Asumamos ya que somos mucho más pobres, incluido su plan de pensiones

Llevamos un año de crisis creditica y todavía no ha salido de la boca de uno solo de nuestros políticos[…]

Llevamos un año de crisis creditica y todavía no ha salido de la boca de uno solo de nuestros políticos una verdad tan dolorosa como incontestable: somos claramente más pobres -o, según se mire, menos ricos- que hace un año. Y seguramente nuestra situación será peor cada vez que arranquemos una hoja del calendario. Por lo tanto, deberíamos desde ya poner los pies en el suelo, recomponer nuestra expectativas económicas de futuro y pensar que a nuestra particular hoja excel doméstica le vamos a tener que meter un descuento de caballo. Y del Estado no esperar nada, por supuesto, salvo sustos.

Lo foto fija es desoladora. Nuestras acciones valen de media un 40% menos, el precio de nuestras viviendas es como mínimo un 20% más barato en el caso de que tuviéramos que vender ya por obligación y la rentabilidad de nuestros fondos de inversión se ha caído sin disimulo. Lo peor es que la foto que se prepara puede ser peor porque el precio de la vivienda de segunda mano puede bajar en torno a un 30% -eso dicen los expertos- en el próximo año y porque en pleno crecimiento del desempleo y con el ataque de contención de salarial que se avecina, ahorrar va a ser para la inmensa mayoría una quimera.

Y hablando de ahorro, previsiones y calidad de vida, hagamos un alto en el camino en nuestros fondos de pensiones, los que deberían garantizarnos una jubilación tranquila. Han sufrido tanto en este largo año de crisis que puede decirse sin lugar a la duda que nos hemos dejado varios años de rentabilidad y que el camino para volver al punto de partida será largo y tortuoso a la vista de la calidad de la gestión de estos productos.

Teniendo en cuenta que poco a poco -o rápidamente, ya veremos- seremos más pobres todavía, los fondos de pensiones merecen una consideración especial. Al margen de su ventaja fiscal -rebajada a lo bestia por el Gobierno Zapatero, que penaliza extraordinariamente a quien quiera cobrar de una sola vez-, se trata de un producto prácticamente en el olvido. Sus rendimientos dejan mucho que desear y obligan a una seria reflexión que va más allá de los números.

Bien sabido es que son muchos los que piensan que los fondos de pensiones son los grandes olvidados de las grandes instituciones financieras y que se han convertido en cajón desastre pefecto donde van a parar algunos de los 'marrones' de nuestros bancos y cajas. Observar las rentabilidades acumuladas da miedo, más todavía cuando se analizan con detalle las de los productos de los más grandes del sector.

Hasta 8,5 millones de personas siguen tirando del carro de una modalidad de ahorro que, cosas de la vida, ha incrementado su patrimonio en los fondos de renta fija hasta 303 millones de euros en septiembre. Increible si se tiene en cuenta que los rendimientos de los productos de renta fija a corto plazo en 2008 arroja una media del 1,2% y la garantizada del 0,3%. Comparen con la inflación -también a tres y cinco años- y hagan cuentas.


Muchos ahorradores -que no inversores- han visto como el valor de sus planes se desploma en el último año. Y, lo que es peor, como se les asesora para que vayan a los productos sin riesgo justo ahora que la bolsa acumula caídas burtales y está, según las medias históricas, cerca de tocar fondo. En una inversión tan a largo plazo como esta, empezar a apostar por la bolsa -muy poco a poco, claro, y con toda la precaución del mundo- sería lo lógico en unos gestores que se precien de tomar decisiones más allá de lo fácil, que es seguir el camino de la inmensa mayoría.

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La calidad de vida tras la jubilación de los que durante 30 ó 40 años aportan su dinero a un fondo está en juego. Un juego que, por lo visto, no todos se toman en serio por más que el Gobierno asegurará ayer que el patrimonio de estos fondos está garantizado. Sólo faltaba.

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