La UE declara la guerra a las 'fake news' al suponer "una amenaza para las democracias"

El grupo de expertos creado para combatir las noticias falsas se reúne por primera en Bruselas para diseñar cortafuegos en torno al populismo y Rusia.

Son conocidas como 'fake news' y son la gran pesadilla del mundo occidental. La Unión Europea ha dicho basta, y de forma timorata, a su modo y con sus ritmos, ha decidido declarar la guerra a este fenómeno. Quizá nunca antes el orden establecido ha estado tan amenazado por algo aparentemente tan inofensivo. Sin guerras, sin violencia. Es la mejor arma de un populismo que ha llegado para quedarse. Se trata, lisa y llanamente, de contar noticias falsas en favor de un determinado objetivo político sirviéndose de ese universo sin control que conforman las redes sociales. De un fenómeno que ha contribuido de forma clave y eficaz en la victoria de Donald Trump o del 'Brexit', a través, eso sí, de vías democráticas, con urnas. Mentir para ganar. El fin justifica los medios.

«Aunque no son ni ilegales ni nuevas, las informaciones falsas se propagan a un ritmo inquietante. Amenazan la reputación de los medios de comunicación y el bienestar de nuestras democracias, nuestros valores democráticos», advirtió ayer la comisaria de Sociedad y Economía Digital. La búlgara Mariya Gabriel ratificó el compromiso de la Comisión Europea con motivo de la primera reunión del nuevo grupo de expertos creado 'ad hoc' para analizar, definir y contrarrestar este fenómeno.

 «Respetamos la libertad de expresión y el derecho de acceso a la información. Nadie tiene intención de obligar a los ciudadanos a creer o no una determinada noticia. Pero si no tomamos ninguna medida contra las 'fake news' a nivel europeo, estaríamos corriendo un grave riesgo de que la situación se envenene», zanjó. Lo hizo en una breve comparecencia coprotagonizada con la persona que lidera el grupo de expertos: la profesora holandesa de la Universidad de Utrecht Madeleine de Cock Buning.

De las cerca de 350 candidaturas presentadas, el Ejecutivo comunitario ha seleccionado 39 para formar parte de un sanedrín de lo más variopinto en el que se encuentra personal de Facebook, Google o Twitter, pero también periodistas, directivos de medios o representantes de la sociedad civil y del mundo académico.

Debate en el Parlamento

La palabra Rusia no se pronunció en ningún momento. No hizo falta. Ya se sabe que si parece un pato, nada como un pato y grazna como un pato, probablemente sea un pato. De hecho, el servicio de Exteriores comunitario cuenta desde hace casi un año con una unidad destinada a contrarrestar la propaganda rusa.

En mayor o menor medida, Moscú se ha convertido en sinónimo de 'fake news' en procesos electorales tan relevantes como las elecciones estadounidenses que dieron la victoria a Trump, el 'Brexit', las elecciones francesas o el proceso catalán. Mañana, de hecho, el Parlamento Europeo celebrará un debate 'ad hoc' por la tarde en la sesión que esta semana celebra en Estrasburgo.

Que este fenómeno preocupa y mucho lo evidencia el hecho de que Emmanuel Macron anunció hace unos días la aprobación para este mismo año de una ley especial que sirva para combatir la propagación de noticias falsas en procesos electorales. Preguntada sobre esta decisión, la comisaria se mostró algo reticente y pidió avanzar todos juntos de la mano, los 28, y siempre con Bruselas como centro de las operaciones.

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«Vamos a seguirlo de cerca. No podemos pronunciarnos en tanto que no sea concreto», matizó antes de ensalzar «la necesidad de contar con un enfoque europeo, para evitar todo riesgo de fragmentación». 

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