La OMC admite que no hay acuerdo en los asuntos que se tratarán en Argentina

El director general de la OMC, Roberto Azevêdo, admitió hoy que, a pocas semanas de la conferencia ministerial de la[…]

El director general de la OMC, Roberto Azevêdo, admitió hoy que, a pocas semanas de la conferencia ministerial de la organización en Buenos Aires, "no hay convergencia" aún en ninguno de los temas sobre la mesa, pero dijo que sea cual sea el resultado, la cita no será el fin del camino.

En un encuentro con medios, el brasileño dijo que en las últimas dos reuniones en Bali y Nairobi la Organización Mundial del Comercio (OMC) logró "muy buenos resultados" tanto a nivel multilateral como plurilateral, con algunas de las "mayores reformas" desde que se creó la organización, pero señaló que esto no significa que la OMC coseche los mismo éxitos en todos sus encuentros.

No obstante, Azevêdo, dijo que la ministerial de Buenos Aires del 10 al 13 de diciembre, representa una oportunidad para "seguir generando resultados", y expresó su deseo de que así sea.

"Tenemos esperanza de que en algunas áreas tengamos el potencial para que haya resultados", recalcó el máximo responsable de la OMC, quien puso como ejemplo las conversaciones para la eliminación de los subsidios a la pesca ilegal.

También mencionó el debate sobre la ayuda interna (subvenciones y otros programas de ayuda que estimulan la producción y distorsionan el comercio) o las restricciones a la exportación en la agricultura.

"En otras áreas las posibilidades de un resultado son más reducidas", dijo, pero hay un impulso en el tema de la regulación nacional de los servicios o el mecanismo de salvaguarda especial para los países en desarrollo en el capítulo de la agricultura, así como en la transparencia en las restricciones a la exportación en la agricultura.

"Hay varias cuestiones sobre la mesa. No hay ninguna convergencia aún en ninguna de ellas. Podríamos tenerla en algunas o quizás no. No lo sé", sostuvo el director general de la OMC.

En cualquier caso, reiteró que "pase lo que pase en Buenos Aires, lo importante es que no estamos al final del camino", ya que algunas negociaciones pueden proseguir después.

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El responsable de la OMC recordó que la reunión se producirá en un momento "particularmente difícil, ya que la economía global aún se está recuperando" de la crisis financiera de 2008, y, si bien hay "signos de mejora, la base del crecimiento no ha vuelto plenamente".

Añadió: "La amenaza del proteccionismo continúa", aunque "no hay un proteccionismo real" en estos momentos.

También sigue el "descontento y la desconexión" de parte de la sociedad y potencias como EEUU con el sistema multilateral y un comercio que sienten que no les beneficia lo suficiente, algo que, según Azevêdo, "no ayuda a una mayor integración a nivel internacional".

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Explicó que EEUU ha dejado claro que tiene sus reservas sobre el funcionamiento y los beneficios del multilateralismo (...) pero en cuanto a propuestas concretas sobre la mesa (de cara a Buenos Aires), ellos han apoyado unas y rechazado otras".

El director general también dijo que, aunque el escenario económico no es demasiado brillante, "está claro que podría ser peor y ciertamente si no tuviéramos la OMC sería peor".

Recordó que, tras el fin de la crisis financiera en 2008, hubo temores de que el proteccionismo se impondría y que las medidas unilaterales proliferarían.

"No ocurrió, y de hecho el comercio global se vio afectado por medidas restrictivas en menos de un 5 % frente a los dos tercios que perdió en los años 1930" a raíz de la Gran Depresión, afirmó.

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"Los riesgos existen, las amenazas existen, pero hasta el momento el comercio ha continuado fluyendo, gracias a la OMC", enfatizó Azevêdo, quien aseguró además que no hay propuestas sobre la mesa para la reforma de la organización.

Sobre otro riesgo, el "brexit" y el impacto si Reino Unido intercambiase los bienes únicamente bajo las reglas de la OMC con los otros veintisiete países miembros del bloque, Azevêdo señaló que la mitad del comercio comunitario exterior ya se hace bajo los términos de la organización y la otra con acuerdos preferenciales.

Aunque no sería el fin del mundo dijo, la ausencia de una solución comercial cuando el Reino Unido salga de la UE sí tendría un impacto, por lo que "un acuerdo que preservase la situación actual entre las dos partes" distorsionaría claramente menos.

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