Abengoa logra la salvación "in extremis"

Abengoa ha logrado finalmente evitar la quiebra casi un año después de haberse acogido al preconcurso, un camino tortuoso que[…]

Abengoa ha logrado finalmente evitar la quiebra casi un año después de haberse acogido al preconcurso, un camino tortuoso que deja una compañía con 9.000 trabajadores menos y una cartera de proyectos debilitada que intentará construir una nueva etapa apoyada en su tecnología.

A dos días de cumplirse la prórroga de siete meses que pidió al juzgado de Sevilla en marzo para poder seguir negociando su salvación, la ingeniería andaluza ha conseguido la adhesión de los titulares de más del 75 % de su deuda "in extremis", del mismo modo en que ha vivido este largo y complejo proceso.

Un camino tortuoso, marcado por duras negociaciones, con procesos judiciales abiertos y muchos momentos al límite, que ha dejado una Abengoa que poco tiene que ver con el gigante de hace unos años y que confía en su tecnología para poder trazar un plan de futuro sobre el que se dibujan dudas.

Para empezar, la nueva Abengoa cambiará de dueños y pasará a estar controlada por sus acreedores, en virtud del acuerdo sellado en agosto y que antes de este viernes se llevará al juez de Sevilla para su validación.

El acuerdo contempla una inyección de 1.170 millones de euros y la reestructuración de la deuda a través de quitas y capitalización de créditos que darán a los acreedores el 95 % del grupo frente al 5 % que mantendrán los accionistas iniciales.

Las tradicionales familias dueñas de la empresa, entre las que se encuentran los Benjumea, verán diluida su participación hasta el entorno del 1,5 %.

En ese marco financiero y accionarial deberá encajarse el plan industrial para una Abengoa más pequeña -se prevén desinversiones por 421 millones en dos años-, con menos empleo -la plantilla quedará en unas 17.000 personas- que pueda volver a ganar proyectos en ingeniería y construcción.

Antes de la crisis, que empezó a estallar a finales de 2014, Abengoa cotizaba en el Ibex 35 y el Nasdaq, empleaba a más de 20.000 personas y facturaba más de 7.000 millones de euros anuales.

Publicidad
Publicidad

Unos datos apoyados en unos niveles de endeudamiento insostenibles, unos 9.000 millones de euros, que, tras varias negociaciones fracasadas, llevaron a la solicitud del preconcurso de acreedores.

A partir de ahora, la nueva Abengoa peleará por mantener un nivel adecuado de endeudamiento, alrededor de los 3.000 millones, y volver a ganar proyectos aunque para ello deberá superar un 2017 que, desde la propia empresa, reconocen complejo.

La "velocidad de crucero" podría llegar en 2018 y 2019.

Publicidad

La renovación también llegará al consejo de administración, que pasara a liderar Gonzalo Urquijo, actual presidente de ArcelorMittal España, y que estará formado por seis independientes más: Manuel Castro, José Luis del Valle, José Wahnon Levy, Ramón Sotomayor, Javier Targhetta y Pilar Cavero.

Todos los cambios deberán validarse en la junta extraordinaria del próximo 22 de noviembre, de la que saldrá esa nueva Abengoa que, finalmente, ha logrado esquivar la amenaza de la que hubiera sido la mayor quiebra de la historia de España, una situación temida por todos y que ha discurrido en paralelo a un año electoral y con un Gobierno en funciones.

En portada

Noticias de