ETF o acciones: ¿dónde es mejor invertir?

Si bien es cierto que los ETFs y las acciones comparten algunas características, existen diferencias claves entre ambos

Si bien es cierto que los ETFs y las acciones comparten algunas características, como el hecho de que son activos que cotizan en bolsa y se encuentran fácilmente en cualquier bróker de España, existen diferencias claves entre los dos. Es importante conocerlas para discernir qué es mejor: invertir en ETFs o en acciones.

A continuación, vamos a realizar una comparativa entre ambos productos según sus características comunes, para que sea más fácil tomar partido por uno o por otro.

Diversificación y coste de ETF

La principal ventaja de los ETFs radica en su esencia: al replicar un índice bursátil, está formado por una cesta de acciones, bonos y otro tipo de activos. Muchos ETF están diseñados para replicar los índices, como el S&P 500, por ejemplo. Otros se centran en sectores como la tecnología o la energía. A diferencia de las acciones, no se centran en una sola empresa.

Esto los convierte en un producto suficientemente diversificado y accesible para todos los capitales. Su precio varía en tiempo real, como el de un título bursátil, y puedes comprar y vender en cualquier momento del día al precio que marque en ese momento el mercado.

Por su parte, la diversificación de las acciones es más costosa, ya que tienes que comprar cada acción de manera individual, lo cual puede suponer una inversión muy elevada. Para obtener una diversificación significativa con las acciones, se deben comprar acciones por separado de muchas compañías diferentes.

Riesgo de invertir en ETF

Una acción es una inversión de alto riesgo, tienen fluctuaciones de precios amplias que aumentan la posibilidad de grandes pérdidas si las cosas van mal para la empresa. Pero una acción también puede proporcionar mayores ganancias si se elige la compañía correcta.

Por otro lado, como ya hemos visto, los ETF invierten en docenas o incluso cientos de empresas, lo que quiere decir que la mayoría tiene una importante diversificación incorporada. Esto significa que una acción de bajo rendimiento puede compensarse con otras acciones de mejor rendimiento dentro del ETF. Pero esto también puede tender a limitar las ganancias potenciales.

Control de la inversión

Un inversor en acciones debe investigar y analizar a la empresa por su propia cuenta, salvo que contrate un gestor de cartera. Para algunos, esto puede resultar demasiado complicado o llevar mucho tiempo. Un inversionista en acciones sabe exactamente a dónde va su dinero y en qué compañías invertir.

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Los ETF se gestionan profesionalmente, en función de los objetivos descritos en el prospecto del fondo. Para un inversor poco experimentado, los ETFs son productos más sencillos de entender. Además, tienen unas características mucho más adecuadas para su perfil y con bajos costes. Invertir en acciones, en cambio, requiere de un conocimiento previo para analizar la compañía, sus variables fundamentales y los factores que condicionarán su comportamiento futuro. Lo cual no siempre es sencillo.

No obstante, como ocurre con cualquier otra inversión, lo ideal es combinar todos estos activos para tener una composición de cartera óptima que vaya en línea con la estrategia de inversión. Puedes combinar ambos tipos de activo para disfrutar de las ventajas de ambos.

Tras esta comparativa, es importante que el inversionista tome en cuenta los beneficios y desventajas de cada tipo de instrumento dentro de su portafolio y sus objetivos de inversión. En cualquier circunstancia siempre es recomendable acudir a expertos administradores de carteras, ya que ellos sabrán qué instrumentos son los más adecuados para su perfil como inversionista.

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