La incógnita a despejar por Grifols tras hundirse un 20%

Grifols debe aclarar cómo y cuándo tomará medidas adicionales para reducir su apalancamiento, y mira a China para despejar las dudas

Después de protagonizar un arranque de año espectacular que llevó a sus títulos a cotizar con mejoras de cerca del 70 por ciento desde sus mínimos de octubre, Grifols vivió un final del mes de febrero catastrófico que hundió su cotización alrededor de un 20 por ciento hasta el cierre del 2 de marzo.

Y es que, tras anunciar la dimisión exprés del ejecutivo que había revitalizado el porvenir de la compañía, Steven F. Mayer, y de presentar unos resultados que dejaron menos beneficios de los esperados y unas guías para 2023 más conservadores de lo inicialmente previsto, Grifols cayó desde los 14,5 hasta los 11,4 euros en cuestión de 8 sesiones.

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Una vuelta a la depresión bursátil en la que estuvo instalada durante gran parte del 2022, por tanto, que obliga a Grifols a despejar rápidamente la última duda que se cierne sobre su trayectoria: el cómo y cuándo piensa acelerar su desapalancamiento.

Porque Grifols, con su presentación de resultados, convenció al mercado de su compromiso con el plan de recortes y de fluidez comunicativa prometidos durante el corto mandato de Mayer, y también demostró que la pandemia era cosa del pasado con el crecimiento del 23 por ciento en sus ingresos anuales.

Pero hasta que no detalle qué medidas adicionales piensa tomar para llevar su ratio de endeudamiento desde las 7,1 veces reportadas hasta las 4 veces marcadas como objetivo, sus acciones seguirán en el purgatorio bursátil en el que se encuentran en estos momentos.

El mercado aplaude el compromiso de Grifols, pero reclama concreción

"Tras la reunión de Grifols con los analistas, nos sentimos cada vez más positivos (respecto a la compañía), a la luz del claro compromiso de la dirección de reducir su deuda en 2023, así como de mejorar la expansión de sus márgenes mediante el ahorro de costes a partir de 2024", apuntaron desde Barclays.

El banco británico, cabe recordar, fue una de las voces más críticas con la biofarma durante el último año, y tan solo cambió su parecer respecto a la misma después de que se anunciara su plan de recortes que permitirá a la compañía ahorrar 400 millones de euros.

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Partiendo de esa posición de escepticismo, no obstante, la entidad financiera aseguró que el nuevo presidente de la compañía, Thomas Glanzmann, les causó buena impresión durante la presentación de resultados, y también valoró positivamente que Grifols "valore todas las opciones a su alcance" para lograr que 2023 sea "el año en que reduzca el apalancamiento de la empresa".

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"Sin embargo, a falta de más detalles sobre la posible transacción, se ha pedido a los inversores que esperen y confíen en la ejecución de la estrategia del equipo directivo para aumentar los volúmenes de plasma, ampliar los márgenes y reducir el apalancamiento de la empresa por medios orgánicos e inorgánicos", explicaron desde Barclays.

Una reclamación de paciencia ante la que el banco, teniendo en cuenta las previsiones pesimistas del consenso a corto plazo, decidieron mantenerse su posición neutral frente a Grifols, a pesar de las buenas sensaciones expresadas tras la presentación de resultados.

Así pues, el sentir de Barclays dejó ver que Grifols dio pasos en la dirección correcta durante los últimos meses, independientemente de la salida de su presidente, pero que no podrá revitalizar su acción hasta que no concrete sus medidas de desapalancamiento.

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Un parecer que también compartieron desde Bankinter, desde donde sus analistas apuntaron que el aumento del ebitda de la compañía posibilitó recortar la ratio de endeudamiento, pero también que este indicador seguía siendo elevado, "y uno de los problemas a acometer".

China sigue siendo la solución preferente

Ante la constatación de que, al margen de la recuperación de sus cifras, Grifols tendrá que acometer operaciones adicionales para reducir su apalancamiento, gran parte de la conferencia que la empresa mantuvo con los analistas giró alrededor de cuáles eran las opciones dispuestas sobre su mesa.

Como ya explicó finanzas.com durante diciembre, el mercado lleva tiempo especulando que las opciones para que Grifols consiga este capital extra pasan por la venta de su división de diagnósticos, o por su participación en Shangai RAAS, pero la empresa prefiere mirar a China.

Fuentes próximas a la compañía, además, confirmaron a este medio que las conversaciones con inversores para una venta parcial en China siguen vigentes, a pesar de que el calendario original de cierre de la operación haya sufrido retrasos.

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La empresa, por último, también reiteró en la conferencia de analistas que en estos momentos no contempla ampliar capital, puesto que el bajo valor actual de sus títulos resta sentido tanto a esta opción, como a la de colapsar su estructura de doble acción.

Grifols, en definitiva, tendrá que ofrecer respuestas al mercado, y depende de sí misma para lanzar un mensaje convincente.

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