Telefónica, en la encrucijada: crecer en Europa con el grado de inversión al límite
Telefónica quiere expandirse en Europa y reforzar áreas estratégicas, pero su rating BBB- limita el margen para nuevas adquisiciones.”
Telefónica se mueve en una peligrosa encrucijada que tendrá que despejar en los próximos meses: combinar sus planes de crecimiento en Europa con el mantenimiento del grado de inversión para su deuda, que ya se está al filo de la navaja, lo que ha vuelto a poner sobre la mesa los rumores de una ampliación de capital.
La compañía camina a firmar su mejor año en bolsa desde 2019, pero este jueves marcó su mayor caída en dos meses, del 2,6%, un frenazo que coincidió con las advertencias de los expertos respecto al dilema que afronta la multinacional que preside Marc Murtra y el riesgo de dilución de una ampliación que ya se venía rumoreando desde abril.
El grupo pretende avanzar en dos direcciones al mismo tiempo, crecer en Europa y proteger la calificación de sus bonos. El problema es que ambas metas chocan de frente, sobre todo en un contexto en el que el grupo mantiene un frágil rating BBB-, la última escala antes de perder esa categoría.
“Gestionar ambas prioridades será complicado, lo que aumenta el riesgo de tropiezos en la historia crediticia de la compañía”, apuntaron los analistas de Bloomberg Intelligence.
Objetivos de expansión en Telefónica frente a prudencia financiera
En los últimos ejercicios, Telefónica no ha tenido reparos en acometer compras relevantes, como la adquisición de los activos de Oi en Brasil en 2022 o la compra de los minoritarios de Telefónica Deutschland en 2023.
Además, recientemente ha trascendido que Telefónica podría estar interesada en comprar la participación de Virgin Media en la joint venture británica VM O2, según adelantó Bloomberg News.
Igualmente, tampoco es un secreto que Telefónica desea ampliar su presencia en el sector de la defensa, considerado estratégico por sus principales accionistas, con la SEPI y Caixabank a la cabeza junto al grupo saudí STC.
Esa apuesta contrasta con el discurso oficial de prudencia financiera. De hecho, la propia compañía reiteró en la conferencia de resultados del segundo trimestre su compromiso con mantener el grado de inversión, pese a que su ratio de apalancamiento ya había superado el objetivo.
En el primer semestre de 2025, la deuda neta se situó en 2,78 veces el Ebitda, frente a 2,58 veces a cierre de 2024. La presión procedió, principalmente, de los dividendos y del impacto negativo de las divisas, según apuntan en Bloomberg Intelligence.
La confianza, en entredicho
La cuestión, como recuerdan los analistas de la agencia estadounidense, es que esta predisposición de Telefónica a gastar en adquisiciones “mina la confianza en el discurso de la dirección sobre la reducción de la deuda”.
Se trata de un equilibrio inestable que deja a la deuda de Telefónica al borde del precipicio, nada que ver con la situación hace justo una década, cuando la compañía defendía sin problemas una calificación crediticia para sus bonos en un escalón superior.
La compañía confía en que el capital circulante y los ingresos de desinversiones en Latinoamérica ayuden en la segunda mitad del año, pero los expertos advierten de que el margen de tolerancia de las agencias de rating se está agotando, especialmente si Telefónica no toma medidas “proactivas” para reconducir el apalancamiento.
Brasil y España, en el punto de mira
Uno de los principales problemas que afectan a Telefónica es la evolución del negocio en Brasil. Es cierto que la compañía logró un incremento del ebitda del 8% en los últimos resultados trimestrales, pero esto se tradujo en una caída del 5% en euros debido a la volatilidad del tipo de cambio.
La mejor noticia es que se trata de un impacto coyuntural que debería moderarse en el segundo semestre, admiten los analistas.
A favor de la filial brasileña juega la buena percepción de la calidad de la red, la baja rotación de contratos y la expansión de la fibra, que aporta un ingreso medio por usuario un 50% superior al de la banda ancha tradicional.
En el mercado doméstico, la situación tampoco es cómoda. Los menores flujos de caja en España generan preocupación, dado que sigue siendo la base del grupo. Además, la fusión de Orange y MásMóvil podría no generar un beneficio relevante para terceros, pese a las condiciones que impongan las autoridades de competencia.
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