Teruel ama los fondos de inversión. Nuevas tendencias inversoras en España

Los españoles maduran al invertir. La pandemia imprime el carácter que faltaba para gestionar fondos de inversión y otros activos

Hablar del mundo financiero resulta prosaico al lado de todo lo que ha ocurrido pero, como muchas otras cosas, también han sufrido los impactos del coronavirus la economía, la industria de los fondos de inversión, la del ahorro en general y los mercados financieros.

Ha habido que recurrir a la medicina de los gobiernos y los bancos centrales para evitar que al caos sanitario se uniera también el de los mercados. 

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Por tanto, si bajamos a la arena de los mercados financieros y de los productos de ahorro/inversión relacionados, en los que los ahorradores tienen depositado su dinero, podremos analizar su evolución y las reacciones de los inversores a lo largo de la pandemia.

El inversor español está alcanzando un grado muy alto de madurez en el siglo XXI, sometido a un entrenamiento continuo, y ha aprendido a relativizar los acontecimientos que frecuentemente se han ido produciendo, reaccionando cada vez con más calma y reflexionando antes de tomar decisiones precipitadas.

A esta conclusión se puede llegar si revisamos la evolución del patrimonio invertido en los dos grandes productos: los fondos de inversión y los fondos de pensiones durante 2020.

Los españoles maduran al invertir

Empezando por los fondos de inversión, según datos del informe del Observatorio de Inverco nos encontramos con la buena noticia de que el patrimonio invertido en España en estos productos cerraba 2020 en máximos históricos.

Concretamente, en 276.636 millones de euros, 88 millones por encima de 2019 que, aunque sea poquito, es un número excelente teniendo en cuenta las dificultades atravesadas en 2020. 

El 15 por ciento del ahorro total de los españoles se encuentra invertido en estos vehículos cada vez más utilizados por todo tipo de ahorradores, y lo que es más significativo es que el peso de los fondos de renta variable en ese total se ha incrementado hasta el 16 por ciento, siendo un punto superior al de 2019 (y a pesar de la volatilidad de las bolsas).

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Como destaca el informe elaborado por el Observatorio Inverco, a partir de la información proporcionada por las gestoras de fondos de inversión nacionales a cierre de 2020, para aquellos partícipes que mantuvieron sus posiciones en fondos con un objetivo de inversión a medio o largo plazo, las pérdidas latentes de marzo y abril se convirtieron posteriormente en ganancias; y para quienes realizaron nuevas suscripciones en esos momentos se generó rentabilidad posterior. 

Por tanto, como ya hemos visto en numerosas ocasiones, las decisiones precipitadas de desinversión a corto plazo generan pérdida de oportunidades de rentabilidad para los partícipes.

Muchos de ellos ya se han dado cuenta a juzgar por la evolución del número de cuentas de partícipes en fondos de inversión, que subió el 8,2 por ciento respecto a 2019, totalizando 12,6 millones de cuentas, lo que confirma el elevado grado de penetración de los fondos de inversión en el ahorro de los españoles. 

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Cataluña, Madrid y Euskadi concentran la inversión

Si lo analizamos por comunidades autónomas, encontramos que Cataluña, Madrid y el País Vasco concentran el 51,6 por ciento de los inversores y, si lo vemos por volumen de activos, estas tres suponen el 53,8 por ciento del total.

Aunque el comportamiento inversor es bastante homogéneo entre los españoles podemos decir que las comunidades donde el peso del patrimonio en fondos de inversión en relación a su PIB supera la media nacional son la Rioja, el País Vasco, Aragón, Castilla León, Navarra y Madrid.

Y, en términos provinciales, es Teruel la que bate todos los récords, siendo este peso equivalente al 55 por ciento de su PIB.

Haciendo una breve alusión a los fondos de pensiones, encontramos que también registraron niveles récord de patrimonio: 118.522 millones de euros con un crecimiento cercano al 2 por ciento sobre 2019, manteniéndose el número de partícipes.

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Esto constituye un dato positivo y esperemos que refleje también una mayor concienciación en la población sobre un tema de tanta actualidad como es la necesidad de complementar con el ahorro privado las futuras pensiones públicas en el momento de la jubilación.

Por tanto, podemos concluir que el inversor español se comporta cada vez más de forma madura, habiendo superado con éxito un año muy complicado y mostrando su confianza en los productos de ahorro de medio y largo plazo. ● Un artículo de Valentín Arroyo (Observatorio Inverco)

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