Fondos para invertir en 2024 

Fondos monetarios, de deuda corporativa, flexibles, de dividendo y de tecnología deberán estar en las carteras durante el ejercicio que acaba de comenzar

Recién comenzado el ejercicio 2024, toca poner a punto las carteras de fondos para tratar de extraer la máxima rentabilidad al año que acaba de comenzar o, al menos, para preservar el patrimonio y batir la inflación. 

Para ello, el experto José María Luna, de Luna Sevilla Asesores, nos ha ofrecido algunas claves. 

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Según él, el año 2024 se va a parecer al 2023 en lo que al interés del mercado se refiere, pues la atención estará de nuevo en las políticas monetarias de los bancos centrales, la debilidad del ciclo económico, la evolución de los resultados empresariales y las tensiones geopolíticas. 

“Habrá que estar muy atentos a los resultados de las compañías para ver si este factor, unido a la potencial bajada de tipos, sigue siendo gasolina para que los mercados de renta variable mantengan el buen tono que llevan desde finales octubre”, apunta. 

Para afrontar este contexto, Luna cree que hace falta una cartera bien diversificada de fondos de inversión, de una composición similar a la que ha triunfado en 2023. 

Así, deberá tener una importante presencia de fondos monetarios, que están bien retribuidos y ofrecen estabilidad en caso de volatilidad.  

"Hay que tener liquidez a través de monetarios mientras los tipos sigan tensionados en los tramos más cortos. Si bajaran los tipos de interés de mercado, habría que aumentar ligeramente la duración. En lugar de estar casi a repo de un día o una semana, tener monetarios con una duración superior, de 12 meses, por ejemplo. Pero, de momento, deuda de súper corto plazo con vocación de retorno absoluto”, explica.  

Un ejemplo de liquidez de muy corto plazo es el Gesconsult Corto Plazo, “que invierte sobre todo en pagarés de empresas con una TIR superior al 4 por ciento”; el Allianz Securicash SRI; el Amundi Ultra Short Term Bond SRI; o el DWS Floating Rate Notes. 

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Un ejemplo de liquidez de más largo plazo es el Dunas Valor Prudente.  

Otro pilar importante de la cartera debe ser, a juicio de Luna, la deuda corporativa. Sobre todo, europea pues todavía tiene recorrido a pesar del importante rally que acumula. 

“La caída de los tipos es un viento a favor. La TIR es un gran colchón: precio más cupón sostiene a la deuda corporativa aunque haya deterioro del ciclo", dice. 

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En cuanto a productos concretos, menciona el Evli Short Corporate Bond, con bonos de países nórdicos y duraciones cortas (dos años); combinado con fondos de mayor duración (de 3 a 5 años) ante la posibilidad de bajada de los tipos de interés, como el B&H Bond, de Rafa Valera; el AXA Euro Credit Total Return o el Euro Credit Conviction, de Schroders. 

Fondos bisagra 

Más allá de la renta fija, Luna cree que es preciso tener en cartera fondos bisagra (productos mixtos con carácter doble: una gestión patrimonialista, tratando de defender al cliente en momentos difíciles del mercado; pero con gestión flexible).  

Grandes campeones nacionales de la inversión con esta filosofía doble son el Cartesio X, el Dunas Valor Equilibrado y el Olea Neutral. 

En lo que se refiere a la renta variable, Luna cree que hay que comenzar el año con una posición neutral por perfil de riesgo, con más peso de la bolsa americana que la europea y una pizca de emergente solo en los perfiles más arriesgados. 

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"La clave es ver cómo se comporta China. Comprobar si, después de las grandes caídas que ha habido, funciona bien en 2024. Pero, de momento, posición testimonial", avisa. 

Combinar fondos de calidad y crecimiento 

Así las cosas en el campo de la renta variable, Luna cree que hay que combinar fondos de gestión orientada a la calidad, como el Incomettric Nartex Equity; con algún producto de sesgo de crecimiento como el Capital Group New Perspective. 

“Es importante que, inicialmente, tengamos fondos con más cobertura de riesgo divisa ante la posibilidad de que el euro siga ganando terreno al dólar. Sobre todo, en los perfiles conservador, moderado o equilibrado. Quizá algo más de exposición al dólar a través de fondos que no lo cubran en los perfiles más agresivos”, avisa. 

Posiciones en fondos value 

En todo caso, Luna combinaría estas posiciones en renta variable con algún fondo más value, como el Robeco Global Premium Equities o el DWS Invest Croci Sectors Plus; y algún producto centrado en rentabilidad por dividendo, por si el mercado se queda lateralizado.  

El Templeton Euroland de Franklin Templeton, centrado en la zona euro; o el European Strategic Value de M&G (que incluye UK) son dos carteras de dividendo. 

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Asimismo, Luna recomienda permanecer atentos a las compañías de mediana y pequeña capitalización si se sigue animando el mercado de renta variable, con productos como el DWS Invest ESG European Small & Mid Cap.  

Finalmente, a nivel sectorial debería seguir funcionando bien la tecnología, con estrategias como el Safra Sarasin Sustainable Equity Technology o el Global Technology, de la casa Fidelity. 

En todo caso, Luna recuerda que habrá que permanecer atentos a la evolución del año pues existe una "posibilidad real de bajar el peso de la renta variable, pasando de neutral a infraponderar, en favor de la deuda de medio-largo plazo, manteniendo el porcentaje de liquidez a través de fondos monetarios o casi monetarios”, zanja. 

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