Sigue la mejora del empleo pero hay 1,7 millones de parados más que en 2008

El empleo suma en 2016 su segundo año de recuperación y, cumpliendo los pronósticos, crecerá en más de medio millón[…]

El empleo suma en 2016 su segundo año de recuperación y, cumpliendo los pronósticos, crecerá en más de medio millón de ocupados, aunque la asignatura pendiente sigue siendo el nivel de paro que, con 4,3 millones de desempleados, dista mucho de los 2,6 millones que había en 2008, antes de la crisis.

El empleo ha marcado este año electoral, con un Gobierno en interinidad, en el que las diferentes propuestas dirigidas a subsanar las deficiencias del mercado laboral han copado la mayor parte de los programas de los partidos y han abierto un debate sobre las modalidades de contratación, el mantenimiento de la reforma laboral o las bonificaciones, entre otros asuntos.

Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) relativos al tercer trimestre, el empleo ha crecido en 478.800 personas en los últimos doce meses, hasta los 18,9 millones de trabajadores, aproximándose a la meta de 20 millones de ocupados en 2020 establecida por el Gobierno.

Pero además, el desempleo se ha reducido en 530.000 personas y la tasa de paro se ha recortado en más de dos puntos (18,91 %) marcando la cifra más baja de los últimos seis años.

De esta manera, se confirma la tendencia registrada en 2015 de crecimiento del empleo prácticamente al mismo ritmo que el PIB.

Según la contabilidad nacional, el PIB registró un incremento interanual del 3,2 % en el tercer trimestre, un ritmo algo superior al 2,9 % al que crecía el empleo medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo.

Estos datos confirman la máxima de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, de que "todo el crecimiento económico se traduce en creación de empleo".

Pese al crecimiento de la ocupación, la mayoría de los nuevos puestos de trabajos son temporales, con un aumento significativo de los de muy corta duración, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

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De hecho, en los once primeros meses del año se firmaron 18,3 millones de contrataciones, de las cuales más de 16,7 millones (el 91 %) fueron de carácter temporal y, de estas, en torno al 60 % a tiempo parcial.

Además, esa temporalidad es de muy corta duración y uno de cada cuatro contratos dura siete días o menos, con lo que el peso de este tipo de contratos se duplica respecto a lo que suponía antes de la crisis.

En el último año y según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), la duración media de los contratos se ha reducido en dos días (hasta los 58 días de media), aunque respecto a la situación previa a la crisis, la diferencia es de un mes (con 88 días de media en 2007).

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Este abuso de la temporalidad, que afecta al 27 % de los trabajadores, según la EPA, y la proliferación de la jornada parcial "no deseada", que reconocen dos de cada tres de estos empleados, han sido reiteradamente denunciados por CCOO y UGT.

A juicio de las organizaciones sindicales, la generalización de este tipo de contratos devalúa las condiciones laborales y salariales, dando lugar a lo que se ha denominado "trabajadores pobres".

Además, en estos meses los sindicatos han denunciado, con datos de la Agencia Tributaria, que los trabajadores que cobran menos de 300 euros subieron en medio millón desde 2008, engrosando así las estadísticas de la precariedad laboral y salarial.

En este escenario, la situación de los trabajadores interinos ha salido a la palestra tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea que iguala sus indemnizaciones por despido a las de los fijos y que podría afectar a cerca de 300.000 personas que ocupan un puesto interino en la Administración.

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A punto de terminar el año, todavía está pendiente la subida salarial para 2017 en el ámbito de la negociación colectiva, cuyo pacto podría verse influido por el alza del 8 % que anunció el Gobierno para 2017 en el salario mínimo interprofesional (SMI), hasta situarlo en los 707,60 euros al mes.

Patronal y sindicatos están negociando la subida que servirá de referencia para los convenios de 2017, con posturas que se mueven entre el 1,5 % que baraja la patronal y la horquilla del 1,8 % al 3 % que han planteado las centrales sindicales.

La patronal defiende que la moderación salarial ha permitido ganar competitividad y crear empleo en los últimos años, mientras que los sindicatos ven necesario que los salarios comiencen a recuperarse tras los recortes durante la crisis y una pérdida de poder adquisitivo de casi un 10 %.

Sin embargo, según el nuevo índice de precios del trabajo que publicó el INE, los salarios se redujeron sólo un 0,7 % entre 2008 y 2014.

También la sostenibilidad de las pensiones ha vuelto este año al debate público en un escenario en el que el déficit de la Seguridad Social es el mayor de la historia y la denominada 'hucha de las pensiones' tiene fecha de caducidad, ya que previsiblemente solo llegará para una paga extra más, después de que se haya vuelto a utilizar para la de navidad de este año.

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En el Congreso, la Comisión de seguimiento de Pacto de Toledo ya está trabajando con el objetivo de emitir nuevas recomendaciones la próxima primavera.

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