Draghi 'aprieta las tuercas' a los líderes europeos

Hay gestos que son muy sintomáticos. Al término de la reunión con los líderes europeos, y antes de coger el coche oficial, Draghi se paró ante los medios (algo que nunca hace) y lanzó sus cargas de profundidad.  El pesimismo hace tiempo que se apoderó de Draghi. El porqué de su estado de ánimo quedó resumido en los dos párrafos de conclusiones aprobados por el Consejo Europeo. Por ejemplo, ni rastro de la unión bancaria, el proyecto más importante de la UE tras la creación de la moneda única. El presidente del BCE pide a los países hacer reformas, impulsar las inversiones y bajar impuestos para reanimar la Eurozona

En Bruselas sólo se habla de crisis. Mayores, menores, pero siempre crisis y más crisis. La de los refugiados domina desde hace unos meses la agenda, pero hay otra que va camino ya de la década y que sigue tan viva como siempre. Pasó desapercibida, pero la Gran Recesión volvió a estar este jueves encima de la mesa de los jefes de Estado y de gobierno de la UE. Casi de tapadillo, sin hacer mucho ruido, pero hubo debate.

Lo relevante no fueron las conclusiones de este capítulo, que de nuevo pecaron de una poca ambición preocupante, sino la intervención del presidente del Banco Central Europeo (BCE), de un Mario Draghi que aprovechó la presencia de Angela Merkel, François Hollande, Matteo Renzi o Mariano Rajoy para volver a leerles la cartilla y recordarles aquello de que él sigue cumpliendo su parte del trato mientras los políticos continúan silbando y mirando al cielo. «Hemos tomado medidas impresionantes», dijo. El 'timming' era el propicio. Este jueves se cumplía una semana de la histórica intervención de Draghi en la que el Consejo de Gobierno del Eurobanco se adentró en la era del dinero gratis, anunció más compras de activos y una nueva barra de liquidez en la que incluso pagará a los bancos por pedir dinero.

El italiano tiró la casa por la ventana y volvió a advertir de que no bastará con esto, de que o los gobiernos se ponen las pilas apostando por políticas fiscales más propicias al crecimiento o la Eurozona no logrará salir de su estancamiento. Este jueves tuvo la oportunidad de repetir estos mensajes y hacerlo además a la cara, sin intermediarios y sin cámaras, como mejor se cuentan las cosas. Hubo un gesto muy sintomático. Al término de la reunión, y antes de coger el coche oficial, Draghi se paró ante los medios (algo que nunca hace) y explicó que había pedido impulsar reformas estructurales dirigidas a elevar la demanda, inversiones públicas y bajar los impuestos. «Y más importante incluso es seguir fortaleciendo la Unión Económica y Monetaria». Sobre las muchas críticas llegadas desde Alemania, fuentes de la institución señalaron que si los países hicieran más, el BCE tendría que hacer menos. Ya en la cumbre de diciembre, el italiano advirtió a los líderes de que o hay una cambio de estrategia o más pronto que tarde llegarán las bajadas de rating. El pesimismo hace tiempo que se apoderó de Draghi, como él mismo no ha dudado en apuntar en varios encuentros privados con políticos o funcionarios.

El porqué de su estado de ánimo quedó resumido en los dos párrafos de conclusiones aprobados por el Consejo Europeo. Por ejemplo, ni rastro de la unión bancaria, el proyecto más importante de la UE tras la creación de la moneda única.

Publicidad

Dos pilares ya están levantados (el mecanismo único de supervisión y el de resolución) pero falta el tercero, el fondo común de garantía de depósitos, una herramienta que reclaman todos (la Comisión, Francia, Italia, España...), pero al que Alemania se ha cerrado en banda porque ya no quiere compartir más riesgos hasta que el resto de socios «hagan sus deberes internos». Y claro, con el Sur cada vez más teñido de rojo socialista por los devastadores efectos de la Troika, pensar que Berlín vaya a aceptar adentrase en más 'aventuras' es de ilusos.

Esperar a la cita de junio

Este jueves, los líderes se limitaron a señalar que hay que «dar un nuevo impulso a la inversión, proseguir las reformas estructurales a fin de modernizar nuestras economías y aplicar políticas presupuestarias responsables». En este sentido, el texto aprobado dice que los Estados incluirán estos principios en sus planes nacionales de reformas y convergencia porque estas políticas «contribuirán a que la recuperación actual se asiente en una base más sostenible y a impulsar el empleo».

No se menciona por ningún lado aunque sí se dice de forma genérica que la reunión de junio se analizarán «los avances logrados para completar la Unión Económica y Monetaria y los del Mercado Único con miras a aprovechar plenamente su potencial inexplotado de crecimiento y productividad».

En portada

Noticias de