España «se plantará» si no es recompensada con la vicepresidencia del BCE
De Guindos censura la «infrarrepresentación» en la cúpula económica mientras Dijsselbloem se aferra al Eurogrupo ante la indignación socialista por sus ataques al Sur
«Siempre lo digo: España está claramente infrarrepresentada en los organismos, al menos económicos, de la UE y la unión monetaria, y estoy convencido de que esto sin duda se va a reflejar». Luis de Guindos no pierde la esperanza, pese a que nada ha cambiado después de cinco años de 'aislamiento' político sufrido a raíz del rescate financiero. España ahora es la locomotora de la Eurozona y recibe loas por doquier, pero en la práctica no ha obtenido ningún cargo con el que lamerse las heridas y culminar la 'operación retorno' a la cúpula económica de la UE impulsada por Mariano Rajoy.
Lo hizo en 2014 con el aval de Angela Merkel, pero en julio de 2015 sufrió una dura derrota en su pugna por la presidencia del Eurogrupo. Todo ha quedado aplazado a 2018. El año que viene, España se la juega de verdad: la joya se llama vicepresidencia del BCE. De Guindos dijo estar «convencido de que el puesto será para nosotros», mientras que fuentes del Ministerio de Economía aseguraron que está «garantizado». «Si no es así, España se plantará», advirtieron.
Pero no es la única opción. Hay dos fechas clave: el 21 de enero, el actual responsable del consejo de ministros de Finanzas del euro, el holandés Jeroen Dijsselbloem, finaliza su mandato de dos años y medio. En teoría, claro, porque dentro de un par de meses podría dejar de ser ministro de su país tras la reciente derrota electoral, lo que crearía un vacío jurídico sobre su continuidad, ya que el reglamento recalca que el presidente debe ser un ministro en activo.
Llegado el 21 de enero de 2018, ¿el puesto será para España, para Luis de Guindos? Hasta hace unos meses, era algo que podía darse medio cantado si, como se preveía, la socialdemocracia holandesa de Dijsselbloem se la pegaba en las elecciones. Así ha sido. El problema es de ideología. De Guindos no está afiliado al PP pero representa a un Gobierno del PP y los conservadores, con la reciente elección de Antonio Tajani como presidente del Parlamento, se han hecho con los tres grandes cargos de la UE: también tienen la Comisión y el Consejo.
De ahí que en la última cumbre, los jefes de Estado y de Gobierno aprobasen un texto que invita a hacer una reflexión hasta final de año para evitar que la cúpula de la UE sea monocolor. Dicho de otro modo, el Eurogrupo para España se antoja casi imposible en favor de algún colega socialdemócrata o liberal.
Preguntado sobre si aspirar al Eurogrupo y además a tener la vicepresidencia del BCE en apenas cinco meses no era demasiado ambicioso, De Guindos matizó que no hay que vincular ambos procesos, mientras reiteró que «España está convencida de que conseguirá el puesto del Banco Central Europeo». Es algo que siempre ha dicho e incluso lo ha publicado en su libro confesando que su colega alemán, Wolfgang Schauble, se lo ha prometido (ojo, que tiene elecciones en septiembre y no está garantizado que siga).
Eurodiputados piden su cese
Respecto a la posibilidad de hacerse ahora con el Eurogrupo, De Guindos reiteró este martes que «yo no soy candidato» y que «ya tenemos un presidente». Sin embargo, aunque Dijsselbloem parece contar con el apoyo de sus compañeros, hay demasiado ruido a su alrededor. ¿Seguirá hasta enero? ¿Le invitarán a irse? ¿Dimitirá?
La voluntad política es que finalice su mandato y luego se decida qué hacer, aunque se ha montado un enorme revuelo con sus duras declaraciones en un periódico alemán asegurando que los países rescatados del Sur «no pueden pedir ayuda y gastarse el dinero en alcohol y mujeres». Los eurodiputados españoles de todos los colores e ideologías salieron este martes en tromba a por él pidiendo su dimisión, pero no fueron los únicos. «Son unas declaraciones vergonzosas. Me pregunto si alguien así puede presidir el Eurogrupo», disparó el jefe de filas de los socialdemócratas en el Parlamento comunitario, el italiano Gianni Pittella.
Se da la paradoja de que el holandés es uno de los pocos cargos que ostenta la izquierda europea, la misma que ahora parece darle la espalda. Eso sí, en la Eurocámara, porque en el Eurogrupo, que es lo que cuenta, los ministros socialistas le apoyan. Preguntado por esta polémica, Dijsselbloem se mostró algo sorprendido y aseguró que no se disculpaba porque no se refería a nadie en concreto y era parte de una argumentación. Lo que sí sugirió es que si el asunto sólo ha estallado en la prensa española, será «por alguna razón».