El déficit público de Brasil cae un 30 % en los dos primeros meses del año

Brasil acumuló en los dos primeros meses del año un déficit nominal de sus cuentas públicas de 18.969 millones de[…]

Brasil acumuló en los dos primeros meses del año un déficit nominal de sus cuentas públicas de 18.969 millones de reales (unos 4.863,8 millones de dólares), un 30 % menos que en el mismo período de 2018, informó este viernes el Banco Central.

El déficit acumulado en lo que va de año equivale al 1,65 % del PIB de Brasil, 0,86 puntos porcentuales menos que el registrado en el mismo período de 2018, cuando el gigante sudamericano tuvo un saldo negativo en sus cuentas públicas de 27.180 millones de reales (unos 6.969 millones de dólares).

En febrero, Brasil registró un déficit nominal en sus cuentas públicas de 45.013 millones de reales (unos 11.541 millones de dólares), que contrastó con el superávit nominal de 26.044 millones de reales (unos 6.677 millones de dólares) registrado en enero.

Según el informe del Banco Central, el déficit para el segundo mes del año fue un 1,7 % menor al del mismo mes de 2018, cuando Brasil tuvo un resultado negativo de 45.806 millones de reales (unos 11.745 millones de dólares).

El saldo nominal de las cuentas públicas mide la diferencia entre los ingresos y los gastos del Estado en general, incluyendo los del Gobierno central, las empresas estatales y de las administraciones regionales y municipales.

Brasil registró en 2018 un déficit nominal en sus cuentas públicas de 487.442 millones de reales (unos 124.985 millones de dólares), valor equivalente al 7,14 % del PIB y el menor en los últimos cuatro años.

En cuanto a la deuda bruta del sector público brasileño en general, el Banco Central informó que en febrero ascendió a 5,336 billones de reales (unos 1,368 billones de dólares), equivalente al 77,4 % del PIB.

El elevado valor de la deuda bruta del Estado brasileño es uno de los indicadores que más preocupa a las agencias de calificación de riesgo, ya que de acuerdo con los datos del Fondo Monetario Internacional, la deuda bruta de otros países emergentes como Brasil no supera el 50 % del PIB.

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El déficit fiscal de Brasil llegó a ser equivalente al 10,22 % del PIB en 2015 y al 8,98 % del PIB en 2016, pero cayó por las medidas fiscales impulsadas por el entonces presidente, Michel Temer, que decretó la congelación de los gastos públicos.

Temer impulsó una agenda económica de corte liberal, basada en privatizaciones, recortes presupuestarios y reformas estructurales, incluyendo una severa reforma laboral, con el objetivo de superar la dura recesión que Brasil sufrió entre 2015 y 2016.

El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien asumió el 1 de enero, ha dejado claro que igualmente adoptará una política económica liberal para equilibrar las cuentas y que la profundizará en algunas áreas, como en la reducción del Estado y en las privatizaciones.

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Bolsonaro presentó al Congreso, en febrero, un proyecto de reforma al régimen de pensiones y jubilaciones, que es considerado tanto vital para sanear las cuentas públicas brasileñas como para impulsar la economía.

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