Fondos de inversión sin trampas pero con cartón

Las compañías que reciclan el material de embalaje reciben el respaldo de los inversores

El auge del comercio electrónico se ha dejado sentir de manera notable en la industria de los fondos de inversión, con numerosas oportunidades en compañías vinculadas a este negocio. 

En 2020, el comercio minorista en línea aumentó un 27,6 por ciento a escala internacional. 

América Latina lideró las estadísticas con una tasa de crecimiento del 36,7 por ciento, mientras que Europa se sitúa ligeramente por debajo de la media mundial, con un 26,3 por ciento. Este año se espera de nuevo una tasa de crecimiento del 14 por ciento.

Incluso después de la pandemia esta tendencia no se revertirá, ya que los consumidores han probado la comodidad que supone hacer un pedido y recibirlo en casa.

Como consecuencia, los expertos calculan que el consumo de material de embalaje ha aumentado un 30 por ciento.

Generación de residuos

«Sin embargo, mientras las empresas de venta electrónica se benefician del mayor volumen de facturación, el medioambiente sufre las consecuencias», explica Stephan Eugster, analista de impacto de Vontobel AM, quien recuerda que antes de la pandemia el comercio por internet ya generaba cantidades masivas de residuos

En Alemania, en 2018 se acumularon 863.000 toneladas de residuos de embalaje, de los cuales el 96 por ciento era papel y cartón. En ese mismo periodo, en los Estados Unidos se consumieron 33 millones de toneladas de cartón corrugado. Aunque se recicló el 95 por ciento de ello. 

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En Europa, aproximadamente el 50 por ciento del total de 90 millones de toneladas de productos de papel que se producen proceden de fibras recicladas, pero en China y la India se estima que este material representa el 35 por ciento.

El reciclaje y la economía circular

Estos cambios de consumo suponen todo un desafío, al que Europa está intentando hacer frente. La Unión Europea acordó ya en 2018 (con la directiva sobre embalajes y residuos de embalaje) endurecer sus objetivos de reciclaje de residuos, con el fin de incrementar el nivel de residuos municipales reciclados hasta el 55 por ciento en 2025, el 60 por ciento en 2030, y el 65 por ciento en 2035.

Para Monika Kumar cogestora del fondo Candriam Sustainable Equity Circular Economy, esta iniciativa «no sólo contribuye a la reducción de las emisiones de carbono, sino que también potencia la competitividad global, promueve el crecimiento económico sostenible y genera nuevos puestos de trabajo». 

Y es precisamente el reciclaje de vital importancia a la hora de «cerrar el círculo», creando una economía circular capaz de recuperar tantos recursos como sea posible. 

Por ello, son «las empresas que fomentan la economía circular pueden corregir esta situación», explica Eugster. Este concepto tiene como objetivo prolongar el ciclo de vida de los productos para obtener ventajas tanto para el medioambiente como para la sociedad.

Un claro ejemplo es la compañía irlandesa Smurfit Kappa: una de las principales fabricantes a nivel mundial de soluciones de embalaje y que ha convertido la economía circular en su razón de ser. 

La empresa produce embalajes a partir de fibras vírgenes y recicladas y cuenta con 46.000 empleados en 370 centros de producción de 35 países. Además, acaba de hacer una inversión de 20 millones para desarrollar cuatro centros. Esta estrategia dio sus frutos y desde que estalló la pandemia su cotización gana un 107 por ciento y está entre las apuestas de las principales gestoras de fondos que apuestan por la economía circular, como son Blackrock y Vanguard.

El caso de DS Smith también es destacable puesto que con su labor evita la tala de 360.000 árboles al año. Se anota un alza del 68 por ciento desde marzo de 2020.

Una inversión rentable

A medida que cada vez más industrias se vuelven circulares, los analistas de Blackrock esperan que estos cambios «introduzcan nuevas fuentes de crecimiento y oportunidades derivadas de la disrupción no solo para los titulares de la industria, sino también para las empresas que forman parte de sus largas y complejas cadenas de suministro». 

Los expertos de esta gestora predicen una rentabilidad potencialmente significativa para los inversores. «Estas compañías también están haciendo un gran bien en la reducción de la cantidad de residuos que van al vertedero, de los recursos no renovables consumidos y de la contaminación generada», concluyen.

Ben Constable-Maxwell, director de inversión sostenible y de impacto en M&G Investments, reitera que cuando las empresas logran «transformar los desechos en un recurso deberían generar un mayor valor y, en muchos casos, reducir los costes y los riesgos en sus cadenas de suministro». Esto impactaría positivamente en el accionista. 

Y, de hecho, ya hay fondos basados en estas ideas de economía circular. Uno es el Candriam Sustainable Equity Circular Economy, que se apuntó una revalorización en 2020 del 44,93 por ciento.

En lo que va de año la subida que se anota es del 2,65 por ciento. Cuenta con posiciones en Procter and Gamble.

Pero el reciclado va más allá del cartón, incluyendo fibras textiles y, sobre todo, plástico. Otro fondo destacable es el Blackrock Circular Economy, que en 2020 se anotó un rendimiento por encima del 61 por ciento. Este año su revalorización es del 12,68 por ciento.

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