familiar en España. Casi el 90 por ciento del tejido empresarial español está compuesto por empresas familiares que aportan el 60 por ciento del PIB y el 75 por ciento del empleo privado y, según manifestó en el acto apertura Ángel Asensio, presidente de la Cámara Oficial de Comercio Industria y Servicios de Madrid, «son esenciales para la economía y el empleo». Destacó que tienen dos problemas «su elevada mortalidad en la segunda generación y su pequeño tamaño». También mostró su preocupación por el impuesto sobre sucesiones y donaciones, ya que «en cada cambio generacional el Estado se queda una parte del patrimonio y pone en peligro la continuidad de esas empresas».

Miguel Garrido, secretario general de CEIM, subrayó que España necesita más empresas para que «haya mayor actividad económica y más empleo» y que la empresa familiar «es clave para el desarrollo del país».

Por su parte, José Ramón Sanz, presidente del Consejo de Empresa Familiar de CEIM y de la Fundación NUMA, recordó que durante la crisis las familias empresarias «pusieron su patrimonio al servicio de la continuidad de sus empresas y despidieron diez veces menos que las empresas no familiares». Coincidió con Asensio al asegurar que el «impuesto sobre sucesiones y donaciones es un torpedo en la línea de flotación de la empresa familiar».

Tras la apertura de la jornada tuvo lugar la primera mesa redonda que trató sobre 'Los retos de continuidad transgeneracional de la empresa y la cohesión familiar', moderada por Miguel López, director general para Europa y Latinoamérica de Family Office Exchange. En ella intervinieron miembros de cuatro empresas familiares que explicaron los riesgos y oportunidades de estas compañías. Elena Lis, de Hijos de Federico Lis, señaló que «la empresa familiar tiene un legado y una tradición y eso la fortalece» y destacó los riesgos derivados de «las emociones», ya que «pueden ocasionar malos entendidos dentro de la familia».

Manuel Gancedo, de Tapicerías Gancedo, destacó la oportunidad que para estas compañías se deriva del «compromiso» de toda la familia en el proyecto empresarial, ya que «la actitud mueve montañas».

Eduardo Muga, de Bodegas Muga, incidió en el «gran valor competitivo» que supone para estas empresas «el grado de implicación de toda la familia» y advirtió que los empresarios familiares «tienen que estar atentos y saber si tienen el talento necesario en la compañía o deben contratar a directivos ajenos a la familia».

Jaime Grego-Mayor, de Laboratorios LETI, subrayó que «la pasión» es una de las cosas más importantes que aporta la familia a la empresa». Otros de sus valores son «su visión a largo plazo» y «la preocupación por sus trabajadores» a los que consideran «parte de la familia», y, por ello, tomar decisiones sobre sus empleos «se hace más duro». 

Publicidad
Publicidad

Tras la primera mesa redonda, Ricardo Molina, consejero de la Fundación NUMA y miembro de la junta directiva de CEIM, dio a conocer el Modelo Numa de continuidad transgeneracional que da respuesta a retos como: la transmisión del capital humano familiar, mantener la cohesión multigeneracional, conservar el patrimonio financiero, el relevo patrimonial o el crecimiento y la sostenibilidad de las actividades empresariales. 

REDUCIDA DIMENSIÓN

Molina destacó el problema que supone para la empresa familiar «su reducida dimensión que le crea dificultades para acometer proyectos de internacionalización y hace que tenga una menor capacidad inversora», por ello reconoció que uno de los retos es «hacerlas más grandes». 

Publicidad

Considera que el propósito de la empresa familiar es «crear riqueza a través de generaciones» y «su éxito es la continuidad transgeneracional». Hizo hincapié en el proceso de reflexión familiar desarrollado por Fundación Numa, un modelo holístico que formula una visión de la familia empresaria como confederación de dinastías, en la que caben los proyectos comunes e individuales de cada dinastía familiar y aporta un modelo de gestión de ese capital: familiar, empresarial y patrimonial. Concluyó recordado que la continuidad transgeneracional es «un reto colosal pero posible y la mayoría de las familias lo consigue». 

Luis Bravo, socio de Cuatrecasas, habló sobre las estrategias de protección patrimonial que la familia empresaria debería tener en consideración para establecer cortafuegos de forma que los problemas en la empresa, la familia o su patrimonio no acaben extendiéndose al resto de perímetros y acabe poniendo en riesgo la continuidad. Según él, la clave está en la prevención.

La segunda mesa redonda trató sobre experiencias de éxito de familias empresarias. Moderada por Mariola Olivera, directora del Instituto de Formación Empresarial de la Cámara de Comercio de Madrid, en ella participaron Pilar Losantos, de Inmobiliaria Neinver; Koldo Eguren, de Bodegas Eguren Ugarte, e Irina Costafreda, de Panrico.

El encargado de cerrar el acto fue José Ramón Sanz y entre las conclusiones del evento destacó que los retos son superables y que la mayoría de las familias que se ponen manos a la obra lo consiguen, desmontando así el falso mito del siglo XIX que decía 'padre bodeguero, hijo millonario, nieto pordiosero'. Otra de las conclusiones fue que la continuidad de la empresa familiar es una tarea diaria que exige el compromiso de todas las generaciones.

Publicidad
En portada

Noticias de