El reto de formar a inversores y a ahorradores
La educación financiera sigue siendo una asignatura pendiente en España y aunque la Administración y las entidades financieras están sumando esfuerzos para ayudar a los ciudadanos a 'aprobarla', los expertos reconocen que «aún queda camino por recorrer».
La educación financiera sigue siendo una asignatura pendiente en España y aunque la Administración y las entidades financieras están sumando esfuerzos para ayudar a los ciudadanos a 'aprobarla', los expertos reconocen que «aún queda camino por recorrer».
La educación financiera de los españoles es mejorable», afirma Fernando Tejada, responsable del Plan de Educación Financiera del Banco de España (BdE), y los datos lo demuestran. Menos de la mitad de los ciudadanos sabe qué es el interés compuesto o conoce la importancia de la diversificación del riesgo al invertir, así lo recoge la Encuesta de Competencias Financieras elaborada por el BdE y la CNMV que mide los conocimientos financieros de la población entre los 18 y 79 años.
Este desconocimiento tiene sus consecuencias. No permite que un gran porcentaje de ciudadanos comprenda el funcionamiento, los riesgos y las oportunidades que ofrecen los productos financieros que contratan y «les impide tomar decisiones financieras responsables para planificar su futuro», reconocen desde el Banco de España. También desde la OCDE, el FMI o la Comisión Europea consideran que la educación financiera de la población es una buena herramienta para garantizar la protección de inversores y consumidores financieros y para reforzar la estabilidad financiera internacional. Y más en un mercado financiero cada vez más complejo y difícil de entender, con nuevos productos de inversión y sofisticados modelos de negocio financiero basados en las nuevas tecnologías.
A pesar de su importancia, «la educación financiera sigue siendo una asignatura pendiente en España», admite Beatriz Morilla Piñeiro, responsable de RSC de la Asociación Española de Banca (AEB). También Jordi Martínez, director del Programa de Educación Financiera de EFPA, reconoce este 'suspenso', pero cree que «vamos mejorando poco a poco», ya que desde hace algunos años se están desarrollando una serie de iniciativas «interesantes», desde el ámbito privado y del público, para fomentar la educación financiera en todas las capas de la sociedad.
¿CÓMO APROBAR?
Entre estas iniciativas destacan las llevada a cabo por la CNMV y el BdE como el Plan de Educación Financiera cuyo objetivo es contribuir a mejorar la cultura financiera de los ciudadanos, dotándoles de herramientas, habilidades y conocimientos para adoptar decisiones financieras apropiadas; el Día de la Educación Financiera, que se celebra los primeros lunes de octubre, este año el día 1, y tiene como finalidad concienciar a los ciudadanos de la importancia de adquirir conocimientos financieros en las diferentes etapas de la vida, o la web finanzasparatodos.es. También las entidades financieras están comprometidas en impulsar este tipo de actividades que llegaron a 1,2 millones de beneficiarios el año pasado. Entre ellas destaca el 'Programa Funcas de Estímulo de la Educación Financiera', impulsado por Funcas y la CECA.
Estas iniciativas contribuirán a que los españoles logren a medio plazo aprobar esta materia, señalan los expertos. Pero, a su juicio, hay que hacer más. Fernando Tejada apunta la necesidad de crear un «plan de educación financiera de carácter nacional en el que se traten de concitar todas las sensibilidades y, después, empezar a trabajar en el sistema educativo».
Para Beatriz Morilla la solución tendría tres partes. Primero, la Administración tendría que contribuir a sensibilizar a los ciudadanos de la importancia de tener conocimientos financieros básicos para gestionar mejor su vida y consumir de forma más segura y responsable. Por su parte, las entidades financieras deberían «avanzar» en incluir procesos de educación en sus aplicaciones de banca y en hacer sus productos cada vez más sencillos y comprensibles. La tercera pata de la solución sería que los educadores incluyan en sus planes de formación conceptos financieros básicos, desde los más simples «como diferenciar entre quiero y necesito, hasta algo más complejos como la relación entre riesgo y rentabilidad». Porque, en su opinión, «la educación financiera es fundamental para que los niños de hoy se conviertan en consumidores responsables en el futuro».
Incluir en el sistema educativo la educación financiera es «esencial» para superar este déficit de conocimientos. Así lo reconoce también Jordi Martínez: «Si bien es cierto que desde hace pocos cursos existe una asignatura de economía optativa en cuarto de la ESO, y que hay algunas buenas iniciativas público-privadas, sería positivo que los conceptos financieros básicos formaran parte del curriculum escolar de forma universal».
También Raquel García Alcubilla, directora de Estrategia y Relaciones Institucionales de la CNMV, cree que «la clave está en la intensificación de la participación de instituciones públicas y privadas en el fomento de la educación financiera. Y es muy importante que se empiece desde las etapas más tempranas de aprendizaje» porque «se trata de una asignatura que hay que estudiar durante toda la vida».
UN BENEFICIO COLECTIVO
Mejorar la cultura financiera de los españoles redundaría en beneficios para todos. Los usuarios de servicios financieros mejorarían la comprensión de los productos y servicios que contraten y que mejor se adapten a sus necesidades. «Les ayudará a tomar mejores decisiones financieras, ya que deben tener a su disposición toda la información relativa a los productos que consumen», recomienda Jordi Martínez.
Además les protege, ya que una mejor formación en finanzas hubiera ayudado a evitar escándalos como el de las participaciones preferentes. Así lo reconoce Fernando Tejada, para quien una mayor cultura financiera «mejora la capacidad de los ciudadanos para entender los productos financieros y debe ayudar a disminuir episodios como los que hemos vivido estos últimos años, entre ellos el de las preferentes». Pero, a su juicio, también «es importante tener presente que la educación financiera es una herramienta más y hay también una labor que hacer desde el punto de vista de la supervisión y de la regulación en la que estamos implicados el BdE y la CNMV».
También para Raquel García Alcubilla esta educación es esencial, ya que «ayuda a entender los productos y servicios financieros, sus características y sus riesgos». Pero, además, «fomenta actitudes y hábitos relacionados con el ahorro y la responsabilidad financiera que influyen en la toma de decisiones de inversión».
La Administración y las entidades financieras ya han echado unos sólidos cimientos para aumentar la cultura financiera de los españoles. Ahora hay que esperar a que se consoliden.
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