Buscando brotes verdes

Fueron los economistas estadounidenses lo
que vieron primero los brotes verdes a finales de marzo. A ellos se
unieron instituciones internacionales como el FMI, el Banco Mundial o la OCDE.
Y luego fue una expresión cada vez más utilizada por los responsables
económicos de cada país, después de que los medios de comunicación  la santificaran en los titulares para
cualquier dato que llevara un alo de esperanza. El resto de mortales todavía
los seguimos buscando.

Es verdad, que en la última semana se
han sucedido referencias económicas para comenzar a palpar los dichosos brotes
verdes, comenzando por la OCDE que vislumbra signos de recuperación
económica en algunos países de la organización. España no se encuentra entre
los elegidos.

Pero bueno, en nuestra economía
doméstica, también hemos tenido tallos propios. El dato estrella ha sido la
tasa de paro que ha frenado su escalada. Algo ha tenido ver el Plan E en
todo esto. El sector de la construcción vuelve a generar empleo gracias a la
obra pública. Pero hay más, la demanda de ventas de coches se ha reactivado,
también, gracias a la ayuda directa para comprar coches a particulares; la
creación de empresas ha subido respecto a meses anteriores, la venta de
vivienda nueva crece tras muchos meses de descensos pronunciados, los impagos
se reducen y la producción industrial baja menos en comparación con periodos
anteriores.

Si miramos para los mercados -cuantas
veces hemos oído que la bolsa adelanta la recuperación económica- están en
máximos anuales en un rebote asombroso. Otro dato para el optimismo. Por no
hablar del encarecimiento que está sufriendo el petróleo. Un indicador que abre
de la posibilidad de que la recuperación económica será más brusca de la que
todos esperamos

El verdadero dato para la esperanza
fue el desempleo en Estados Unidos la semana pasada. Si la primera economía del mundo sale del pozo arrastrará a
todas las demás. Y si empieza a crear empleo, el resto de economías estarán
también calentando motores. Pero no hay que olvidar que se esta celebrando
que la tasa de paro descendió una décima en julio hasta el 9,4%. Y que detrás
de esta mejora está la ingente cantidad de dinero que la Administración
Obama ha inyectado a la industria del motor, lo que ha provocado que la
destrucción de empleo en el sector manufacturero pase de 131.000 puestos de
trabajo a sólo 52.000. Mientras el sector servicios y de la construcción siguen
dando síntomas preocupantes. Una de las consecuencias es la recuperación
milagrosa del consumo medida por las ventas minoristas, que no deja de ser
uno de los pilares fundamentales de la economía americana. Otro brote crecido
artificialmente.

Datos y más datos; llenos de brotes verdes,
pero sin embargo, lo que demuestra es que de momento se han plantado las
semillas y habrá que ver si crecen.