Lecciones para Grifols tras el hundimiento de su rival Baxter

Grifols estudia operaciones para reducir su apalancamiento, pero puede extraer lecciones de las últimas decisiones de un rival del sector que pagó con grandes pérdidas su decisión de escindir parte de su negocio

Grifols se está convirtiendo en una de las sensaciones del IBEX 35 durante el 2023, gracias a un crecimiento a doble dígito impulsado por su compromiso de reducción de deuda, y la certeza de que realizará operaciones de desinversión para desapalancarse.

Mientras la empresa termina de concretar la forma y las cifras de esta previsible venta de activos, no obstante, puede extraer lecciones de los últimos movimientos de una de las empresas de su sector, la norteamericana Baxter.

Y es que Baxter anunció el 6 de enero sus planes para reestructurar sus unidades de negocio de cuidados renales y de terapias agudas. Y como consecuencia, perdió un 15 por ciento en las dos sesiones inmediatamente posteriores a su comunicado.

Una respuesta del mercado que estuvo provocada por el hecho de que — pese a que la intención de Baxter con estas desinversiones es "simplificar el modelo operativo y mejorar la eficiencia operativa", aliviando así la presión causada tanto por los problemas en la cadena de suministro como por el aumento de los costes de las materias primas —, los expertos no aprobaron la hoja de ruta de la compañía.

Un veredicto que habla de la importancia no solo de mandar señales al mercado, sino de que estas se recojan con optimismo por el mismo, como hasta ahora está haciendo con Grifols.

El golpe a Baxter tras su anuncio

La historia bursátil de Baxter durante el 2022 siguió una hoja de ruta aún peor que la de Grifols, al perder un total del 40 por ciento de su valor durante el año.

Una caída derivada del impacto de un contexto macroeconómico desfavorable, y del deterioro de sus cuentas causado por su adquisición de la compañía norteamericana Hillrom.

Para paliar el efecto negativo de estos factores en sus cuentas, como se mencionaba anteriormente, Baxter apuntó la semana pasada que escindirá sus unidades de negocio de cuidados renales y de terapias agudas en una empresa independiente que cotizará en bolsa, fijando como plazo para esta salida los próximos 12 a 18 meses.

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Pero las reacciones del mercado a este anuncio, al margen de la caída en el valor de su cotización, pasaron por recortes de precio objetivo como los realizados por Wells Fargo, Stifel, o Morgan Stanley.

La primera, Wells Fargo, redujo el precio objetivo que tenía fijado para las acciones de Baxter de los 57 a los 52 dólares. Stifel, mientras tanto, lo recortó de los 61 a los 55 dólares, y Morgan Stanley asestó el golpe más duro.

De los 70 dólares y la recomendación de compra que la analista del banco norteamericano, Cecilia Furlong, mantenía sobre Baxter, se pasó a una postura neutral respecto a sus títulos, cuyo precio objetivo rebajó hasta los 55 dólares.

Unos movimientos a la baja que también encontraron su réplica en el análisis de su deuda, puesto que Fitch colocó el rating de Baxter en "vigilancia de calificación negativa" tras su anuncio de transacciones estratégicas.

"Esta acción refleja la expectativa de Fitch de que los ratings de Baxter pueden sufrir un recorte una vez que se completen las transacciones", apuntó la agencia de calificación crediticia.

Las lecciones para Grifols

A pesar de que Fitch reconoció que la escisión propuesta por Baxter "podría ser estratégicamente constructiva dadas las escasas sinergias entre estas unidades de negocio y el resto de la cartera", también se advirtió de que el efecto de la operación sobre su perfil crediticio "dependerá en gran medida del importe de los ingresos pagados, y del uso de dichos ingresos".

Los analistas de la agencia, además, alertaron de que "el perfil empresarial de Baxter se verá afectado negativamente por la reducción de escala y la diversificación".

Un riesgo de pérdida de escala y de diversificación, precisamente, al que se expone Grifols si termina saliendo completamente de China, o si se deshace de una unidad de diagnóstico que, en 2022, supuso un 14,9 por ciento, contribuyendo de forma significativa al negocio core de la compañía, el de biociencia.

Por ello, Grifols, que durante la sesión del 11 de enero registró una nueva subida de relevancia tras comunicar que obtuvo resultados preliminares positivos en el último ensayo de solución para el tratamiento de hemorragias quirúrgicas en pacientes pediátricos, tendrá que medir sus pasos.

El mercado espera una decisión de Grifols para reducir su endeudamiento, pero no dudará en devolver al valor por la ruta bajista si el veredicto final no colma las expectativas.

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