El IPC se mantiene en el 0,7 % en noviembre por la contención de la gasolina

La inflación interanual se mantuvo en el 0,7 % en noviembre porque los ligeros incrementos de precios de la mayor parte de la cesta de la compra fueron contenidos por el abaratamiento de los carburantes.

El dato de hoy, que confirma el avanzado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado 29 de noviembre, supone que los precios se incrementaron por tercer mes consecutivo, algo que no ocurría desde junio de 2014.

El único grupo con influencia negativa en noviembre fue el de la energía, cuyos precios subieron el 1,4 % (tres décimas menos que en octubre), debido al impacto del abaratamiento de carburantes y lubricantes y pese al encarecimiento del transporte aéreo.

Tiraron al alza el ocio y la cultura, cuyos precios caen el 1,6 % (tres décimas menos), consecuencia de la estabilidad de los viajes organizados, que disminuyeron un año antes.

También los alimentos y bebidas no alcohólicas mejoraron su tasa anual, una décima, hasta subir el 0,4 %, por un menor descenso de las legumbres y hortalizas frescas, que compensaron el mayor abaratamiento de las frutas frescas.

Una vez eliminados los elementos más volátiles (alimentos no elaborados y la energía), la inflación subyacente mantuvo su tasa en el 0,8 %, con lo que se situó una décima por encima del IPC general, un comportamiento que lleva experimentando en los últimos 25 meses.

En tasa mensual, los precios se mantuvieron en el 0,4 %, gracias al buen comportamiento del vestido y el calzado, por los últimos efectos de la entrada de la temporada de invierno, así como de la vivienda, por la subida de la electricidad.

Por el contrario, tiraron a la baja de los precios el transporte, por la caída de los carburantes y lubricantes y pese al incremento de coste de los automóviles.

También se abarataron los hoteles, cafés y restaurantes, por la bajada de precios de hoteles y otros alojamientos, así como los alimentos y bebidas no alcohólicas, por el descenso de las frutas frescas.

Desde el Gobierno, la secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Irene Garrido, ha considerado que los datos muestran que "la economía española está viviendo una fase de robusto crecimiento compatible con la estabilidad de precios" actual.

Asimismo, ha indicado que la moderación de los precios que se ha mantenido en España durante los últimos tres años ha dado lugar a una mejora del poder adquisitivo de los pensionistas, ya que las pensiones han subido durante este periodo el 0,25 %.

Respecto a los salarios, los sindicatos han coincido en que los trabajadores no sólo no han mejorado su capacidad de compra sino que la han empeorado y, de continuar la tendencia al alza del IPC, seguirán perdiendo poder adquisitivo.

En este sentido, se han referido a las negociaciones que mantienen con la patronal, en el marco del III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, de cara a la subida salarial para 2017 y han resaltado que este incremento debe garantizar la mejora del poder adquisitivo de los trabajadores, con un alza de entre el 1,8 % y el 3 %.

Para UGT los incrementos salariales deben ser superiores a los de la inflación, así, ante la previsión de un aumento medio del IPC para el año 2017 de 1,3 %, los salarios deberían crecer el próximo año por encima de este porcentaje.

CCOO ha instado a fortalecer la negociación colectiva para que los trabajadores participen de los beneficios empresariales de manera que se acabe con la precariedad del empleo, lo que a su juicio pasa por derogar las dos últimas reformas laborales.

Por el contrario, la CEOE ha apostado por la moderación salarial para seguir aumentando la competitividad respecto a Europa y favorecer así la creación de empleo.

Según el INE, el IPC Armonizado (IPCA), que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona del euro, subió el 0,5 % interanual, el mismo crecimiento que el mes anterior.

Para la patronal el diferencial de la inflación con la zona euro prácticamente ha desaparecido, "por lo que conviene recordar que cualquier deterioro de la competitividad tendrá un efecto negativo en la recuperación de la economía española".

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