Los fondos como instrumento óptimo de ahorro

Según los últimos datos, casi seis de cada diez euros invertidos en fondos se concentraron en vehículos con un perfil de riesgo medio-alto

En los últimos cinco años, los fondos de inversión han experimentado un crecimiento exponencial en nuestro país, hasta alcanzar cifras récord en cuanto a patrimonio invertido: 272.000 millones de euros y un número de cuentas de partícipes que superó el año pasado los 10 millones. Es cierto que la gestión discrecional de carteras asigna a cada partícipe varios fondos, pero, no obstante, el significativo crecimiento del número de cuentas demuestra el elevado grado de penetración de los fondos como instrumento de ahorro de las familias españolas. 

¿Cuáles son las razones detrás de este impulso? El escenario de tipos de interés cercanos a cero es sin duda muy importante, pero también hay otros factores, como la sustancial mejora de la situación económica general, que ha permitido a más españoles contar con más renta disponible y, por tanto, mayor capacidad de ahorro. Sin duda hay que destacar un incremento de la cultura financiera del ahorrador, también por el esfuerzo de todos los actores implicados. Por un lado, ante el renovado interés por conocer las diferentes alternativas de inversión que existen, pero también empujado por el trabajo de las entidades y los propios profesionales del sector por fomentar todo tipo de acciones para la promoción de la cultura financiera. 

Un buen ejemplo de este cambio de mentalidad se refleja en el ratio del patrimonio invertido en fondos de inversión frente a los depósitos, que a cierre de 2017 se situó en el 23,7 por ciento, más del doble de lo que representaba en 2012 (11,4 por ciento). Un informe reciente del Observatorio Inverco, elaborado a partir de la información que han proporcionado las gestoras de fondos nacionales, refleja que ya casi seis de cada diez euros invertidos en fondos se concentraron en vehículos con un perfil de riesgo medio-alto (renta variable, mixtos, globales y de retorno absoluto). Son nueve puntos por encima del registrado el año anterior, lo que refleja un verdadero cambio de tendencia empujado por el optimismo del ahorrador ante la mejora de los indicadores económicos y el buen comportamiento de los mercados financieros durante los últimos años. Pero también supone un fiel reflejo de ese mayor conocimiento generalizado por parte de los ahorradores sobre el vehículo en un escenario en el que la búsqueda de rentabilidad implica una mayor asunción de riesgo.

Cuando analizamos todos los datos del informe por Comunidades Autónomas, seguimos observando algunas diferencias significativas. Madrid, Cataluña y País Vasco, como grandes centros financieros y del ahorro en España, siguen acumulando más de la mitad del patrimonio en estos instrumentos de ahorro (53 por ciento), aunque su población sólo representa el 35 por ciento del total nacional. No obstante, otras regiones con sensibilidades de inversión bien distintas y diferentes escenarios socioeconómicos como Murcia, Galicia y Aragón fueron las que lideraron el crecimiento de la inversión en fondos en 2017, con incrementos superiores al 16 por ciento, lo que pone de manifiesto que el buen momento es un fenómeno extrapolable a todo el país.

En 2017 continuó creciendo la inversión en fondos sobre el PIB nacional, hasta alcanzar ya el 22,6 por ciento, el doble que hace cinco años (11,6 por ciento). En algunas comunidades que históricamente han contado con una tradición fuerte de ahorro y mayor sensibilidad hacia la cultura financiera, como son La Rioja, País Vasco, Aragón y Navarra, ese porcentaje se sitúa ya por encima del 35 por ciento de su PIB regional.

Es momento de felicitarse, pero también de seguir trabajando con más ganas que nunca por seguir fomentando estos instrumentos de ahorro, los idóneos para cualquier tipo de ahorrador. Ni el posible escenario de futuras y progresivas subidas de tipos, ni un hipotético aumento de la inversión en vivienda (que dependerá de la reactivación del préstamo hipotecario), ni tampoco el potencial impacto de MiFID II deben ser circunstancias para dejar de confiar en el mantenimiento de esta tendencia de un instrumento que cuenta con incentivos suficientes para el ahorrador, en forma de ventajas fiscales, gestión profesional, seguridad jurídica y alternativas por su diversificación. 

Se trata de una carrera de fondo, en la que debemos seguir transmitiendo a los ahorradores las ventajas de los fondos de inversión y mejorando los procesos de comercialización y asesoramiento para mantener esta tendencia en el largo plazo.

Ángel Martínez-Aldama, director del Observatorio Inverco 

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