Miguel Àngel Martínez-González: "el futuro no está escrito en los genes"
El catedrático de la Universidad de Navarra y experto en nutrición Miguel Ángel Martínez-González ha alertado hoy de que el[…]
El catedrático de la Universidad de Navarra y experto en nutrición Miguel Ángel Martínez-González ha alertado hoy de que el riesgo dietético es el primer factor asociado a las causas de muerte y ha defendido la dieta mediterránea porque "el futuro no está escrito en los genes".
Martínez-González, que ha participado en el 22 Encuentro de Alimentación y Bebidas organizado por IESE, es uno de los cerebros del mayor proyecto científico que se ha realizado sobre dieta mediterránea y sus efectos sobre la salud y la obesidad.
Ante un auditorio integrado por empresarios del sector de la alimentación y la bebida, este experto ha aportado datos científicos sobre la influencia de la dieta en la salud de la población y ha advertido de la nocividad de las gasas saturadas, el azúcar y la sal, presentes especialmente en las bebidas azucaradas y los platos procesados.
"El riesgo dietético es el primer factor asociado a las causas de muerte. El problema que tenemos es muy grave. Estamos ante una auténtica epidemia", ha asegurado el catedrático de la Universidad de Navarra, que ha asegurado que existen países en los que la esperanza de vida ha empezado a estancarse e incluso a retroceder debido a la mala dieta.
Así, se ha referido a Estados Unidos, país en el que la obesidad afecta ya al 40 % de la población y el 10 % de las mujeres sufre de obesidad mórbida, mientras que ha destacado que en 2015 el 12 % de la población mundial ya eran obesos y que en 2030 habrán más personas con sobrepeso que con un peso normal.
Para frenar esta epidemia, el catedrático ha defendido la vuelta a la dieta mediterránea, basada en el aceite de oliva, las frutas, legumbres y verduras, con la eliminación o reducción de los dulces industriales y las bebidas azucaradas y la sustitución de la carne roja por el pescado o el ave.
Martínez-González ha subrayado que los estudios han demostrado que el estilo de vida es mucho más determinante que la carga genética de cada individuo, lo que hace posible reducir los riesgos de enfermedades graves y crónicas con un cambio de dieta.
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