Los fondos siguen creciendo pero con diferentes patrones

El cielo se despeja para los fondos de inversión españoles: los nubarrones que habían empañado la segunda parte de 2018 se han evaporado.

Las nubes que se habían cernido sobre el sector de fondos de inversión en los últimos meses del año pasado comienzan a disiparse, pero el nuevo entorno que se abre para estos vehículos de ahorro está cambiando. Las dudas sobre la evolución de los mercados, y la instauración de la volatilidad como un hecho cotidiano, están ayudando a modificar los patrones de consumo: hace un par de años y en un entorno de tipos cercanos a cero, los inversores buscaban la rentabilidaden productos de mayor riesgo, mientras ahora vuelven la mirada a opciones más conservadoras que permitan, sobre todo, proteger su capital. Así las cosas, el sector sigue creciendo, pero basado en pilares diferentes a los de hace dos años.

En primer lugar, debido al cambio producido en los mercados. Años como 2017, en los que todos los activos subían y los mercados acompasaban y cimentaban el crecimiento de la industria de fondos, parecen haber quedado atrás. 2018 puso de manifiesto que la volatilidad, y los vaivenes en los mercados financieros, vuelve a estar a la orden del día, lo que exige una mejor gestión y control de riesgos. Eso se notó con fuerza en las carteras de los fondos, que redujeron su rentabilidad y cerraron en muchos casos con caídas. Aunque en 2019 los mercados financieros han vuelto a acompañar, y con datos provisionales de Inverco de enero a marzo, permiten que la rentabilidad media de los fondos en el trimestre sea de un 3,43 por ciento, el ánimo de los inversores ha quedado tocado.

Lo ocurrido en la última parte del año pasado lo atestigua: los mercados lastraron el crecimiento de la industria y, aunque con un poco retraso y de forma paulatina, los inversores respondieron reduciendo las suscripciones hacia los fondos de inversión en el mejor de los casos, y retirando su capital en otros. De hecho, desde septiembre del año pasado a enero de este año, durante cinco meses seguidos, han reembolsado capital de forma continuada, retirando de los fondos casi 5.000 millones de euros (4.954 millones, según datos de Inverco). Aunque en febrero y marzo volvieron a confiar en estos vehículos (con suscripciones de 263 millones en los últimos dos meses), los datos muestran que las entradas se están produciendo de forma moderada y que, además, este segundo eje sobre el que se apoya el crecimiento de los fondos, los flujos, ha cambiado totalmente de sentido, y se asienta ahora sobre productos más conservadores.

Aun con ese cambio de apoyos, la industria sigue creciendo y el balance del primer trimestre del año es muy positivo: con datos provisionales de Inverco, los fondos cerraron marzo con un incremento en su volumen de activos de 771 millones de euros (un 0,3 por ciento más que el mes anterior), situándose en 265.262 millones de euros, casi 8.000 millones de euros por encima del cierre de 2018 (lo que supone un crecimiento del 3 por ciento con respecto a los datos de cierre del año pasado). 

Flujos cambiantes

Aunque el balance es positivo en términos patrimoniales, el primer trimestre del año ha dejado un sabor agridulce por el lado de las suscripciones. La tendencia negativa de la segunda parte del año pasado se ha revertido en febrero y marzo, pero los flujos de entrada no han podido compensar las salidas superiores a 1.000 millones de enero, dejando el balance trimestral en negativo, con reembolsos superiores a 800 millones.

Lo más llamativo no son los números rojos, sino el viraje del inversor, que sigue incrementando la aversión al riesgo: «Continúa el incremento de la aversión al riesgo en el partícipe nacional y las categorías más conservadoras son las que han registrado flujos positivos en marzo», dice el último informe de Inverco. Así, los fondos con mayores suscripciones netas en marzo fueron los de renta fija,con 779 millones de euros (y un balance de 162 millones de euros en el primer trimestre del año) y los garantizados, con entradas netas de 144 millones de euros (y casi 370 millones de captaciones desde enero). 

Otra de las categorías estrella más conservadoras, la de los fondos monetarios, ha captado cerca de 1.000 millones de euros en el primer trimestre de 2019, aunque en el mes de marzo las entradas fueron mucho menores que en los dos meses anteriores (algo más de 43 millones).Por su parte, los fondos de gestión pasiva, aunque en marzo sufrieron reembolsos cercanos a los 150 millones de euros, en el trimestre acumulan suscripciones cercanas a los 180 millones.

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Y, mientras los inversores optan por este tipo de vehículos, retiran su capital de fondos de renta variable, productos mixtos -que habían sido sus favoritos no hace tanto tiempo- y productos de retorno absoluto. Según los datos provisionales de Inverco, los fondos de renta variable internacional han sido los más perjudicados en lo que va de año, con salidas de 1.109 millones en el trimestre, seguidos de los de retorno absoluto, de los que han salido 908 millones desde enero. Los fondos de renta variable nacional, con 265 millones de salidas netas, y los fondos mixtos (con reembolsos en el trimestre de 180 millones en los mixtos de renta fija y 160 millones en los mixtos de renta variable) tampoco se han librado de ese viraje conservador del inversor, que desde enero viene huyendo de productos con algún componente de renta variable en las carteras.
La excepción son los fondos globales que, a pesar de las dudas en los mercados, han logrado captar 157 millones entre enero y marzo.

Los mercados premian el riesgo

En términos brutos, sin embargo, el buen comportamiento del mercado ha venido premiando en el trimestre a las carteras más atrevidas. Esto explica que, a pesar de los flujos en contra, los fondos de renta variable internacional hayan incrementado su patrimonio un 6 por ciento desde enero, lo que equivale a sumar casi 1.800 millones. Lo mismo ha pasado con los fondos de renta variable nacional, que han crecido un 1 por ciento, los de renta variable mixta, que suman más de 900 millones (un 3,8 por ciento más que a cierre de 2018), o los mixtos de renta fija, que también ven crecer su patrimonio en un 2,5 por ciento en tres meses. En total, los fondos mixtos suman en activos 1.847 millones de euros. Los fondos globales, gracias tanto al mercado como a las suscripciones, suman 1.800 millones en total.

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El avance en términos brutos también es fuerte en las categorías conservadoras: de más de 1.400 millones en los fondos de renta fija, cerca de 1.000 millones en los monetarios (que en términos relativos son los que más ven aumentar su volumen, un 14,4 por ciento en solo tres meses, gracias a los flujos) y algo menos en los garantizados (462 millones en los tres primeros meses del año).

La buena marcha del negocio en fondos hace que solo los fondos de retorno absoluto -golpeados sobre todo por los reembolsos de los inversores- cierren el primer trimestre del año con menos volumen que a finales del pasado. 

Dependencia de los mercados

La evolución de los fondos viene mostrando en los últimos tiempos su dependencia de los mercados, lo que es lógico, puesto que impacta en la evolución de las carteras y además influye en el ánimo de los inversores: si los últimos meses del año -muy volátiles en los mercados, y con fuertes caídas- fueron negativos para la industria, los primeros están marcados por la recuperación. 

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A ese tono positivo están contribuyendo los bancos centrales, que parecen estar poniendo freno o suavizando sus planes de restricciones monetarias. En primer lugar, la Reserva Federal de Estados Unidos, que en su reunión de política monetaria de marzo mantuvo los tipos de interés oficiales en el intervalo del 2,25-2,50 por ciento y descartó nuevas subidas durante 2019 (frente a las dos subidas que se esperaban a finales de 2018). En España, ha pesado sobre todo la decisión del Banco Central Europeo de retrasar las subidas de tipos: si la primera alza se esperaba para este verano, ahora queda aplazada, al menos, hasta finales de 2019, si bien los expertos hablan de 2020 como fecha más probable. Aunque las razones para estos retrasos en el ajuste monetario no son positivas -se deben a los temores de desaceleración económica-, están ayudando a los mercados. Así, y pese a otras incertidumbres, como el Brexit, la mayoría de índices bursátiles cerraron marzo con revalorizaciones con respecto al cierre de febrero (el Ibex fue una excepción) y también hubo buenas noticias en renta fija europea. 

Y eso se notó en los fondos, que registraron en marzo de 2019 una rentabilidad del 0,17 por ciento -con todas las categorías, menos renta variable nacional e internacional, en positivo-, situando la rentabilidad acumulada en el año en el 3,43 por ciento.En el primer trimestre, sin embargo, son los fondos de bolsa internacional los que más se revalorizan (casi un 10 por ciento), seguidos de los de acciones nacionales, que ganan un 5,7 por ciento, y los de renta variable mixta (con retornos por encima del 5 por ciento).

Los menos rentables en el trimestre son los fondos monetarios, que precisamente son los que más flujos están captando. Y también los fondos de renta fija, aunque logran sumar en el trimestre una rentabilidad positiva gracias al comportamiento de la deuda pública.

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