Cambiar los "bonus" por los "minus"

La palabra "bonus" no está en el Diccionario de la Real Academia. Pero ya que su uso se ha generalizado[…]

La palabra "bonus" no está en el Diccionario de la Real Academia. Pero ya que su uso se ha generalizado (en vez de decir bono, gratificación, extra...), me atrevo a proponer un nuevo término, antónimo del anterior: "minus" (si alguien más lo usa, que recuerde, por favor, mi modesta aportación como creador del vocablo).

Durante lo que parecían interminables años de crecimiento en los resultados empresariales (ligados a un ciclo económico alcista sin precedentes), una legión de altos ejecutivos se ha beneficiado de los famosos "bonus", en forma de retribuciones variables ligadas, en mayor o medida, a los resultados, casi siempre alcistas a tasas de dos dígitos, de sus compañías. La justificación de estas pagas extra y variables (por recurrir a un término más castizo y tradicional) estaría en que esos altos ejecutivos habían aportado también algo extra al crecimiento de esos resultados. Hasta aquí, la teoría.

Pero ahora descendamos a la práctica, es decir, a la cruda realidad. Como el ciclo económico se ha dado la vuelta, los resultados de las compañías han hecho lo mismo: algunos ya apenas crecen y muchos se han convertido en pérdidas... aunque las empresas sigan pilotadas por los mismos altos ejecutivos tantos años adictos al "bonus" (lo placentero siempre crea adicción... y toda adicción es peligrosa).

Luego, si antes aportaban, ¿será que ahora restan? Porque si le echamos la culpa de todo a la crisis mundial, ¿por qué no atribuíamos antes todo el crecimiento de los beneficios al buen momento del ciclo, sino que nos guardábamos una parte para justificar los "bonus"?

Está clara la necesidad de crear el "minus". Cuando los trabajadores parecen dispuestos a que se les congelen los sueldos (cosa, por otra parte, lógica con una inflación por los suelos) y muchos aceptan incluso un recorte salarial con tal de conservar el empleo... parece obvio que quienes cobraron sustanciosos "bonus" en las épocas de bonanza acepten ahora un variable inverso, que podríamos denominar "minus". Es decir: si una empresa ganaba mucho "en parte" gracias a esos altos ejecutivos bonificados, ahora pierde también "en parte" por culpa de la impericia de esos mismos directivos para combatir más eficazmente la crisis. Por tanto, y sobre todo si hay un recorte salarial general, debería ser más intenso entre quienes durante los años alcistas cobraron "bonus".

Ahora, les tocaría no sólo renunciar al "bonus" (¡faltaría más!), sino también devolver, en forma del "minus", una buena parte de esas pagas extra, porque parece claro que no "crearon" suficiente valor para que la compañía aguantara en años malos.

No quiero decir, con todo esto, que da igual quien pilota una empresa. Pero quien lo hace debe asumir que, si liga su retribución a sus resultados, debe ser tanto para lo bueno como para lo malo. Si antes hubo "bonus", que ahora acepte "minus". Si no, que se vaya a su casa a disfrutar de los "bonus" antes de exigir sacrificios a todos menos a él mismo.

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