Con el cierre de los pozos de La Lora se despide "el Texas español"

Los vecinos de La Lora (Burgos) temen que la conclusión hoy de la explotación de los pozos de petróleo del municipio, que se inició en 1964 y cuya prórroga solicitada por la empresa no ha sido autorizada por el Gobierno, sea algo irreversible y desaparezca lo que se llamó "el Texas español".

Hoy quedan en los pueblos del entorno, que llegaron a tener unos 300 habitantes, poco más de cien vecinos censados, aunque muchos no viven de forma continua en estas localidades.

El alcalde, Carlos Gallo, ha reconocido que perder otras 20 familias, las de los trabajadores que quedan en los pozos de petróleo, supondrá "un duro golpe" para unos pueblos que también perderán otros puestos de trabajo indirectos e ingresos que paga la empresa explotadora.

Para Leoncio Ruiz, que fue alcalde de la localidad y trabajó 23 años en la explotación petrolífera, el cierre de los pozos de petróleo de La Lora y el temor a que se convierta en definitivo es "como un mazazo".

Ruiz ha defendido que el futuro de la zona está ligado a la explotación del petróleo y ha recordado que ni siquiera el intento de aprovechar el turismo, con un museo del petróleo que recuerda la importancia que tuvo en la zona, está siendo una fuente de ingresos alternativa.

De la Lora llegaron a salir 8.000 barriles de petróleo al día y hasta ahora se sacaban poco más de cien.

Sin embargo un plan de la empresa, que estaba dispuesta a invertir 90 millones de euros, preveía aprovechar el 70 por ciento del crudo de la zona, que parece que sigue enterrado, lo que generaría otros diez puestos de trabajo directos y varias decenas de indirectos, al multiplicar por diez la producción actual.

Leoncio Ruiz ha rememorado que cuando se abrieron los primeros pozos, en los años 60, se llegó a hablar del Texas español y La Lora era la esperanza energética de España, donde no había hasta el momento ninguna explotación de petróleo.

La producción media era de unos 5.000 barriles y se llegó a producciones diarias de 8.000, aunque "ahora salía poco petróleo y de baja calidad".

Ruiz ha confiado en que las autoridades "no dejen morir la zona" y permitan que se retome una explotación que es la más veterana de España y en la que "nunca se ha registrado ningún problema ni con los vecinos ni con el medio ambiente".

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