Exdirector de Hiperbaric iguala oferta de JBT y ejerce derecho de retracto
El exdirector general de Hiperbaric Andrés Hernando ha ejercido su derecho de retracto como propietario del 10 % de las[…]
El exdirector general de Hiperbaric Andrés Hernando ha ejercido su derecho de retracto como propietario del 10 % de las acciones de esta empresa, dedicada a la fabricación de máquinas de muy alta presión para la conservación de alimentos, y ha igualado la oferta de 135 millones de euros de la estadounidense JBT.
Aunque la operación aún tardará mes y medio en cerrarse, un mes antes del plazo legal máximo después del anuncio de tanteo y retracto, Hernando, que fue despedido tras el anuncio de compra por JBT a mediados de enero, ha asegurado a Efe que "tiene la casi completa seguridad" de que no tendrá ninguna dificultad para pagar los 135 millones comprometidos, que son 35 más de lo que él mismo había ofertado por la compañía, radicada en Burgos.
La seguridad es tal que solo el anuncio de su intención de ejercer el derecho de tanteo y retracto le hace perder el derecho de acompañamiento, que le permitía, de haber seguido adelante la operación inicial, vender sus acciones al mismo precio de compra del resto, lo que se hubiera traducido en 13,5 millones de euros.
Hernando ha precisado que los 135 millones los aportará gracias a la financiación bancaria y a las de un fondo de inversión.
Aunque ese fondo podría llegar a cubrir el 70 % del pago por las acciones de la planta, Hernando ha adelantado que su intención es que solo asuman el 60 %, de manera que el propio exdirector general y varios familiares y amigos adquirieran en torno al 30 %.
Hernando se había opuesto a la venta a la compañía estadounidense y había realizado una oferta alternativa por una cantidad inferior, de cien millones de euros.
Tanto Hernando como fuentes del comité de empresa han reconocido en todo el proceso que la familia Nicolás Correa, propietaria de la mayoría de las acciones de Hiperbaric, ha venido insistiendo en que se mantendría la plantilla y las instalaciones de Burgos.
Sin embargo, Hernando se oponía a la venta a la empresa estadounidense porque supondría riesgo de "deslocalización" para los empleos de más alta cualificación y trasladaría los órganos de decisión a Chicago.