CCM y los atracos al sentido común

Entiéndanme bien, pero la intervención de Caja Castilla-La Mancha nos ha venido de maravilla. Especialmente por dos motivos. Primero, porque[…]

Entiéndanme bien, pero la intervención de Caja Castilla-La Mancha nos ha venido de maravilla. Especialmente por dos motivos. Primero, porque la entidad ha pasado de estar en manos de amiguetes de partido políticos -en este caso del PSOE- a ser gestionada por presuntos profesionales de las finanzas. Segundo porque ha dejado en evidencia, por si alguien tenía alguna duda, la incompetencia de quienes nos gobiernan y de los que opositan.


Las declaraciones de unos y otros han sido un atraco al sentido común, unas barbaridades que analizadas sucintamente asustan a cualquiera. No por el volumen del agujero de la entidad financiera, muy relevante digan lo que digan, sino porque demuestran un desconocimiento brutal de la situación y una insistencia denunciable de la estrategia de la mentira.


El primero en pegarle una patada a la razón fue el propio presidente de CCM, Juan Pedro Hernández Moltó, que, como si saliera de echar una partida de cartas, dijo tan campante que "tranquilos, que la caja está ahora en las mejores manos". No se le vio compungido, ni pidió disculpas por protagonizar el mayor rescate del sistema financiero español, similar al que provocó el reo Mario Conde. Nadie del Gobierno le ha pedido todavía responsabilidades, debe ser porque visten la misma camiseta. Tampoco la oposición, quizás porque varios amigos estaban en el consejo hasta hace tres semanas.


Se fue de rositas, como el presidente de Castilla-La Macha, José María Barreda, que lo primero que dijo es que en la caja "no ha habido irregularidades". El auditor, Ernst & Young, debe de pensar otra cosa, como el Banco de España, porque se negó a firmar las cuentas por ser rotundamente falsas. Al contrario, Barreda acusó a Unicaja de tener demasiadas pretensiones. Las mismas que debía tener Ibercaja, que en 24 horas le dijo a Solbes que no se tragaba el sapo de CCM.

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Pero aún hay más en esta espiral de despropósitos. Resulta que, para Zapatero y para José Viñals, el subgobernador del Banco de España que dio la espantá tres días antes de la intervención, rescatar a CCM es un asunto menor. "Hay que relativizarlo" y "tiene un impacto limitado", han dicho uno y otro.


Mientras tanto, la patronal de las cajas, la CECA, pide que "todos los comentarios y opiniones que se ciernen sobre la actual situación se realicen sobre hechos contrastados, con el fin de evitar malas interpretaciones". Curiosa petición cuando hasta hace apenas dos meses su presidente, Juan Ramón Quintás, aseguraba que no había ninguna caja en situación que crítica y que descartaba cualquier intervención.


Para postre, los sabios económicos del PP se contradicen en menos de 24 horas. Cospedal y Montoro salen a la palestra y aseveran que va a haber más quiebras de cajas y bancos, lindeza que fue refrendada ayer por Miguel Ángel Fernández Ordoñez, gobernador del BdE. Después, Rajoy pide máxima tranquilidad y garantiza la seguridad de los ahorros de los españoles. Igual lo dice así porque bastante tiene el gallego con lidiar con el escándalo de Caja Madrid, donde los intereses personales importan más que la cuenta de resultados.


Si con estos bueyes tenemos que arar el empedrado de la crisis, abróchense los cinturones. No son de fiar.

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