Una economía de ficción para una financiación autonómica ficticia

Termina el año, momento de plantearse los buenos propósitos para el que viene. Dejamos atrás un año difícil, pero el que entra, lo será aún más. Todo hace indicar que no será el momento de dejar de fumar, pero sí prometernos que vamos a abrocharnos el cinturón, siguiendo el consejo del Rey de tirar todos del carro.

No es para menos, ahora que tenemos el miedo metido en el cuerpo. Previsiones y más previsiones vaticinan que la economía española se van hundir hasta límites insospechados. Y en estas, a falta de que se haga oficial que estamos en recesión, está apunto de aprobarse el nuevo modelo de financiación autonómica. Cualquier momento es bueno y este parece el más oportuno, porque para poner de acuerdo a los respectivos gobiernos autonómicos sobre la financiación cuando hasta hace uno meses se tiraban los trastos a la cabeza para establecer los criterios de reparto económico.

El caso es que el presidente del Gobierno se propuso tener cerrado el tema antes de finalizar del año y no lo va a conseguir por poco. Hoy, Solbes y Ocaña han presentado las líneas maestras. Por Moncloa han pasado los presidentes más beligerantes con las intenciones del Ejecutivo: Aguirre, Camps y Montilla. Y todos han salido satisfechos. Y los que quedan por pasar, también quedarán igual. Será la crisis o que se están alienando los astros para que los extremeños, o los murcianos, se pongan de acuerdo con los catalanes, o con madrileños, en un tema tan espinoso como el económico. Pero, ¿bajo qué premisas se está produciendo estos acuerdos?

Porque de cifras no se ha hablado en estas reuniones y sólose ha llegado a acuerdos verbales. El Gobierno ha propuesto aumentar hasta el 90% desde el 70% la capacidad recaudatoria a través de la cesión de impuestos reduciendo al 10% la aportación directa del Gobierno.

Los números comienzan a estar sobre la mesa y la verdad que teniendo en cuenta los antecedentes es normal que cuadren. Sino hagan memoria, los Presupuestos del Estado quedaron desfasados justo cuando se aprobaron. Las previsiones económicas del Gobierno dicen que el PIB caerá 1% para el próximo años -ya ha admitido que en enero tendrán que revisar el cuadro macroeconómico- y mientras los gobiernos regionales esperan sacar una gran tajada de una unas arcas vacías como consecuencia de la crisis económica.

Pero las Comunidades Autonómicas tampoco le van zaga en presupuestos para 2009. Todas se presentan con unos números alejados de la realidad obviando la crisis económica. Sólo Cataluña admite que registrará tasas negativas del 0,1% para el próximo año. El resto pronostican crecimiento en sus economías regionales. Las más optimistas, Castilla La Mancha al 2% y el País Vasco al 1,5%. De lo más realista cuando la mayoría instituciones sitúan la caída del PIB en más de un 1%.

Pero este ataque de entusiasmo económico se queda corto cuando se acude al desglose de los presupuestos y se observa un aumento generalizado de los mismos, de media crecen un 4,8% seis décimas más que los de la Administración Central, con Murcia, Asturias y Baleares a la cabeza con aumentos del 8,5%, 7,7% y 7,1%, respectivamente. Mientras el gasto aumenta en todas las comunidades, y la inversión en actividad económica se recorta en casi todos los frentes. Baleares vuelve a liderar la subida en gasto al 7,8% y rebaja sus inversiones un 18%. De media, las Comunidades Autónomas aumentarán el gasto total un 6,2%, el específico de las administraciones, que incluye la retribución de funcionarios y representantes políticos, lo hará un 6,2%.

En definitiva, todo un ejemplo de austeridad y ejemplificador para los tiempos que corren cuando la recaudación de impuestos va a caer de forma pronunciada. Algo más complicado va ser tener confianza en las políticas económicas del Gobierno y de las Comunidades como propósito para el nuevo año con estos presupuestos y previsiones.