¿Quién no se ha forrado con la tarta de Adeslas y Agbar?
El refrán de que quien reparte se queda la mejor parte no siempre se cumple. Este jueves hará una semana[…]
El refrán de que quien reparte se queda la mejor parte no siempre se cumple. Este jueves hará una semana que saltó la noticia del intercambio accionarial entre Suez y La Caixa por el cual la caja catalana, una vez superados los obstáculos políticos de la Generalitat, cedía el control de Aguas de Barcelona para hacerse con la mayoría del capital de Adeslas, la primera aseguradora médica privada de España.
La operación, que se cerrará en el primer semestre de 2010, asciende a 1.178 millones de euros, la mayor operación corporativa del año en España si no se tiene en cuenta la venta del aeropuerto de Gatwick (Reino Unido) por parte de Ferrovial. Un jugoso pastel que a más de un banquero de inversión le ha resuelto el año ya que se han repartido más de 20 millones de euros en comisiones. Un pastel indigesto para otros que han visto como dos de sus antiguos ejecutivos se han puesto las botas mientras la gran entidad se ha quedado a dos velas.
La casualidad ha querido que Gónzalo Cortázar, anterior director general de Morgan Stanley y desde mayo consejero director general de Criteria haya contratado como asesor de esta operación a AZ Capital, una pequeña boutique de asesoramiento, dirigida por Jorge Lucaya, que fue consejero delegado del banco americano. Lucaya se marchó del grupo estadounidense allá por 2004 para hacer valer sus grandes contactos en la burguesía catalana, donde tiene el reconocimiento de empresarios como los Carulla (Agrolimen) o Isak Andic (Mango), entre muchos otros.
Una transacción de este tamaño requería quizás asesores de más prestigio, esos con cuyo nombre dan prestigio a la operación a cambio de unos salarios millonarios. No importe si los ejecutivos que asesoran la compraventa tienen poca experiencia o no han estado nunca al frente de una compañías. Lo relevante es que trabajan para los Morgan Stanley, Goldman Sachs o Citi de turno para que sus consejos suenen a postulados papales.
Sin embargo, Cortázar, un banquero de inversión que se ha ganado la máxima confianza de Isidro Fainé, presidente de La Caixa, ha optado por la profesionalidad de un viejo conocido, Jorge Lucaya, un tipo discreto pero listo como el hambre que renunció hace un lustro a las jerarquías de las grandes organizaciones cuyos centros de decisión están en Londres y Nueva York. A Cortázar no le importado el membrete de la tarjeta de visita, sino los conocimientos innatos de un profesional hecho y derecho. Por tanto, dos ex Morgan Stanley que se han repartido un pastel que le correspondía a los Stanley de turno.
Los otros que han participado en la fiesta han sido Lazard, que ha asesorado a la francesa Médéric -tenía el 45% de Adeslas-, y UBS y Rothschild, que han colaborado con Suez.