Burbujas y planes de negocio

Qué pronto se nos olvidan tiempos recientes. Damos por casi resuelta la crisis financiera, estamos a la espera de que[…]

Qué pronto se nos olvidan tiempos recientes. Damos por casi resuelta la crisis financiera, estamos a la espera de que se comience a resolver la económica, pero ya, con meses de anticipación, estamos generando nuevas burbujas de esas que no se ven hasta que no explotan y salpican... Pero seguimos sin un auténtico plan de negocio, ni para la economía en general, ni para muchas empresas que han sobrevivido a base de reducir costes y poco más.

La primera burbuja es una que en realidad no se ha terminado de desinflar: la inmobiliaria. Con qué ligereza se ha hablado de "brotes verdes" en el ladrillo, de "menor ritmo de caída" o incluso de "recuperación" de los precios cuando es evidente que los pisos apenas han caído. Cualquiera que comprara una vivienda en España a principios de los noventa y la vendiera ahora a la mitad de lo que pide el vecino optimista que acaba de poner un cartel, aún recibiría el doble de lo que pagó. Y estamos hablando de doblar la inversión en menos de veinte años, que ya está bien. ¿Cómo puede soñar alguien en vender un piso apenas un 10 o un 15 por ciento por debajo de los máximos de hace tres años?

La segunda burbuja es la de las materias primas, encabezadas por el oro. Con qué facilidad se ha ido a máximos y ha vuelto a pinchar en cuanto el dólar se ha dado la vuelta y se ha puesto a subir. Quien haya comprado oro hace pocas semanas estará pensando en comerse el lingote... o en olvidarse de él en una temporada.

La tercera burbuja ha sido la bursátil. ¡Con qué poco volumen han (ya saben quienes) calendado el Ibex un 70 por ciento desde los mínimos de marzo! Y qué nervioso y volátil se ha puesto el mercado en cuanto han aparecido algunas malas noticias.

Hemos superado lo peor. Casi seguro. Pero no podemos mantener la ilusión ni las burbujas si no las rellenamos de algo más. Necesitamos un plan de negocio global para la economía y los mercados, algo que nos permita construir sólidos fundamentales, partiendo desde abajo y con nuestros propios medios, porque la máquina de hacer dinero barato ya se está parando. Y es bueno que así sea... para no generar nuevas burbujas. Y lo mismo hay que aplicar en muchas empresas: algunas ya han desarrollado un plan de negocio en plena crisis y ahora pueden rentabilizarlo, pero otras se han limitado a recortar costes sin más, y tampoco faltan las que, pensando que ya está todo resuelto, se ponen a soñar con revivir aventuras olvidándose (¡otra vez!) de los fundamentales y de que si una empresa no es negocio, no es nada.

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