Pensionistas y cotizantes: cara y cruz de la reforma de las pensiones

La reforma de las pensiones será aprobada entre críticas de los expertos que afirman que será "insostenible" en el tiempo

La reforma de las pensiones que se debate este jueves en el Congreso cumplirá uno de los objetivos para los que se diseñó: mantener el poder adquisitivo de los jubilados al indexar la subida de las pensiones al IPC.

Ello hace que los actuales pensionistas sean “los grandes beneficiados de esta norma”, reconoce Enrique Devesa, profesor de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE.

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Otro de los colectivos favorecidos son las mujeres, asegura Miguel Ángel Menéndez, director de negocio de previsión social de Mercer, ya que la norma incrementa el periodo para cubrir sus lagunas de cotización. Se cubren hasta 5 años con el 100 por ciento de la base mínima, frente a los 4 actuales.

Mientras que el sexto y el séptimo año sin cotizar se cubrirá con un 80 por ciento de la base mínima, frente al 50 por ciento establecido ahora.

También se reduce la brecha de género en las pensiones al incrementar este complemento un 10 por ciento adicional a la revalorización anual de las pensiones durante 2024 y 2025.

Mejorar las pensiones mínimas

Los jubilados con pensiones más bajas también se verán beneficiados, indica Menéndez, debido a “la subida gradual de las prestaciones para converger a determinados niveles".

José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social, se ha inspirado en la evolución del salario mínimo para diseñar una senda de convergencia dirigida a que las pensiones más bajas suban un porcentaje adicional a la revalorización anual ligada al IPC hasta converger con el 60 por ciento de la renta mediana de un hogar con dos adultos en 2027.

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También se revalorizarán las pensiones no contributivas mediante un proceso similar. Crecerán hasta converger en ese mismo año con el 75 por ciento del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal.

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A estos beneficiados se suman los jubilados que “han tenido carreras de cotización discontinuas que podrán elegir diferentes bases de cotización”, argumenta el experto de Mercer.

En este sentido, se establece un régimen dual del periodo de cómputo para calcular las pensiones. Los jubilados podrán elegir entre el periodo actual que tiene en cuenta los últimos 25 años cotizados o uno nuevo por el que se amplía de 25 a 29 años el periodo, con la posibilidad de excluir los dos peores ejercicios.

El lado oscuro de la reforma

La entrada en vigor de la reforma perjudicará a una serie de colectivos entre los que destacan los actuales cotizantes, debido a que serán ellos “los que van a asumir el coste actual y futuro del sistema y se verán afectados por la subida de los tipos de cotización", advierte Enrique Devesa.

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Esto se debe a que la norma refuerza el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) para llenar el fondo de reserva de la Seguridad Social.

El mecanismo, que ha entrado en vigor este año, supone una cotización adicional del 0,6 por ciento que irá aumentando a partir de 2024 una décima cada año hasta alcanzar 1,2 puntos porcentuales en 2029.

El 1 por ciento correrá a cargo de la empresa y 0,2 por ciento del trabajador. Esta cuota se mantendrá en el 1,2 entre 2030 a 2050 y podrá aumentar de manera automática si el gasto en pensiones sobrepasa el 15 por ciento del PIB.

Jóvenes y grandes asalariados, los damnificados

Entre los cotizantes más perjudicados destacan los jóvenes y los que reciben los salarios más altos. Los primeros porque “tendrán que cotizar más para recibir menores prestaciones en términos medios”, indica Menéndez.

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Los segundos debido a que tienen que soportar “una cotización de solidaridad que puede suponer hasta un 7 por ciento adicional. Les van a subir las bases de cotización más rápidamente que la pensión máxima, es decir, supondrá con un recorte de la pensión que no es fácil de visibilizar", argumenta Devesa.

Hace referencia a la cuota de solidaridad para los salarios más altos que queden por encima de la base máxima. Esta medida se desplegará gradualmente, partiendo de cuotas de alrededor del 1 por ciento en 2025, hasta alcanzar valores alrededor del 6 por ciento en 2045. Se aplicará sobre la parte del salario que hasta ahora no cotizaba.

La reforma de la polémica

La nueva norma cuenta con defensores y detractores. Estos últimos, entre los que se encuentran los partidos de la oposición, empresarios y expertos en pensiones, creen que no conseguirá dar viabilidad al sistema público de pensiones.

A juicio de Isabel Casares, secretaria general de la Organización de Consultores de Pensiones (OCOPEN), “la reforma va a ser insostenible en el tiempo, ya que deteriora la equidad contributiva entre distintas generaciones y entre los salarios más altos y más bajos de una misma generación".

Argumenta que se centra en el aumento de los ingresos sin prever un control de los gastos futuros que van a generar las pensiones públicas, “lo que va a suponer empeorar la sostenibilidad financiera del sistema”.

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