"Torrente 4", el liberalismo económico hecho cine

El pasado viernes se estrenaba en España la cuarta entrega de la serie 'Torrente', una película que arrastra un gran[…]

El pasado viernes se estrenaba en España la cuarta entrega de la serie 'Torrente', una película que arrastra un gran interés mediático desde hace ya muchos meses, cuando se empezaron a filtrar datos sobre la misma. No soy un experto en la industria del cine, pero intuyo que este film tendrá un gran apoyo popular en taquilla y dejará -por tanto- beneficios a sus productores.

Los críticos parece ser que han hecho sangre de las otras tres películas anteriores a las que han tildado de casposas, horteras, chabacanas, etc. Sin embargo, fueron tres filmes rentables, lo que ya es decir mucho en la industria española. Entiendo que -desde un punto de vista técnico- quizás no sean obras de arte, pero sí tengo muy claro como 'paganini' que me cuesta lo mismo ir a ver este film que uno de los más premiados en los Goya, por poner un ejemplo.

Pero, desde estas líneas, lo que me hace hablar de José Luís Torrente es su liberalismo económico. Porque lo evidente es que esta saga no necesita subvenciones (dinero público, suyo y mío) porque yo decido 'subvencionarla' donde hay que hacerlo, en taquilla. Me gusta que el cine me entretenga y me haga reir y me río con Torrente. Y la gente se ríe con él y, así, los productores no harán cola en el Ministerio para financiar 'Torrente 5'. Gracias a ello, 'Torrente 5' no tendrá que adoctrinar para pagar favores al político de turno. La saga de Santiago Segura es el cine que queremos ver, no el que le gusta hacer a alguien. Al menos lo es por ese orden.

Y por eso, porque 'Torrente' es el cine que queremos ver, es el cine que pagamos por ver. Por lógica, el cine que otros quieren hacer, no es el cine que queremos ver y sus películas duermen por ello el sueño de los justos esperando una subvención.

"Torrente" es un liberal, un ferviente defensor del mercado libre en un sector que se mira demasiado el ombligo  y obvia dos cosas, que somos un país inculto donde la telebasura campa por sus respetos, y que somos también un país que paga por el cine... que le gusta.

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